El ambiente como agente generador de manifestaciones crónicas del organismo

estres1“Doctor, desde hace un año mi vida cambió, me he vuelto intolerante a muchos productos de uso habitual, perfumes, cosméticos, olores de todo tipo, algunos alimentos, medicamentos y el día que hacen la limpieza en mi casa, no puedo dormir bien, me duele la cabeza, no puedo concentrarme, me da tos y una gran picazón en toda la piel, motivo, este último, por el cual vengo a visitarlo”.

Este fue el inicio de la entrevista médica con el paciente Pedro Pica, joven, centroamericano, destacado asesor financiero de una compañía trasnacional que opera en mi ciudad. Después de un minucioso estudio con diversos especialistas y exámenes convencionales y especializados de laboratorio, llegamos a la conclusión de que Pica tenía un Síndrome de Sensibilización Química Múltiple (SSQM).

Más de 15% de la población general presenta mecanismos de respuesta excesiva frente a estímulos ambientales, cuya base fisiopatológica radica en la sensibilización a estímulos repetidos y a la pérdida de la tolerancia a la respuesta biológica ante éstos. En 5% de sujetos, estos procesos de sensibilización son francamente patológicos, superan la capacidad adaptativa del organismo y generan manifestaciones locales o sistémicas, frecuentemente crónicas y persistentes. El tipo de estímulo desencadenante es diverso, pero predomina la presencia de agentes químicos en nuestro entorno y cada día aumentan en número y variedad, llegando hoy en día a superar los 90.000 productos químicos.

Los principales compuestos químicos y situaciones ambientales implicados son: A) Productos de limpieza del hogar: lejía (hidróxido de sodio o potásico), cloro (hipoclorito de sodio) amoníaco, Salfumán (ácido clorhídrico rebajado o “agua fuerte”, detergentes, suavizantes para ropa; B) Productos cosméticos: cremas y lociones corporales, perfumes, colonias, geles de baño, laca, acetona; C) Productos de mantenimiento y reparación: disolventes, barnices; D) Otros: ambientadores, humo de tabaco, gasolina, asfalto, betún, pegamentos, bebidas alcohólicas, algunos alimentos y medicamentos, radiaciones solares, ondas eléctricas, magnéticas y sonoras, y muchas otras sustancias químicas y situaciones ambientales que se incorporan diariamente en esta carrera desenfrenada de consumo y tecnología.

Las manifestaciones se muestran como una enfermedad sistémica con una extensa gama de síntomas clínicos en donde el prurito y las erupciones eccematosas son unas de las más frecuentes, además de cefalea, fatiga, cansancio, dificultad para concentrarse, irritabilidad, tos seca, desorientación, vértigos, mialgias, problemas respiratorios y gastrointestinales diversos, ansiedad, angustia, entre otros.

Los criterios diagnósticos, aún poco conocidos pero admitidos, son: 1) Que es una enfermedad crónica, 2) Las manifestaciones se reproducen al repetir la exposición al agente, 3) Los síntomas se presentan ante exposición a muy baja concentración, 4) Las manifestaciones de sensibilización mejoran o desaparecen al cesar la exposición, 5) La misma respuesta se obtiene al exponerse a productos diversos no relacionados entre sí, 6) Los síntomas afectan a varios aparatos y sistemas del organismo.

Es muy probable que al leer este comentario y conocer el caso de Pedro Pica a muchos de nosotros nos pase por la mente situaciones similares vividas. En el caso de Pedro Pica, se trata un paciente que usaba un gran número de cosméticos diariamente, vivía en un hogar donde se usaba una variedad considerable de desinfectantes y ambientadores, y en la azotea de su edificio había una antena repetidora de una compañía de telefonía celular.

Como su situación era cada día más insoportable y los médicos no solucionaban su problema con conductas farmacológicas, decidió, por recomendación médica, cambiar totalmente de vida, se retiró de su trabajo y decidió ir a vivir a una pequeño poblado de 13.000 habitantes, dedicándose a la faena del campo como pequeño productor pecuario, se alejó de la gran ciudad, de su tecnología y de las actividades asociadas a ésta; al cabo de un año, Pedro Pica era otra persona, sana, feliz y con una nueva familia, pues su mujer no quiso acompañarlo.

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Un comentario

  1. Creo que es un motivo frecuente de consulta que al fin logro interpretarlo.Muchas gracias

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