A medida que avanzas en los días
Y desde tu llegada hasta la muerte
No pierde sensación tus ardentias
Tampoco tu frialdad ante la suerte.
Anuncias el dolor sin cortapisa
La gracia de la gloria y sus deseos
Lo candido del beso y la sonrisa
Cuando te erizas al son de coqueteos
Nos cubres sin rasguños y te contraes
Cuando herida lloras un desconsuelo;
Tu olor nos persigue y nos atrae
Para amar también y con recelo;
Hablo de la piel que se distrae
Al roce de otra en su desvelo
Por Dr. Adolfo Gómez Agámez Monteria Colombia