Prof. Dr. Martin Sangueza
El Dr. Ehrlich fue el primero en utilizar la expresión «balas mágicas» para referirse a los compuestos que en forma específica actuaban contra los microorganismos causantes de enfermedad. El comparaba estas sustancias químicas con verdaderos proyectiles que, debido a su especial afinidad por los patógenos, tenían poder destructor sobre ellos. Según Ehrlich, las «balas mágicas» debían presentar una máxima toxicidad contra los parásitos y una mínima contra el huésped, propiedad que él mismo se encargaba de explicar en términos de diferencias relativas en la afinidad química por el protoplasma celular.
Este término aplicado a la patología, puede entenderse como herramientas más complejas, tales como la inmunohistoquímica o procedimientos como la hibridización in situ o la hibridización genómica comparativa, que servirían para dar un diagnóstico más acertado. En algunos casos, estas técnicas pueden ayudar mucho en el diagnostico, pero en muchos casos, la histología sigue siendo la herramienta básica y principal en la rutina diaria.
Pero aún más importante, es la característica y condiciones de la muestra, así como una adecuada historia clínica del paciente. Estamos en un punto en donde cada vez se toman muestras de menor tamaño y se espera mucho mas de su rendimiento, por ejemplo punciones por aguja fina o biopsias por “trucut”, sin tomar en cuenta, los problemas de la toma por parte de quien hace el procedimiento y por otra parte sin dar ningún dato clínico al patólogo.
En el caso de mi hospital por ejemplo, los datos clínicos son cada vez mas escasos y cuando se hace el reclamo respectivo, el responsable, nos dice que debido a la falta de tiempo no puede enviar una nota mas completa. Es peor el escenario, cuando esto mismos doctores son los que reclaman un diagnóstico lo mas preciso posible y piden estudios complementarios a la biopsia, tales como la inmunohistoquímica, hibridización in situ o técnicas de genómica comparativa, sin saber nada de los procedimientos o las limitaciones del método. No se debe olvidar que los estudios complementarios son únicamente para confirmar el diagnostico morfológico. Ejemplos anecdóticos son por ejemplo, el CD 10, que en su momento era muy específico para el diagnóstico de algunos tumores y al momento se ve que puede ser el reemplazo de la vimentina o del CD 99, que hoy es específico para 99 tipos de tumores. Por lo tanto, no debemos olvidar de enseñar a toda la comunidad, que los antecedentes clínicos, una biopsia representativa y la correlación clínica, serán siempre las herramientas básicas para una buena práctica de la medicina.
Excelente articulo, muy básico y suficiente. Ojalá lo leamos todos
Corto y claro. Muy buen artículo.
Si los dermatólogos y no dermatólogos comprendieran lo importante del escrito por el Dr. Sangueza, la detección de varios padecimientos con una buena correlación clínico-patológica sería mucho más precisa.
Es indispensable proveer al patólogo datos clínicos e inclusive si es posible una fotografía de la lesión.