Francisco Kerdel-Vegas
Comité Editorial Piel Latinoamericana Venezuela
Los editores de Piel Latinoamericana me han solicitado un artículo para una edición extraordinaria de la publicación, y aunque soy consciente de los riesgos en que se incurre al tratar de hilvanar ideas sobre el futuro, pienso que al dejarlo de hacer se corren peores consecuencias. En primer lugar que quede claro que enfermos de la piel -el órgano más extenso, más pesado y más expuesto del cuerpo- siempre habrá. Lo que ha de cambiar, y a veces más de lo que desearíamos, es el ejercicio profesional del dermatólogo, tal como lo concebimos actualmente.
Por lo tanto la necesidad de disponer de especialistas bien formados se mantendrá en toda sociedad civilizada. Esos cambios son necesarios y muchas veces deseables y varían con el tiempo, los países y sus culturas. Por ejemplo, es evidente que países como Gran Bretaña necesitan menos dermatólogos -con una medicina socializada que reglamenta que el acceso al especialista, lo que debe obtenerse a través del médico general de familia a cargo del paciente, quien refiere el caso al dermatólogo solo cuando su asistencia «primaria» no obtiene resultados o bien cuando se trata de una enfermedad de la piel poco común que no logra diagnosticar-, que en los Estados Unidos, donde los pacientes, al observar cualquier anomalía en su piel -lo que no requiere ningún aparato o instrumnento que no sea la propia vista del sujeto-, consultan al dermatólogo de su preferencia (que es el sistema que utilizamos en general en América Latina).
Pienso que no es difícil vaticinar que la solución que adopten los países -sin distingo de ideologías políticas-, será la más económica posible y por ello las autoridades exigirán a los docentes universitarios proporcionar más conocimientos básicos de dermatología a los estudiantes de medicina y a otras profesiones de la salud (enfermeras, técnicos y nuevas profesiones como por ejemplo el «Asistente Médico», que ha aparecido en los últimos años en los Estados Unidos, y colabora efectivamente con el médico bajo su directa supervisión), para que puedan resolver en el primer nivel de asistencia (Ambulatorios, Dispensarios, Barrio Adentro 1, o como quiera llamárselos) la inmensa mayoría de los problemas de la patología cutánea. Es fácil colegir que es mucho más económico formar estos recursos humanos que dermatólogos, y por lo tanto es prudente prever esa posibilidad y que las sociedades de dermatología, los docentes de la especialidad y los responsables de trazar las políticas públicas de salud, tomen en cuenta que lo más probable es que la atención dermatológica primaria se desplace hacia ese recurso humano, cuya formación requiere mucho menos tiempo y por lo tanto resulta mucho menos costoso. Pienso que estos cambios, que de hecho están ocurriendo en muchas otras especialidades, tardarán más tiempo en imponerse en nuestra especialidad, debido al simple hecho de que el paciente observa a diario su piel y se apercibe de cualquier cambio, y piensa -con buenas razones-, que no quiere perder tiempo, incluyendo a un intermediario, y desea de inmediato la mejor y más calificada atención que el especialista puede proporcionarle. Este razonamiento que es válido en la práctica privada actual en nuestro medio, deja de serlo cuando existe un servicio de salud único eficiente, y el acceso directo al dermatóloogo queda reglamenriamente eliminado, como sucede en muchos países que disponen de esos servicios.
La posición invariable de nuestros docentes debe ser y seguramente será, enseñar la dermatología con el mismo interés, entusiasmo, mística y desprendimiento de siempre, a sabiendas de que todo ello puede cambiar profundamente en un lapso muy breve y que no sabemos exactamente lo que está en juego y cómo podremos adaptarnos a situaciones que se escapan completamente a nuestro control.–
Muy interesante la observación de Francisco Kerdel en relación al desarrollo de la Atención Primaria de Salud. Hoy se considera que la demanda es de un médico por 2500 habitantes o 500 familias. Pero quien ejerce este oficio debe tener una formación de Postgrado de tres años con un componente educativo bio-psico-social y debe resolver el 85 % de la demanda.
El articulo del Profesor Kerdel toca la raíz neural de lo que estamos viviendo como médicos y como especialistas.
Voy a expresar mi opinión de lo que estamos viviendo en Venezuela, en conocimiento que en otros países de nuestra región, con variantes, están ocurriendo similares situaciones.
Como docente en el Instituto de Biomedicina perteneciente a la Universidad Central de Venezuela durante 32 años nuestros estudiantes de pregrado realizan una pasantia por Dermatología de aproximadamente una docena de días durante su 5to año de preparación , y con ese conocimiento egresan con deficiencias al ejercicio medico en donde uno de cada tres pacientes que evaluaran en su práctica medica general tendrá un problema dermatológico.
Luego de un año de medicina rural, un internado y una residencia en medicina o pediatría muchos se sienten atraídos por la dermatología ( por diversas causas que no tocare aquí) y aspiran a ingresar en los postgrados de dermatología del país, pero la oferta de cupos no llega a diez (19), por lo que toman; la mayoría otros derroteros o ejercen una dermatología de muy mala calidad publicitándose como médicos esteticistas.
Por otro lado hay intentos de realizar postgrados alternativos, incluso maestrías avaladas por Universidades nacionales y extranjeras sin un pensum de estudios que abarque el conocimiento que debe tener un buen profesional de la dermatología.
Si lo anterior fuera poco, el gobierno de Venezuela graduó, saltándose todos los cánones académicos, y legales 8152 médicos integrales comunitarios que podrán ejercer la medicina sin necesidad de estar colegiados y fuera del conocimiento que imparten las Universidades tradicionales del país, que tienen pensum de estudios reconocidos internacionalmente. Esos “médicos” también verán problemas de piel y probablemente querrán ingresar en los postgrados de nuestro país o de países de la región.
Todo lo anterior traerá como consecuencia que muchos pacientes con patologías dermatológicas serán mal manejados, menoscabando la salud de nuestros pacientes y haciéndoles perder tiempo y dinero a ellos y a la fuerza laboral del país.
Por todo lo anterior el articulo de fondo del Profesor Francisco Kerdel es fundamental y su conclusión :
“La posición invariable de nuestros docentes debe ser y seguramente será, enseñar la dermatología con el mismo interés, entusiasmo, mística y desprendimiento de siempre, a sabiendas de que todo ello puede cambiar profundamente en un lapso muy breve y que no sabemos exactamente lo que está en juego y cómo podremos adaptarnos a situaciones que se escapan completamente a nuestro control”.
Por lo que como docentes debemos seguir enseñando nuestra verdad académica y debemos seguir aferrándonos a que nuestros alumnos sigan izando la bandera de la excelencia
Importante,los conceptos emitidos por los colegas ,amigos que me precedieron en comentarios referente al articulo del Profesor Kerdel Vegas.
Lamentablemente , por lo menos en nuestra ciudad ( Valencia ) y en nuestro Postgrado de Dermatología de la U de C las cosas han ido para peor!
De tal manera que de seguir con las directrices de este gobierno,
Lamentablemente , por lo menos en nuestra ciudad ( Valencia ) y en nuestro Postgrado de Dermatología de la U de C las cosas han ido para peor!
De tal manera que de seguir con las directrices de este gobierno, caeríamos en algo parecido, a :La Época histórica también conocida como “El Oscurantismo” cuyo tiempo se extiende desde la caída del Imperio Romano de Occidente con Roma por capital el año 475 Dc y 1453 Dc cuando cae el Imperio Romano de Oriente con capital Constantinopla, en manos de los turcos, quienes le cambian el nombre a la capital por Estambul. Fue en este período donde la humanidad perdió toda la cultura Greco-Romana y volvió a creer en brujerías y hechizos; las enfermedades eran atribuidas a las emanaciones miasmáticas provenientes de zonas fangosas putrefactas, como lo fue el paludismo, la peste bubónica o negra etc., las epilepsias y la locura eran explicadas como debidas a posesiones diabólicas, se defendía la teoría de la “Generación espontánea” de la vida, ellos admitían que los gusanos que pululaban en las heridas eran generados espontáneamente por la carne descompuesta.
Tengo fe y esperanza y que Dios nos ayude.!
En honor a la verdad, las perspectivas que se vislumbran en el futuro inmediato para la formación y el ejercicio de nuestras especialidades son, si no apocalípticas, al menos preñadas de incertidumbres e indefiniciones. Es obvio que la situación económica mundial, exhibe gran inestabilidad y desequilibrio en muchos países del mundo, tanto desarrollados (como sucede actualmente en Europa, donde los organismos internacionales, llámese FMI o BM, encargados de apuntalar economías en crisis, hacen esfuerzos denodados por salvar las economías de Irlanda, Portugal, España, Grecia e Italia y así salvar la estabilidad del euro), como en aquellos en vías de desarrollo situados en el Continente Americano, Africa, etc. Esta inestabilidad constituye una voz de alerta ante los tiempos que se avecinan.
El problema de fondo que se plantea es bajo que sistemas de gobiernos se engendran estos desequilibrios económicos que han obligado a diferentes países a entrar en una era de austeridad y moderación estricta en el gasto público y en los gastos dispendiosos para salvar sus economías. Si se estudia los diferentes sistemas económicos y sociales que han regido a la humanidad, por una parte el capitalismo con su base fundamental en el libre mercado que ha conducido al movimiento económico mundial que se denomina “globalización” donde se han adscrito una buena parte de las economías mundiales, por cierto, sistema económico no libre de errores y sin mayor énfasis en la orientación social y por la otra el socialismo con su largo historial de políticas socio-económicas regidas por el estado centralizador e intervencionista, no tan exitosas como era de esperarse. Ya se ha demostrado fehacientemente que los gobiernos no son los mejores administradores de la investigación y el desarrollo, sobre todo para edificar una sociedad basada en el conocimiento, desideratum que toda nación próspera anhela alcanzar.
Es bastante probable que los ajustes económicos y regulaciones que están asumiendo las naciones en general, obedezcan al menos en parte a estos desequilibrios macroeconómicos con la consecuente limitación en programas y proyectos de gran envergadura y de un alto costo en su instalación y mantenimiento, especialmente aquellos relacionados con la salud, en ocasiones elaborados con mucha antelación a los actuales acontecimientos. Es obvio que el crecimiento demográfico de la población mundial, -que se estima actualmente en 7.000 millones de almas- es otro factor limitante en la continuación de los costosos programas. En otras palabras la demanda por el crecimiento demográfico es inversamente proporcional a los recursos económicos disponibles.
En relación al punto medular del escrito del Profesor Kerdel, es altamente preocupante la restricción que se está desarrollando en los lineamientos generales relativos a la formación médica en otras latitudes y por ende en la atención médica a la población en los primeros niveles de atención sanitaria y que seguramente se extenderá a los países del Continente Latinoamericano. La población en general y en especial la de menos recursos económicos, será la víctima indefensa de esas limitaciones en la formación integral de los profesionales médicos del mañana. Sobre todo si se piensa que la formación médica se hace cada día más compleja por razones obvias y por lo tanto se necesitaría un número mayor de profesionales de la salud mejor preparados (especialistas médicos y quirúrgicos).
Unas de las áreas de urgente revisión y ajuste a escala internacional es el porcentaje del PIB que invierten las diversas naciones (desarrolladas y en vías de desarrollo) en armamentismo, en un mundo que clama desesperadamente por la paz. Estoy seguro que de orientarse sensatamente ese inmenso caudal de dólares que se invierte para la destrucción y la dominación, y se dedicara a los avances de la ciencia y la tecnología en todas las naciones del orbe, se traduciría en un factor multiplicador que redundaría en el bienestar de la humanidad. Al existir suficiente inversión en el área de la salud, tanto pública como privada, que a su vez está estrechamente relacionada con la ciencia y la tecnología, los programas sanitarios seguirían su curso normal, contando con profesionales mejor preparados y a su vez, la formación de los especialistas no sufriría interrupciones inaceptables como las que se plantea en algunos ámbitos. Es obvio que una red de atención primaria ha sido importante y forma parte del diseño de atención en salud pública, cuya siembra seminal existía, que yo sepa desde que fue creado el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social en el año 1936 en Venezuela (hoy MPPS), mejorada en la década de los años 60 con la medicina simplificada, ejemplo según la OMS para numerosos países de la región, especialmente en la detección de afecciones infecto-contagiosas y en la solución de los problemas básicos relacionados con la medicina general. Sería un craso error limitar la aspiración de numerosos jóvenes talentosos a incorporarse en la formación médica integral, siguiendo el pensum que clásicamente se ha diseñado. Se pudiera más bien condicionar su ingreso a una mayor capacitación que impone el desempeño de la medicina moderna. Naturalmente que los países planificaran el número de profesionales que necesiten de acuerdo a sus respectivas necesidades y densidades poblacionles.
Agradecido al Dr. Francisco Kerdel por plantear tan interesante tema relacionado con las políticas públicas en el área de la salud.
Un saludo cordial,
Dr. Guillermo Planas Girón
Caracas-Venezuela
Queridisimo Dr Kerdel, muy agradecida por su colaboracion a esta edicion extraordinaria de Navidad, momento para hacer nuestro propio balance interior, y nuestros planes de como mejorar. Saludos Jaime, Guillermo, y Dr Fachin V.En mi «Regalo de Navidad» expuesto en mi Modulo de Dermatologia y Arte , relato mis comienzos en el ano 1992. Para tal fecha, el oscurantismo y la peste no habia llegado a nuestro posgrado, pero tal especialidad era considerada elitesca, y los que concursabamos y quedabamos debiamos hacer un posgrado extrafinanciado.Luego vinieron tiempos mejores. Ahora, las perspectivas, como dice Guillermo, se encuentran prenadas de incertidumbres e indefiniciones. Creo que cada uno de nosotros tiene un compromiso con nuestra especialidad.
DRa. Raquel M Ramos M
Distinguidos participantes en este foro.
me queda claro el fuerte compromiso que tenemos,quienes estamos en el medio de la dermatologia,en nivel privado,institucional o academico las condiciones actuales para enriquecer nuestra materia de la dermatologia no son muy buenas y mucho menos para las siguientes generaciones.Lamentablemente por diversas razones todas ellas muy importantes.
me da gusto leeer las opiniones de ustedes y creo que coincidimos en que los retos para nosotros seran mas dificles,sin embargo debemos seguir preparandonos en todos los sentidos y convertirnos en fuertes pilares de lucha para que nuestra especialidad se vea enriquecida con verdaderos medicos especialistas y con la vision de un futuro que nos obliga a comprometernos mas,
y recordemos a los maestros desde la roma antigua hasta los que fueron nuestros mentores que dieron todo por transmitir sus conocimientos sin escatimar esfuerzos como ustedes lo hacen.
enhorabuena y feliz 2012 en sus respectivos paises.