La dermatología es una especialidad en extinción?

Discurso pronunciado durante el acto de inauguración de las XV Jornadas de Actualización en Terapéutica Dermatológica, 21 Junio 2013, Caracas, Venezuela.

Prof Dr. Jose Maria Ollague

Hace poco miraba fotos de dinosaurios de la era mezozoica, eran seres colosales, fantasticos, cazadores, implacables depredadores, maquinas de dominio y fuerza. Habían desarrollado diferentes habilidades, dominaban el mundo y se habían adaptado maravillosamente al ecosistema que habitaban. Su cerebro no había seguido el ritmo de crecimiento de su cuerpo , ¿quien podía detenerlos?, parecería que el limite de desarrollo y mando lo imponían ellos, pero de repente y casi instantáneamente a comienzos del cretaceo, se extinguieron, aparentemente no quedo huella de ellos. Una serie de animales más pequeños sobrevivieron a la causa de la desaparición de los grandes saurios, y evolucionaron en millones de años, entre ellos nuestros antepasados: el hommo sapiens. De los grandes dinosaurios solo quedaron sus osamentas, todos pensaron que la naturaleza decidió la desaparicion de esa especie, sin embargo, estudios recientes muestran que los dinosaurios siguiern teniendo  continuidad en la tierra, aun en nuestros días, la evolución no los había destruido a todos.

Mas pequeños, mas bellos, igual de eficientes y necesarios, habían sobrevivido como pajaros, algunos con tareas que generan, vida  inspiración, música misterio majestuosidad,  la naturaleza habia triunfado otra vez.

Pero el juego continua no se detiene, a diario leemos, especie extinguida, especies en peligro de extinción, cazados impunemente; que preocupación del mundo y sus instituciones conservacionistas y…. surge la esperanza, los seres humanos se lanzan al rescate, el esfuerzo se extiende hasta lugares muy remotos y en sitios muy famosos con resultados espectaculares.

Por vias diferentes la naturaleza había triunfado otra vez, las especies sobrevivían. La aventura de la vida continuaba, la jornada era cada dia mas apasionante.

De repente noticias sorprendentes nos despiertan de ese letargo encantador de vivir apaciblemente, sin malestar aparente, sin desasosiegos, con la tranquila conciencia de que contribuimos a mantener y crear vida,  seres considerados inferiores comienzan a discernir, a memorizar, a aprender tareas sofisticadas, casi se descrifa el complejo sistema de comunicación de algunas especies inferiores, algunas especies comienzan a manipular conceptos que habían sido privativos de los seres pensantes. Por ejemplo: hoy se sabe que los delfines son capaces de utilizar herramientas, tener sexo solo por placer y no solo por reproducirse, tal cual los seres humanos.

¿No es acaso sorprendente? ¿que significa todo esto? Solo la constante evolución que no se detiene explicaría  estos fenómenos.

Una paciente acude a un centro de salud en busca de ayuda ginecológica, ha visitado varios “especialistas” sin que su problema sea resuelto, de repente en un centro hospitalario, su “vía crucis” termina cuando el problema que la aquejaba se resuelve. Confundida por todo el tiempo que había pasado, le pregunta a su “salvador”, ¿que paso que mi problema no fue resuelto anteriormente? El medico prudente, cuyo rostro mostraba el paso indeleble del tiempo, sombras infraoculares importantes, hoy llamadas ojeras, y abundantes canas aparejadas a su sabiduría, contesta con nostalgia. Cada vez somos menos los ginecólogos; es mas fácil y mas rentable ser obstetra o especializarse en cesáreas, no hay malas noches, no hay necesidad de escribir artículos, no hay que preparar clases, no hay que actualizarse y además se gana mas

 

Un niño pasea su dolencia durante tres años por diferentes lugares dedicados a la pediatría sin ningún diagnostico, sin ninguna terapéutica, sin ninguna orientación hasta que gracias a la naturaleza divina encuentra una joven especialista que compartía su practica privada con un hospital publico lleno de niños enfermos. Realiza las investigaciones pertinentes, lee, ordena exámenes, consulta colegas relacionados, dermatólogos, oncólogos; al final consigue un diagnostico y elige una terapéutica que pone una luz aunque distante, luz al fin y al cabo, en la vida de su pequeño paciente que tiene una enfermedad grave.

De nuevo la madre pregunta. ¿Porque no paso antes? ¿Porque demore tanto en encontrar alguien que me ayude?

Y la joven pediatra con una sonrisa esperanzadora le responde: ahora es más fácil ser puericultor, los niños realmente enfermos demandan mucho tiempo, mucho estudio, mucha preocupación y generalmente están en hospitales públicos. Es mas fácil y mas rentable atender niños sanos. Un paciente con una enfermedad dermatológica de tres años de evolución acude por trigésima vez a consultar a un medico diferente, conocido en el medio por su habilidad para embellecer y su sin-numero de maquinas tecnológicas al servicio de la cosmiatria. Pero con un profundo sentido de la ética desarrollado durante sus años de instrucción dermatológica le dice al paciente de forma ceremoniosa y taciturna: Mi querido sr. usted tiene una enfermedad muy difícil y prolongada, creo que ud. debiera consultar a mi profesor el Dr. fulano quien trabaja en el hospital San Juan de los Desvalidos, el esta a punto de jubilarse por edad pero seguro que con una recomendación mía lo atenderá.

¿Que esta pasando?

Es que al igual que los dinosaurios, los gorilas, los cóndores, las tortugas…..estamos en vías de desaparición, los ginecólogos, los pediatras, los dermatólogos por citar solo algunos.

¿O es que simplemente somos parte de un proceso de evolución que nos llevara a nuevas dimensiones tal como sucede con los ejemplos dados?

¿No se que piensen uds?.

No tengo la respuesta, solo tengo la ilusión hecha casi certeza, de que los que estamos en peligro de extinción, encontraremos la manera de sobrevivir y lograr inculcar en las siguientes generaciones el amor por la investigación, el conocimiento, la necesidad de ocuparnos también de los pacientes enfermos, la publicación de nuestras experiencias que aunque pequeñas sean nuestras, y particularmente en nuestra especialidad encontrar el camino para que la piel -sinónimo de belleza- no nos divida, que por el contrario nos una en la búsqueda incansable y por siempre inconclusa del bienestar y de la salud.

Que vivan por siempre las especialidades en vías de extinción.

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