Antonio J González Mata
Pediatra Infectólogo
Hospital Universitario Pediátrico “Agustín Zubillaga”
Barquisimeto, Venezuela
Fue anunciada sencilla y honestamente porque si alguna enfermedad inmunoprevenible comienza a aparecer, sin duda es por insuficiente cobertura vacunal previa a la aparición de los casos (según OMS menos del 90%). Aparecen los casos y se desconoce cuándo termina el brote, y no es el mejor momento de vacunar para prevenir -el mejor momento pasó-, no hay contraindicación actual para inmunizar. Las vacunas salvan vidas, son una inversión en salud, producen ahorro y la salud es un producto social. Esto es válido mundialmente para cualquier enfermedad, cuidado con otras patologías inmunoprevenibles por ejemplo el sarampión, actualmente miles de casos en Francia y Reino Unido, y poliomielitis salvaje en África. Hoy en Venezuela (MPPS) una de cada dos personas con infección viral respiratoria aguda es por influenza. La gripe o influenza es una enfermedad respiratoria aguda de importancia mundial, causada por los serotipos A, B y rara vez C del virus de la influenza. Puede ser asintomática o presentarse con las manifestaciones clásicas tales como fiebre, mialgias, escalofríos, cefalea, dolor de garganta, tos seca y malestar general. El período de incubación es de 1 a 4 días y la enfermedad dura de 5 a 7 días hasta dos semanas. En los adultos mayores se puede presentar sin fiebre y asociada con manifestaciones neurológicas como confusión, lasitud, y fatiga. En los pacientes inmunocomprometidos las complicaciones pulmonares son más frecuentes y el virus se excreta durante más tiempo. Las embarazadas, los diabéticos y los pacientes con enfermedades cardiovasculares y broncopulmonares suelen tener mayores complicaciones y/u hospitalizaciones. Entre las complicaciones respiratorias se destaca la neumonía viral y/o bacteriana. Entre las no respiratorias se observan manifestaciones cardíacas (infarto, miocarditis, insuficiencia cardíaca), la encefalitis y la descompensación diabética. En las epidemias de gripe la mayoría de las complicaciones, hospitalizaciones y muertes se presentan en mayores de 65 años, pero durante la última pandemia A (H1N1) 2009 se observaron en jóvenes sin factores de riesgo, embarazadas y obesos.
La descripción morfológica clásica de la neumonitis por influenza es: bronquiolitis necrotizante, trombosis vasculares, inflamación intersticial y formación de membranas hialinas, con edema alveolar y hemorragias. Al avanzar la enfermedad se genera daño pulmonar difuso con fibrosis, metaplasia escamosa y neumonitis bacteriana agregada.
El diagnóstico con técnicas rápidas de detección de antígeno, como las inmunocromatográficas, ofrecen una buena especificidad
(en general superior al 90%), pero con datos de sensibilidad para el diagnóstico de gripe por el A(H1N1) muy deficitarios, en general
inferiores al 50% (entre el 12 y el 67%, según los estudios), los resultados negativos falsos ocurren más a menudo que los resultados positivos falsos.
Cuando la vacuna utilizada coincide con los virus circulantes, la protección estimada es del 70–90%.
Los pacientes inmunocomprometidos, aquellos con enfermedades crónicas y los adultos mayores tienen tanto menor respuesta inmunogénica como protección que los adultos sanos o menores. Las embarazadas tienen buena respuesta. La transmisión pasiva de anticuerpos brinda protección a los recién nacidos y durante los primeros seis meses de vida. Se aprecian beneficios a la comunidad de adultos por la vacunación de los niños en edad escolar. La vacuna contra Influenza reduce el ausentismo laboral y el costo en salud en forma significativa.
Todo niño desde los seis meses de edad debe ser vacunado anualmente (AAP 2013), la protección vacunal sólo persiste por un año.
Los países que deseen ampliar la vacunación a todos los grupos de edades pueden hacerlo. En caso de pandemia la vacunación universal es recomendable.
Las personas afectadas con cuadro de vías aéreas superiores pueden vacunarse. Las vacunas antigripales pueden administrarse junto a otras.
El grupo de Consenso de Adultos de Asociación Panamericana de Infectología (API 2013) recomienda la vacunación antigripal anual especialmente a los grupos que se detallan a continuación:
1. Personas con alto riesgo para complicaciones de influenza.
- Personas mayores de 50 años.
- Residentes de Instituciones de cuidados prolongados (geriátricos, hogares).
- Adultos con enfermedades pulmonares o cardíacas
- Adultos con enfermedades metabólicas (incluida la diabetes mellitus), renales, hemoglobinopatías e inmunosupresión incluidos los pacientes VIH).
- Mujeres que cursarán su embarazo durante la época de gripe. Vacunar a todas las embarazadas (mortalidad 50%) en las áreas en las que circula la gripe durante todo el año.
- Lactancia y puerperio.
- Personas con obesidad mórbida (IMC mayor a 36).
- Personas de 16 a 18 años que reciban tratamiento prolongado con aspirina.
2. Personas que pueden transmitir la gripe a otras de alto riesgo.
- Trabajadores de la salud.
- Convivientes de personas de alto riesgo.
- Empleados de instituciones de cuidados prolongados.
La influenza es la única infección viral respiratoria prevenible por vacuna y que tiene tratamiento antiviral.
Según el CDC (2012 – 2013) el tratamiento antiviral temprano con oseltamivir a partir de 2 semanas de edad puede: reducir la duración de la fiebre y los síntomas de la enfermedad, y reducir el riesgo de sufrir complicaciones por la influenza (por ej.: otitis media en niños pequeños, neumonía, insuficiencia respiratoria y muerte) y reducir la duración de la hospitalización. El mayor beneficio clínico se obtiene cuando el tratamiento con antivirales se inicia dentro de las 48 primeras horas de la aparición de la influenza. El tratamiento con antivirales también puede ser beneficioso para los pacientes que tienen enfermedades progresivas, complicadas o graves o que han sido hospitalizados si se administra después de 48 horas del inicio de la enfermedad, el tratamiento antiviral fue asociado con casos de mayor supervivencia en comparación con los pacientes que no recibieron tratamiento, los pacientes que iniciaron el tratamiento con antivirales hasta 5 días después de la aparición de la enfermedad han mejorado el índice de supervivencia en comparación con los pacientes que no recibieron tratamiento. El tratamiento puede reducir la duración de los síntomas, las hospitalizaciones y el índice de mortalidad en comparación con la ausencia del tratamiento. Se determinó reducción del 65% del índice de mortalidad en pacientes que recibieron un tratamiento temprano en comparación con los pacientes que no recibieron ningún tipo de tratamiento. El tratamiento antiviral también puede ser una opción en el caso de pacientes ambulatorios sintomáticos, previamente saludables que no corren alto riesgo con influenza posible o confirmada según criterios clínicos, si el tratamiento puede iniciarse dentro de las 48 horas a partir del inicio de la enfermedad.
HOY los países del mundo deben incluir todas la vacunas en su esquema de inmunizaciones, el retardo en la introducción de vacunas es algo muy vergonzoso.
Lecturas recomendadas
- Marés. J, Rodrigo C, Moreno-Pérez D y col: Recomendaciones sobre el tratamiento de la gripe en Pediatría(2009–2010). An Pediatr(Barc). 2010;72(2):144.e1–144.e12
- CDC Influenza Antiviral Medications: Summary for Clinicians.Current for the 2012-2013 Influenza Season pag 1- 8. http://www.cdc.gov/flu/professionals/antivirals/summary-clinicians.htm
- South East Asia Infectious Disease Clinical Research Network: Effect of double dose oseltamivir on clinical and virological outcomes in children and adults admitted to hospital with severe influenza: double blind randomised controlled trial. BMJ 2013;346:f3039 doi: 10.1136/bmj.f3039
- American Academy of Pediatrics: Recommendations for Prevention and Control of Influenza in Children, 2012–2013. Pediatrics 2012;130:780–792
- World Health Organization (WHO): Recommended composition of influenza virus vaccines for use in the 2013-2014 northern hemisphere influenza season, February 2013 pag 1-21