En la oportunidad de asistir al RADLA en Santiago de Chile en mayo del 2006, aproveché la circunstancia para visitar la casa museo de Pablo Neruda en el Pacìfico chileno.
Fue como una peregrinación, un encuentro casi místico con el mar, la poesía y los recuerdos dejados por el poeta. Sentí una inmensa emoción que la llevo guardada en esto que los humanos llamamos corazón
Les envio a los amigos de Piel latinoamericana esta colaboración
Luis. Moncayo
Donde estabas Pablo
que no saliste a nuestro encuentro.
¿;Por qué tus manos
no abrieron el candado màgico de tu casa?
¿;Qué brújula transparente
te condujo hasta este espacio?
¿;Con qué ojo atisbaste
ese mar que siempre iba a ser tuyo?
Reposas
con tus ojos mirando al lenguaje de las olas
buscando en Isla Negra
las respuestas a tus inspiradas preguntas.
Nos contaron en deleite
que te bebías el agua y los vinos del mundo
en copas que tienen el color del arcoiris
saboreando el dulce matiz
cuando el líquido moraba en tus labios.
¡Tocaron las campanas tu poesía!
¿;Qué escodían tus máscaras detrás de sus pétreas sonrisas?
Vimos a tu gran caballo
habitante araucano
crecido en tu vegetal y lluvioso
recuerdo del Temuco fronterizo.
Tus caracolas me dijeron al oido
que te presentas en las noches
a revisar tu bitácora océanica.
Que regresas invisible
a buscar la morena compañía de Miguel,
la risa inmensamente sonora de Federico
prestidigitador como tu de la palabra
y dueño de una vida feliz
que quedó sesgada en la vera de Granada.
Tu pez ondea horizontal
en el azul del cielo
como buscando los ojos de su capitán
intentando navegar en los mares del cielo
fuera de sus círculos armilares.
Vamos, los que aquí quedamos
a llenar de vinos coloridos
tus mágicas botellas de colección.
Vamos a colocar tus mascarones de proa
en imaginarias embarcaciones
para viajar por tus mares
buscando entusiasmados
las estrellas que escribir tu nombre quieren.
Volveré con el mar
a buscar tu compañía.
Me quedaré con la arena
junto a tu ancla
que elevar vuelo espera.
Qutio,abril 2008.
Bellísima inspiración de homenaje a Neruda Dr Moncayo. Isla Negra tiene la magia de transportarnos al mundo del poeta de lo sencillo: las cebollas, los ajos. NOs recibe con el mensaje de Don Pablo: «Y fuí el por el mundo repartiendo la alegría».
DE verdad , muy hermoso, tanto como la tabla que escogió de escritorio cuando llegaba del mar y le dijo a Matilde. «Ahí viene mi escritorio». Como la planta de aloe o sabila, inmensa, majestuosa que esta dando al mar. Como esas dos tumbas solitarias, que reciben a diario el sonido del Pacífico y la brisa marina, que apacigua los tormentos y exalta a los poetas como ud.
DRa. Raquel M Ramos M.
Valencia
Venezuela
¿Donde estabas Pablo
que no saliste a nuestro encuentro?
¿Por qué tus manos
no abrieron el candado màgico de tu casa?
¿Qué brújula transparente
te condujo hasta este espacio?
¿Con qué ojo atisbaste
ese mar que siempre iba a ser tuyo?
Y Matilde le pregunta a Neruda:
¿Pablo, ya agregastes las Preguntas del Dr. Moncayo
al Libro?
¿Víste que tu poesía no morirá nunca?
¿que Tus Preguntas se siguen formulando?
Gracias Dr. Moncayo,
me conmoví profundamente leyendo lo que con el mismo amor fraterno e incondicional me hubiese gustado decirle a Pablo.
Saludos sinceros,
Vito Abrusci Ventura
Yo estuve allí. Y también estuve en «La Chascona», su casa en Santiago de Chile, y lo que más me emocionó fué tener en mis manos la medalla del Premio Nobel de Literatura que le dieron en 1971.
Dra. Salomé Salloum Salazar
Ciudad Bolívar. Estado Bolívar.
Venezuela.