Título de la obra: “El Paraíso en la otra esquina”
Autor: Mario Vargas Llosa
Género: Novela
Editorial: Alfaguara, sello editorial del Grupo Santillana. La presente edición: D.R© Aguilar, Altea, Taurus, SA de CV., 2003, México. Nota: La obra se terminó de imprimir en marzo de 2003, en Litográfica Ingramex, SA de CV, México D. F.
Obra de 485 páginas
Cuando se tiene el placer de leer a Mario Vargas Llosa, se puede tener la seguridad de que estamos ante una obra, impregnada de inteligencia, elegancia, excelente castellano, excepcional calidad literaria, manejo magistral de la metáfora y de la imagen, donde la trama la disfruta el lector, confiado del respeto y la precisión que el autor confiere a la época y a los hechos históricos que conforman la estructura de la obra.
Experimenté la sensación de que el afamado escritor se transmutaba en un famoso pintor cuando con su pluma brillante, transformada en delicado pincel, describe minuciosa y detalladamente las pinturas de Paúl Gauguin, uno de los excepcionales personajes que, a la par de Flora Tristán, su abuela materna, conforman los pilares fundamentales de la obra.
El autor logra entretejer ambas historias, a través de veintidós cautivadores capítulos, transmitiendo la sensación de describir dos vidas paralelas, pero respetando sus características peculiares y su ubicación histórica, ya que Flora Tristán (Flore Celestine Therèse Henriette Tristán Moscoso Laisney) nace en París en el año 1803 y muere en Burdeos, cuarenta y un años después (1844); en tanto que su nieto, el futuro genial pintor post-impresionista, Paul Gauguin (Eugène Henri Paul Gauguin) nace en París el 7 de Junio de 1848 y muere en las Islas Marquesas el 9 de mayo de 1903. Ambos personajes cubren todo el siglo XIX, caracterizado entre otras cosas, como muy bien lo aprecia el autor “por un período de utopías libertarias”.
Flora Tristán, a través de su agitada y acontecida vida, nos ofrece la particularidad de poder vislumbrar los grandes acontecimientos de la sociedad francesa y europea de su época. Era hija de un militar peruano-español, residenciado en Perú, el coronel Mariano Tristán, quién se casó en Francia con la francesa Teresa Laisney (o Laìné), pero sin guardar todas las formalidades legales del caso, es decir, un acto carente de valor legal. Este episodio marcó definitivamente el curso de la vida de Flora, ya que le imprimió un estigma de bastardía a la futura defensora de los derechos de la mujer y de los humillados trabajadores, que laboraban en condiciones oprobiosas en la Europa de la revolución industrial.
Destaca el autorque… “Después de vivir en uno de los barrios residenciales de París, una vez muerto su padre, se vieron obligadas a vivir miserablemente en uno de los barrios más pobres de París, en la Plaza Maubert, plagado de borrachos, mendigos, y gentes de mal vivir”. Evidentemente fue una mujer muy sufrida pero con un estoicismo a toda prueba, como lo demuestra la lucha feroz contra su esposo (André Chazal), a la sazón, dueño de una imprenta de grabados, quien la trató como un salvaje, descargando en su tierna humanidad, toda su lujuria primitiva y su repugnante hedor alcohólico, que la deprimían y la humillaban en su autoestima. Este calvario duró escasos cuatro años y como producto de sus obligadas relaciones sexuales, nacieron tres hijos. También se le acusó a Chazal ante los tribunales de incesto con su hija sobreviviente, Aline, futura madre de Paul Gauguin. Ya sabemos que en esa época en Francia, no existía el divorcio y todas las leyes estaban concebidas bajo la óptica de una sociedad netamente machista, por tanto las mujeres estaban en un plano total de inferioridad legal y jurídica.
Esta serie de acontecimientos adversos, la impulsaron a un probable rechazo subconsciente contra el matrimonio, calificando a la institución como una suerte de esclavitud donde la mujer vivía un estado de servidumbre que aniquilaba todos sus derechos humanos elementales. De modo que este rechazo a la institución matrimonial, entró a formar parte de unos de sus postulados, aparejada a la defensa incondicional de la situación miserable que vivían los trabajadores de la Europa del siglo XIX. A ese interesante, pero utópico proyecto, lo denominó “Unión Obrera”, que a juicio de muchos, sería fuente de inspiración a unos de sus contemporáneos más ilustres, Carlos Marx, quien con una mayor preparación filosófica y sociológica, y mayor solidez intelectual, elaboraría los postulados del marxismo, junto a su compañero Federico Engels.
Flora Tristán, no obstante, su escasa preparación literaria y gramatical, produjo dos obras de gran connotación y difusión en la época: “Peregrinaciones de una Paria” y “Paseos en Londres”.
“Peregrinaciones de una Paria” (1838), relata el motivo de su viaje al Perú en 1833, donde aspiraba reclamar el reconocimiento de la familia paterna y la herencia que le correspondía por su padre fallecido en 1807. Ante la fracasada misión de reconocimiento de su legitimidad y de apoyo económico familiar, produce este interesante libro, dirigido en contra de sus parientes peruanos y en especial su tío Pío Tristán, quien le había asignado una miserable pensión, no obstante ser una familia riquísima y de gran poder en Perú. En el texto en referencia, figuran, según Cristina Guiñazú (Lehman Collage, CUNY), “sus preocupaciones políticas y sociales, la situación de la esclavitud en Perú, la guerra civil de Arequipa, las costumbres familiares, la vida en los conventos, los conflictos con su esposo, las negociaciones con su tío, y una de las situaciones que marca toda su obra, la situación de las mujeres”.
“Paseos en Londres” (1840), narra sus visitas a los prostíbulos en los suburbios de Londres, donde calibra la condición discriminada y explotada de la mujer, presentando la otra cara de la revolución industrial. Según Vargas Llosa, la revolución industrial representa, no obstante, sus máculas de explotación y humillación contra las mujeres y los trabajadores de la época… “el progreso, la modernización y además, el primer paso a lo que sería una revolución tecnológica, científica, económica y política en el mundo entero”.
Flora Tristán, muere en Burdeos a los cuarenta y un años (1844), de fiebre tifoidea, asociada a la pesada carga de sufrimientos y humillaciones sufridas en su corta pero estoica y productiva vida, en defensa de sus hermanos desposeídos y desamparados.
El otro protagonista integrante de ésta novela es el famoso pintor Paul Gauguin. Hay que considerar que Vargas Llosa, dedica a la vida de Paul Gauguin, once capítulos de los veintidós que consta su interesante novela.
Prácticamente todos los capítulos son desarrollados sobre la larga estadía del pintor en las islas del Pacífico Polinesio, exceptuando uno, que trata de su corta visita en París (l893-1895). Pero la maestría del autor se evidencia en relatar y rememorar a lo largo de estos once capítulos, prácticamente todo el cúmulo de sufrimientos, decepciones, múltiples enfermedades (malaria, sífilis y según algunos autores, probablemente lepra), incluyendo su adicción al láudano, alcoholismo y ruina económica permanente. Del mismo modo, no se le escapa el relato de la evolución pictórica de Gauguin dividida en varias etapas, hasta romper con el Impresionismo vigente y convertirse en el máximo representante del Post-Impresionismo, así como del Sintetismo junto a su amigo Ëmile Bernard. Igualmente relata su dilatada trayectoria pictórica en la lejana Oceanía, en un ambiente tropical y primitivo (Tahití e Islas Marquesas)
Describe los dos últimos años del famoso pintor, caracterizados por el intenso sufrimiento, aquejado por las úlceras crónicamente supuradas “y mal olientes” en su pierna, así como por la ceguera y los problemas de orden cardíaco, probablemente, secuelas de la sífilis.
Los capítulos citados podemos resumirlos, señalando origen y fecha de desarrollo. Recuérdese que el autor alterna cada capítulo sobre Gauguin con la “vida paralela” de la abuela materna del pintor, Flora Tristán, en un derroche de coordinación, de semblanzas, semejanzas y diferencias, perfiles psicológicos, que exhibían los dos brillantes personajes históricos. La coincidencia de tan carismáticos personajes la pudiéramos resumir en dos puntos: ruptura contra todo tipo de convencionalismos y la lucha desesperada por la libertad.
Capítulo II) “Un demonio vigila a la niña” (Mataiea, abril de 1892)
Capítulo IV) “Aguas” misteriosas” (Mataiea, Febrero de 1893)
Capítulo VI) “Anuhah, La Javanesa” (París, Oct.1893)
Capítulo VIII) “Retrato de Aline Gauguin” (Punaauia, marzo 1897)
Capítulo X) “Nevermore” (Punaauia, Mayo de 1897)
Capítulo XII) “¿;Quienes somos?” (Punaauia, Mayo de 1898)
Capítulo XIV) “La lucha con el ángel” (Papeete, Sep. de 1901)
Capítulo XVI) “La Casa del placer” (Atuona -Hiva Oa- Julio de 1902).
Gauguin (Koke, como lo llamaban los maories de la Polinesia) era un pintor post-impresionista francés, cuyos colores exuberantes, formas bidimensionales planas y llamativas temáticas contribuyeron a dar forma al arte moderno.
Nació en París el 7 de junio de 1848, en una familia liberal de clase media. Su madre era hija de la célebre socialista y feminista Flora Tristán. Después de una juventud aventurera, que incluye una estancia de cuatro años en Perú con su familia y un empleo en la marina mercante francesa, se convirtió en un exitoso agente de bolsa de París, llevando una confortable vida burguesa con su mujer, la danesa Mette-Sophie Gad, y sus cinco hijos.
En 1874, después de conocer al pintor Camille Pissarro y ver la primera exposición de los impresionistas, se hizo coleccionista y pintor aficionado. De modo que su inclinación por la pintura es una evidente vocación tardía, al igual que su contemporáneo y amigo Vicent Van Gogh. Expuso con los impresionistas en 1876, 1880, 1881, 1882 y 1886.
En 1882, debido a la quiebra de la Bolsa, se dedica integralmente la pintura, descuidando su vida matrimonial e hijos y simultáneamente alejándose de su vida aburguesada. A comienzos de 1884, se trasladó a Ruán, donde vivía Pizarro, su maestro en sus inicios impresionistas.
Entre 1886 y 1891 Gauguin vivió principalmente en la Bretaña (a excepción del viaje a Panamá y Martinica entre 1887 y 1888, donde adquiere las terribles enfermedades que lo acompañarán por el resto de sus días). En Bretaña, era el centro de un pequeño grupo de pintores experimentales conocidos como la escuela de Pont-Aven. Se inspiró en el arte indígena, en los vitrales medievales y en los grabados japoneses. Estos últimos los conoció a través de Vincent Van Gogh en 1888, durante los dos meses conflictivos que vivieron juntos en Arles, en el sur de Francia. Después del altercado en el que Van Gogh intentó matarle, abandonó la ciudad.
Su nuevo estilo, marcado por la absorción de influencias del arte primitivo bretón, el cual modificó con máxima intensidad en las islas de la Polinesia, se caracterizó por la utilización de amplias zonas planas de colores encendidos. De esa forma, Gauguin se alejó totalmente de lo que él mismo describió como “contaminado y aburguesado impresionismo francés”.
En 1891, arruinado y endeudado, se embarcó hacia Tahití escapando de la civilización europea. Permaneció el resto de su vida en las Antillas, primero en Tahití y después en las islas Marquesas.
Las características esenciales de su pintura experimentaron pocos cambios. La expresividad cromática la mantuvo, al igual que el rechazo a la perspectiva y la utilización de formas amplias y planas. Influido por el ambiente tropical y la cultura polinesia, la obra de Gauguin fue cobrando fuerza expresiva mientras que el tema se fue haciendo más característico. Aumentó la escala de sus cuadros y sus composiciones se fueron haciendo más simples. La temática del pintor abarcó desde escenas de la vida cotidiana, como “Tahitianas en la playa” (1891, París, Francia), hasta inquietantes temas de origen primitivo como “El espíritu de los muertos observa” (1892, Galería de Arte Albright-Knox). La obra maestra de Gauguin, pintada inmediatamente antes de su intento de suicidio, es la inmensa alegoría que consideró su testamento pictórico titulada “¿;De dónde venimos? ¿;Quienes somos? ¿;A dónde vamos?” (1897, Museo de Bellas Artes, Boston, Estados Unidos).
Se anexan fotos de estas grandes pinturas, pertenecientes a diversos períodos, para el disfrute de los lectores y como complemento visual a la excelente novela escrita por Mario Vargas Llosa.
Paul Gauguin muere el 9 de mayo de 1903, consumido por la “enfermedad impronunciable” (a decir de Vargas Llosa), el alcoholismo, el opio y la serie de frustraciones e intensa vida disipada que llevó en su relativa corta existencia, en el pueblo de Atuana, Isla de Dominica (Islas Marquesas).
|
|
|
|
"¿ De dónde venimos? ¿ Quiénes somos? ¿;Adónde vamos?", 1897,
Museo de Bellas Artes, Boston, Estados Unidos |
Dr. Guillermo Planas Girón
Caracas-Venezuela, Abril de 2007
Las vidas de Flora Tristán y Simón Bolivar se cruzaron en 1804, Flora tenía un año de edad y el joven Bolivar de visita por Europa entabló amistad con Mariano Tristán-Moscoso, compartían sus orígenes criollos y vascos.
Hacia 1839,Flora tradujo al francés las cartas de Bolivar.
Excelente comentario sobre una de las ultimas obras de Mario Vargas Llosa gran escritor, ensayista y novelista universal, personalmente no la conocía.
Hace unos años leí «La tia Julia y el escribidor» (editada en 1977) una novela autobiográfica,con una temática que solo un escritor de verbo inteligente y elegante como Vargas Llosa podía abordar.
Mas reciente entré en contacto con «La fiesta del chivo» (editada en 2000).La película de igual título y dirigida por su primo Luis Llosa se estrenó en nuestro país en el 2006; está ambientada en Sto.Domingo,Rep.Dominicana durante el final de la dictadura de 30 años de Rafael Leonidas Trujillo(1961). La película es excelente y destacan las actuaciones de Tomás Milian(Trujillo) e Isabella Rosellini(Urania Cabral). El libro por supuesto, supera el film por los detalles, dialogos y pasajes desgarradores;una obra que no deja indiferente al lector.
Vargas Llosa fue candidadto presidencial en su querida patria Perú en 1990…no ganó…prefirieron oir cantos de sirena, igual que aquí. Pareciera que nuestros pueblos no aprenden de sus experiencias, viven embarcados en utopías que solo han conducido al odio, la pobreza y la miseria.
Gracias por mostrarnos otra faceta de este gran novelista.
Hablando de Don Mario Vargas Llosa les recomiendo su nueva novela : «TRAVESURAS DE LA NIñA MALA»
Que la disfruten!
Hilda Ramos Zerpa
Efectivamente, Dra Amalia Panzarelli, Simón Bolívar en su estadía en Francia entró en contacto con Don Mariano Tristán-Moscoso, coronel de los ejércitos del Rey de España y con una buena fortuna en Perú. Se conocían desde Bilbao, poco antes de casarse el joven Bolívar con la Srta. María Teresa del Toro y Alaisa. Posteriormente siguieron frecuentándose.
Bolívar, en su campaña libertaria, años después, también entró en contacto con el hermano de Don Mariano, Don Pío Tristán, Jefe y Señor de la familia más próspera y rica de Arequipa, Perú. Refiere el autor que….“Llorando como un niño contó a Florita que el general Simón Bolívar y el general Sucre le habían sacado un cupo por veinticinco y diez mil pesos respectivamente y , por supuesto ese par de bribones no le habían devuelto ni un centavo”. Los impuestos de la revolución, mi estimada Dra, que pechan a ricos y pobres, “con el pretexto de las contribuciones para la defensa de la libertad y de la patria”(Mario Vargas Llosa)
En relación al autor, Mario Vargas Llosa, todas sus obras desde sus inicios: La ciudad y los perros, La casa verde, Los cuadernos de Don Rigoberto, García Márquez: historia de un deicidio, hasta los más recientes, como La guerra del fin del mundo, La Fiesta del Chivo, El Paraíso en la otra esquina y la oportuna recomendación de la Dra Hilda Zerpa R., Travesuras de la niña mala, son excelentes y por tanto ampliamente recomendables.
No sé si será la vía más apropiada, pero voy a arriesgarme. Un buen día, aparecí sin ton ni son encabezando una columna, bajo el sugestivo y comprometedor título “El Librero”, iniciativa de los Srs. Editores del Blog (que lejos de ser peyorativo es muy comprometedor, ya que éste título lo devengan individuos que han cultivado “mucho”, la lectura, que no es mi caso). No tengo por profesión la literatura y el arte, sino que son simples hobbies en mis ratos libres.
Pero mientras esté presidiendo ésta columna, tendré la libertad de invitar a otros colegas colaboradores, para que contribuyan con sus comentarios de diversas obras artísticas, literarias o de corte histórico. Podemos comenzar con la Dra. Amalia Panzarelli, para que nos envíe, si está naturalmente entre sus posibilidades, y disculpe el atrevimiento y lo sorpresivo de la invitación, un comentario-análisis sobre la Fiesta del Chivo de Mario Vargas Llosa (la vida del dictador Rafael Leonidas Trujillo, alias “Chapita”, que le encantaba uniformarse y cargar el pecho reluciente de medallas),o bien cualquiera otra obra que considere conveniente y que sea de su elección. Considero que es una forma de abrir caminos a las nuevas generaciones.
Un saludo muy cordial y en espera de la respuesta de la Dra. Amalia Panzarelli.
Guillermo Planas Girón
Ccs-Vzla.
Gracias Dr.Planas por la invitación a participar en El Librero, sección tan bien manejada por Ud. y con tan buena receptividad por los colegas que siguen e interactúan semana a semana en esta página.
A mi tambien me gusta la lectura, como hobbie, ya que la actividad profesional y familiar consumen la mayoría de mi tiempo.
Re-leeré, con todo gusto, La Fiesta del Chivo, para recordar y precisar algunos pasajes y luego enviaré mi visión personal y comentarios.
Por cierto, saben porque se llama La Fiesta del Chivo?…el pueblo en sabio (en ocasiones !) y Vargas Llosa captó a plenitud ese sentimiento:
«El pueblo celebra
con gran entusiasmo
la Fiesta del Chivo
el treinta de mayo.»
Mataron al Chivo
Merengue dominicano
Agradecido Amalia (me disculpa por tutearla, aunque aún no he tenido el placer de concerla personalmente), por haber aceptado mi invitación a participar en la columna.
He estado pensando que ésta sección, deber ser concebida como una tribuna de «libre participación» , sin invitación previa, donde todos los suscriptores del Blog, venezolanos y del exterior, tengan cabida y puedan enviar sus «comentarios y análisis» de obras de interés literario, pictórico,histórico y de todas las artes en general.
Aún no he entrado en contaco con los Srs. editores y con el Ingº. José Hernández,pieza clave en estos menesteres,quien con su amabilidad habitual, colaborará para que la página salga lo más pulida posible. Pero estoy seguro de contar con su apoyo.
Reciban un saludo cordial y la invitación abierta a participar.
Dr. Guillermo Planas Girón
Ccs-Vzla