Aquel que es un día más viejo que tú es un día más sabio
Aunque el componente científico de la medicina, derivado de los conocimientos e innovaciones de la investigación científica de las ciencias básicas (especialmente bioquímica, biofísica, biología molecular, inmunología y genética), le han dado al médico unas herramientas formidables y un prestigio de infalibilidad a sus estrategia terapéuticas.
No hay que llamarse a engaño ya que en esencia la investigación científica como bien lo señaló Sir Peter Medawar es "el arte de lo soluble", es decir, el arte de lo que puede resolverse y es fácil imaginar que los "insolubles" (lo que no nos está dado resolver) constituye sí no la mayor parte de los problemas, al menos aquellos de más profundidad y alcance, entre ellos el origen de la vida, el más allá, el sentido de la existencia humana y muchos otros que forman la sustancia de la filosofía y de las religiones.
La medicina, tiene la gran ventaja sobre las demás ciencias, que es más antigua, y marcada desde los tiempos de Hipócrates por un hilo conductivo determinante, está menos tentada a caer en el dogma contagioso del potencial todopoderoso de la ciencias que ha permeado gradualmente la sociedad contemporánea y cegado momentáneamente su capacidad de comprensión de las limitaciones reales de su acción.
Me impresiona gratamente la frase con que da inicio a su articulo Dr Francisco. Creo que de manera inversamente proporcional a como la sociedad ha creido omnipotente a la medicina en la tarea de solucionar, por más vieja ciencia que sea ( ver articulo de la Dra Panzarelli), los médicos han perdido la capacidad de respeto por las jerarquias, por las canas de sus maestros. Observo con sumo dolor, que un medico joven, por saber más de tecnología, olvida que esas manos saben palpar, cunado no hbaía ecógrafos, que esos oidos aprendieron escuchar , en pocas palabras , medicos que aprendieron clinica con los 5 sentidos, y hasta con el sexto, y son descalificados a veces sin el menor respeto. «A Dios lo que es de dios y al Cesar lo que es del Cesar».
Su afectuosa admiradora.
Dra. Raquel M Ramos M
Valencia, Venezuela