Durante el XVII Congreso Iberolatinoamericano de Dermatología, se nos entregaron dos magníficos presentes poético-dermatologico. El primero es un libro de bolsillo magníficamente diagramado y diseñado, donde el DR. Luis Moncayo nos presenta todo su sentimiento poético. De esta obra Piel: Magia y poesía podemos leer versos como este:
La piel es el abrigo del cuerpo.
Paraíso del placer inmediato.
Se dibujan en tu lienzo mis emociones escondidas:
Durante el evento se entrego a todos los participantes una recopilación de poemas y prosas de dermatólogos latinoamericanos. Esta obra representa la segunda entrega en Congresos del Cilad y causo tanto interes que ya comenzamos a preparar la tercera obra literaria para el Congreso del Cilad de Cancún.
Invitamos a todos los escritores de poemas y relatos a ponerse en contacto con esta revista
El Ingeniero Jose Hernández ha recopilado todos los poemas y relatos que se han venido publicando en Piel latinoamericana, a la brevedad lo publicaremos.
Del Poeta – dermatologo Luis Moncayo presentamos:
"En la ciudad de Berlín vi expuestos cuadros facilitados por el MOMA de Nueva York al museo Nacional de la capital alemana.
Entre ellos destacaba la "Noche estrellada" del inefable Van Gogh, del cual en documento adjunto envio una foto para ver si puede ilustrar los versos.
La intensidad del alma del pintor holandes se reflejo en sus obras de una manera magnífica.
En todo caso es un sencillo homenaje a un artista que desde siempre admire.
A VINCENT VAN GOGH
Sentí romperse el viento,
sus agujas frías perforaron mi alma.
La luz de los luceros tembló
pero brillaron más que nunca.
Destellos delirantes de la
luna amarilla demoledora.
La noche tenía vida.
La vida tenía noche.
Conseguiste tu propósito insólito:
encender el cielo oscuro celeste.
Escribiste en colores el peso de tu cordura.
Al día siguiente
te lastimarías tu oreja
te fuiste a vivir con la locura.
¡Qué más da!
Si ya nos dejaste
mares de luz,
trepados al cielo
cubierto de luces radiantes.
Tus cielos locos de luz.
Tu luz loca de vida.
En el siguiente verano te lastimaste el pecho.
Arboles abatidos por el viento
viviendo a prisa tu encuentro.
Tus pinceladas de insania
qué ternura me dan.
Te hago mío hermano del dolor.
Me voy a dormir con tu color y forma
amigo de sentimiento
mientras tu enfilas tu corazón desquiciado
a vivir en la lanza del viento.