Dermatologia y poesia: FLOR

Autor: Poeta Venezolano Juan A. Perez Bonalde
I

Flor se llamaba: flor era ella,
flor de los valles en una palma,
flor de los cielos en una estrella,
flor de mi vida, flor de mi alma.

Era más suave que blando aroma;
era más pura que albor de luna,
y más amante que una paloma,
y más querida que la fortuna.

Eran sus ojos luz de mi idea;
su frente, lecho de mis amores;
sus besos eran dulzura hiblea,
y sus brazos, collar de flores.

Era al dormirse tarde serena;
al despertarse, rayo del alba;
cuando lloraba, limbo de pena,
y sus abrazos, collar de flores.

Era al dormirse tarde serena;
al despertarse, rayo del alba;
cuando lloraba, limbo de pena;
cuando reía, cielo que salva.

La de los héroes ansiada palma,
de los que sufren, el bien no visto,
la gloria misma que sueña el alma
de los que esperan en Jesucristo.

Era a mis ojos condena odiosa
si comparada con la alegría,
de ser el vaso de aquella rosa,
de ser el padre de la hija mía.

Cuando en la tarde tornaba al nido
de mis amores, cansado y triste,
con el inquieto cerebro herido
por esta duda de cuanto existe.

Su madre tierna me recibía;
con ella en brazos, yo la besaba..
. ¡Y entonces… todo lo comprendía
y al Dios sentido todo lo fiaba!…

¿;Que el mal impera? ¡Delirio craso!
¿;Que hay hechos ruines? ¡Error profundo!
¿;No estaba en ella mirando acaso
la ley suprema que rige al mundo?

¡Ah, cómo ciega la dicha al hombre!
¡Cómo se olvida que es rey el duelo,
que hay desventuras sin fin ni nombre
que hacen los puños alzar al cielo!…

¡Señor!, ¿;existes? ¿;Es cierto que eres
consuelo y premio de los que gimen,
que en tu justicia tan sólo hieres
al seno impuro y al torvo crimen?

Responde, entonces: ¿;por qué la heriste?
¿;Cuál fue la mancha de su inocencia?
¿;Cuál fue la culpa de su alma triste?
¡Señor!, respóndeme en la conciencia.

Alta la llevo siempre, y abierta,
que en ella negro nada se esconde;
la mano firme llevo a su puerta,
inquiero… y ¡nada, nada responde!

Sólo del alma sale un gemido
de angustia y rabia, y el pecho, en tanto,
por mano oculta de muerte herido,
se baña en sangre, se ahoga en llanto.

Y en torno sigue la impía calma
de este misterio que llaman vida,
y en tierra yace la flor de mi alma
¡y al lado suyo mi fe vencida!

II

¡Allí está! Blanca, blanca,
como la nieve virgen que el potente
viento del Norte de la cumbre arranca;
como el lirio que troncha mano impía
orillas de la fuentes
que en reflejar su albura se engreía.

¡Allí está!… La suave
primavera pasó; pasó el verano,
y la estación poética en que el ave
y las hojas se van; retornó el cano,
pálido invierno, con su alegre arreo
de fiestas y niños, y aún la veo
y la veré por siempre… Allí está…, fría
entre rosas tendida, como ella
blancas y puras y en botón cortadas
al despuntar el día…

¡Ay! En la hora aquella,
¿;dónde estaban las hadas
protectoras del niño
que no vinieron con la clara estrella
de su vara de armiño
a tocar en la fernte a la hija mía,
a devolver la luz a aquellos ojos
y a arrancar de mi pecho los abrojos
de esta inmensa agonía,
de este dolor eterno, de esta angustia
infinita, fatal, inmensurable;
de este mal implacable,
que deja el alma mustia
para siempre jamás, que nada alcanza
a mitigar en este mundo incierto?

¡Nada! Ni la esperanza
ni la fe del creyente
en la ribera nueva,
en el divino puerto
donde la barca que las almas lleva,
habrá de anclar un día;
ni el bálsamo clemente
de la grave, inmortal filosofía;
ni tú misma, doliente
inspiración, divina poesía,
que esta arpa de lágrimas me entregas
para entornar el salmo de mi duelo…
Tú misma, no, no llegas
a calmar mi dolor…

¡Abrase el cielo!
¡Desgájese la gloria en rayos de oro
sobre mi frente…, y desdeñosa, altiva,
de su mal sin consuelo
al celestial tesoro
el alma mía cerrará su puerta;
que ni aquí ni allá arriba,
en la región abierta
de la infinita bóveda estrellada,
nada hay más grande, nada
más grande que el amor de mi hija viva,
¡más grande que el dolor de mi hja muerta!

autor
Colaboración de la Dra. Raquel Ramos

Acerca de Raquel Ramos

Un comentario

  1. Jose A Perez Bonalde nació en Caracas en 1846. La violencia política de la época obligó a la pequeña familia a trasladarse a Puerto Rico. Aquí logró cultura humanística y musical. Regresó a Venezuela en plena juventud y comienza aformar periódicos que le traen problemas con el régimen del momento y vuelve a emigrar, convirtiendose en un viajeron incansable. Su obra poemática es vasta y de extraordinaria calidad. Mis preferidas «VUelta a la Patria» Y «Flor». Perteneció al Movimiento Romántico Venezolano que precedió al Modernismo.
    Fué un excelente traductor, y el primero en traducir al castellano la obra de Edgar A Poe. Pienso que en ese vagaje y acercamiento a la obra de Poe, contagió algo su alma de por si atormentada, convirtiéndose en uno de los poetas venezolanos perteneciente al grupo de los «Poetas Malditos» como Rimbaud, E A Poe.
    Flor es un poema de extraordinaria belleza, plena de sentimiento.
    Gracias mil por publicar estas dos colaboraciones, en mi criterio joyas invaluables de la literatura latinoamericana.
    Raquel M Ramos M
    Valencia.
    Venezuela

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