Por Dr. Francisco Kerdel-Vegas (*)
Tomado de www.bitacoramedica.com
El próximo mes de septiembre del año 2011 las Naciones Unidas, durante su Asamblea Anual en Nueva York, llevarán a cabo una reunión de alto nivel sobre enfermedades crónicas no-contagiosas.
Las más frecuentes y problemáticas entre ellas son las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, el cáncer y las enfermedades respiratorias crónicas. Es una iniciativa de enorme importancia y de previsibles favorables consecuencias pues trata de cambiar una situación anómala que limitaba las prioridades en materia de salud a las enfermedades infecciosas y a la atención materno-infantil y descuidaba un problema de gran magnitud, responsable de alta morbilidad y mortalidad, cuando en verdad se necesita un esfuerzo de cooperación y colaboración para todas las enfermedades sin distingo de sus causas y duración.
Se hace indispensable “reescribir el manifiesto político para la salud para incluir allí una de las categorías más importantes de muerte e incapacidad”. Si algo está definitivamente probado y aceptado universalmente es la importancia y significación de la medicina preventiva y su valor económico en comparación con los altos costos de la medicina curativa.
Numerosos estudios demuestran a la saciedad que una fuerza de trabajo más saludable y por lo tanto más productiva ayuda a incrementar las ganancias para los empleadores así como a una economía más saludable.
En los Estados Unidos, muchas empresas, en número cada vez mayor, invierten en programas de bienestar para los empleados, relacionados con el hecho de que más del 60% de los norteamericanos tienen seguros de salud a través de un programa de la compañía para la que trabajan. Por ejemplo, la firma bancaria Citibank, estima que por cada dólar invertido en salud para sus empleados, ha economizado $ 4,50 en costos médicos.
Otros ejemplos dramáticos: En 23 países estudiados, con 80% del problema de las enfermedades crónicas en países de ingresos medianos y bajos, la reducción del consumo de sal y control del uso del tabaco podría evitar 14 millones de muertes en los próximos 10 años, a un costo menor de 0,40 dólares por persona. Aumentar el uso de la aspirina y fármacos (cuya patente ha caducado) para reducir la presión arterial y reducir el colesterol evitaría 18 millones de muertes en 10 años, a un costo promedio de $1,10 por persona y por año.
Recientemente investigadores de Canadá, Inglaterra, India y Estados Unidos (“Aumentar la prioridad en prevenir enfermedades crónicas: un proceso político”) en la reputada revista The Lancet (13/11/2010) argumentan convincentemente que “para detener, y en muchos casos han contribuido, a la pandemia de enfermedades crónicas sin duda existen soluciones altamente efectivas y de bajo costo para la prevención de las enfermedades crónicas, y la carencia de respuestas apropiadas es ahora de carácter político, más que un problema tecnológico. Todo ello aunado al hecho demostrable que los países y pueblos que más se beneficiarían de estos programas serían los de medianos y escasos recursos económicos.
De allí la importancia de esta iniciativa de las Naciones Unidas y del compromiso de una publicación médica del impacto de “The Lancet” en dedicar un esfuerzo coherente durante los próximos meses previos a la reunión de Nueva York a publicar artículos sobre este problema, contribuyendo así al lanzamiento de coherentes estrategias para la acción, que aseguren amplios compromisos políticos, que ganen promesas de financiamiento y determinen un escenario de fuerte respaldo internacional.
En nuestro medio, cuando los seguros de enfermedad, hospitalización y maternidad, están produciendo pérdidas considerables e insostenibles, bien valdría la pena concentrar nuestro interés en el valor demostrado de la medicina preventiva en ese enorme universo de las enfermedades crónicas -que crece cada día al envejecer gradualmente la población- y apercibirnos de que ya no se trata de un problema científico o tecnológico, ya que existen soluciones efectivas y viables (debido a su bajo costo), y que debemos orientar el esfuerzo en un consenso de naturaleza política, tal vez comenzando por educar a la población en estilos de vida saludables y en los fundamentos de la prevención de esos procesos patológicos.
(*) Médico dermatólogo, Embajador y académico recibió Premio Martín Vegas de la Sociedad Venezolana de Dermatología. Individuo de Número de la Academia de Ciencias Físicas y Matemáticas de Venezuela (Sillón XIII, 1971). Doctor en Ciencias Médicas de la UCV. Vicerrector Académico (fundador) de la Universidad Simón Bolívar. Fue elegido directamente Individuo de Número de la Academia Nacional de Medicina Sillón XXIV en 1967, incorporado por su trabajo “Autorradiografía en Dermatología”.
Estimado Dr Francisco Kerdel Vegas:
El tema planteado es de vital interès en nuestros paises latinoamericanos. Ya sea para disminuir el gasto en salud como estrategia de salud publica, o para el paciente en particular que pierde días de trabajo y disminuye el ingreso para su familia.
Cordialmente
Dra. Maria Bibiana Leroux