Amor victorioso

Te busqué. Te añoré.
Anhelando tener amor.
Más allá del tiempo me encontré con  tu presencia.
En ti reside mi interés por la vida :
en tu cuerpo mi presente ,
en tus labios mi mañana.
Llegó mi turno, nuestro turno: arribó en cálido torrente
inundándonos , llenándolo todo.
La luna me enseño el reflejo maravilloso de tu piel.
Manjares servidos los que disfruto en tu venturoso cuerpo.
El amor nos sirvió su universo:
en las noches brilló con las estrellas
en el día caminó por montañas, valles y selvas.
Te oí suspirar cuando la noche empezaba a fabricar los sueños.
Recuerdas que nos sentamos
cerca de árboles gigantescos
que meciendo sus vegetales brazos
embelesaban nuestras vidas
empeñadas en labrar una fantástica  epopeya .
Cerca del puerto nos sorprendió la nostalgia.
La derrotamos con risas conmovedoras
como las de aquella noche
en el círculo del trópico acogedor.
Mezclaron nuestros corazones ilusiones, sueños y fantasías .
Nos daba miedo que la sustancia fuera sueño.
La mañana siguiente al encontrarnos el alba
tocándonos los corazones
sabíamos que era cierto .
Me mirabas con tus ojos profundos,
derretías lo que me quedaba de corazón
que te lo daba una y otra vez.
Cuan cortas nos resultaban las noches,
siempre nos faltaba tiempo,
para continuar mordiéndonos la piel.
Ponía música para ver danzar tu cuerpo.
Tocar tu cuerpo.
Tocar tu piel, espacio de carne generosa,exuberante , apetitosa,
despacio, sin prisas,
suspirando en tus células
haciendo extender el agua sexual de tu río
hasta mares recién descubiertos.
Perfume tienen las noches y tu cuerpo.
Te guardo en la atmósfera exclusiva de mis recuerdos.
Es inconcebible no desearte como el pan de cada día.
Soñé con tu cuerpo. Soñé que era una metáfora:
intangible, inmortal , infinita , seductora, frugal.
Mis labios besan desesperadamente
el fino tejido de tu terrenal cintura.
Te llené de besos. Sacié tu alma.
Dejando que lleve el viento
la frescura de tus besos,
haré que en el cielo se impriman
versículos transparentes
que relaten la victoria del amor.
Tu amor es para mi identidad una dulce metáfora.
Tus labios de fruta me besaron incluso el alma.
Nos mirábamos a los ojos sintiendo que acabábamos de inventar el amor.
Estoy por concluir diciendo
que contienes todo lo que mi profunda sed anhela.
Nuestros corazones vinculados
por cadenas de sangre
devorarán las murallas del tiempo.
Mañana te seguiré buscando
para continuar amándonos
hasta que el infinito sea palpable sueño y recuerdo.

Luis Moncayo

Acerca de Editores PIEL-L

Mesa de redacción de Piel Latinoamericana. Donde recibimos casos, aportes e información de interés para la comunidad latinoamericana dermatólogica

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