Capsulas de amor

«CLÍNICA VS PARACLÍNICOS» Y La Vieja dermatologia

Estudiantes de Medicina, jóvenes médicos, con todo mi amor, les daré mi experiencia en la atención de enfermos:

1. A lo que siempre he dado importancia es a ESCUCHAR A MIS PACIENTES.
Conocer sus síntomas. Con toda calma detallarlos, «hacer semiología».
Uno por uno de ellos: cómo, dónde, desde cuándo, qué los modifica.

2. EXPLORAR siguiendo el procedimiento propedéutico, de cabeza a pies, integralmente.
Puedo decir que más o menos el 80 % de mis diagnósticos los hago con estos dos procedimientos, ESCUCHAR Y EXPLORAR.

3. ESTUDIOS PARACLÍNICOS: Laboratorio y gabinete.
Solo cuando sean indispensables.
Dárles el justo valor frente a los hallazgos clínicos.
NO BASAR EL DIAGNÓSTICO NI EL TRATAMIENTO SOLO EN ESOS RESULTADOS.
En mi experiencia he observado que esos estudios varían de un día a otro, de un laboratorio a otro. Que dependen de la calidad de los reactivos de los laboratorios.

Por favor, usen el sentido común, «el menos común de los sentidos».
Sean más prácticos. No teoricen.
Me importa cómo se siente mi paciente.
Cómo vive.
Con quien vive.
En qué trabaja.
Conocer sus hábitos: Comida, agua, aire, ejercicio.
Pasatiempos.
Cuantas veces vemos que sintiéndose bien el paciente es sometido a tratamientos invalidantes, limitantes.
Parece que algunos médicos dicen: «No vivas, sigue mi tratamiento».

4. EDUCAR: Le explico ampliamente a mi paciente la naturaleza de su padecimiento.
Con frecuencia haciéndolo leer mis libros.
Enseñarle a VIVIR EN AMOR.
VIVIR INTELIGENTE Y AMOROSAMENTE.
EN LIBERTAD!
CADA SER HUMANO ES EL ÚNICO RESPONSABLE DE SU VIDA.
TENER PRESENTE LA IATROGENIA: EL DAÑO CAUSADO POR LOS MÉDICOS Y POR LOS MEDICAMENTOS.
«PRIMERO NO DAÑAR».

MEDICINA CON AMOR.

«LA VIEJA DERMATOLOGÍA»

Me gusta la vieja…
Dermatología, jajá.

Me gusta la vieja Dermatología
porque es la Dermatología con Amor.

Porque ama a sus pacientes.

Porque los trata como hermanos.

Porque los pacientes pobres tienen un lugar especial en su corazón.

Porque se guía por el principio hipocrático: Primum non nocere, Primero
no dañar.

Porque sabe que si la piel es nuestra protección, nosotros, para
curarla, solo hemos de protegerla.

Porque prescribe, principalmente, fórmulas magistrales, personales, individuales, económicas y con muy pocos efectos secundarios.

Porque no se quiere enriquecer dando citas innecesarias, solicitando estudios de laboratorio y gabinete porque llevan comisión, haciendo tratamientos no indicados

Porque se ocupa de las enfermedades frecuentes en nuestro medio.

Porque estudia cada día, en cada sesión y en cada congreso para mantenerse al día científicamente.

Porque denuncia la corrupción en las organizaciones dermatológicas.

Perdón, estoy hablando de la Vieja Dermatología o estoy hablando de mi?

A mis 81 años de edad y a mis 56 años de atender enfermos de la piel,
YO SOY LA VIEJA DERMATOLOGÍA.
De las amorosas manos de mis maestros, Fernando Latapí, Dominique Verut, Amado Saúl, Josefina Novales, Manuel Malacara, Jorge Peniche,Pedro Lavalle, Luis Beirana, José Barba Rubio, Juventino González Benavides, Ernesto Macotela Ruiz y, hasta la fecha, mi querido y admirado hermano Roberto Arenas.

Viva la vieja dermatologia

Acerca de Assad Atala Freyat

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