El rey de Judá, Sedecías,se rebeló contra el Emperador de Babilonia, Nabucodonosor. El ejército babilónico invadió Judá y tras dos años de lucha derrotó a las fuerzas judías. Sedecías fue apresado, se le forzó a ver la ejecución de sus hijos y luego se le cegó. El rey ciego y gran parte del pueblo fue llevado al exilio en Babilonia. Las murallas de Jerusalén y el Templo de Salomón fueron destruidos.
Algunos judíos escaparon a Egipto a otros sobre todo los incultos, los campesinos y los pobres, se les permitió quedarse. Poco después se trajo a Judá personas conquistadas de otros sitios, otros pueblos…En todos los casos las migraciones a pié, en cautividad, causaron muertes y grandes sufrimientos….Aclaremos sin embargo, lo hecho por Nabucodonosor no era un holocausto ni un genocidio.
El emperador ofreció inicialmente la paz a cambio de la sumisión. Sus ejércitos se enfrentaron a los otros con armas en la mano y sufrieron también bajas. Una vez completada la emigración forzada,se permitió a los exilados vivir, trabajar y hasta prosperar. Los reyes cautivos vivían con pensiones del estado babilónico. La emigración de los cautivos no buscaba la muerte sino cortar las raíces que unían los hombres a sus tierras y eliminar los sentimientos de seguridad y de derecho. Se buscaba y se obtenía muchas veces la sumisión y la dependencia absoluta al estado y al emperador que lo personificaba. No fueron los babilónicos los únicos ni los primeros, ni desafortunadamente los últimos en organizar migraciones forzadas. Muchos pueblos las sufrieron… la inmensa mayoría desapareció de la historia después de ellas..Fueron absorbidos. No así el pueblo judío.. Este sobrevivió, regresó a Judá y reconstruyó la nación y el templo. Cómo?
Por la memoria. El salmo 137 dice, entre muchas otras cosas, Si te olvido Oh Jerusalén, que mi mano derecha pierda su habilidad. Si no te recuerdo que mi lengua se adhiera al paladar…..La Jerusalén recordada no era la Jerusalén idealizada de los profetas… Era la ciudad real con sus piedras, sus casas sus fuentes. Una ciudad recordada que no era la más grande ni la más importante del mundo pero sí propia, sólida y con posibilidades de progreso. Eran una ciudad y una nación creativas y esa creatividad no ha cesado nunca hasta hoy.
De modo análogo yo clamo al cuerpo médico venezolano….No olviden a Vargas ni al Vargas. No olviden a los maestros. No olviden la época, aún muy reciente cuando nuestra medicina llegaba de manera aceptable, no perfecta, a todos los estratos. No olviden cuando nuestros artículos se publicaban en las revistas del mundo. Cuando muchas especialidades, entre ellas la nuestra, figuraban a la cabeza del continente. La memoria, el recuerdo fidedigno forman la base de la reconstrucción y del progreso futuro..Otro salmo, el 114 finaliza con estas palabras: “Fue quien mutó la roca en una laguna y la yesca en una fuente de aguas”
Dr. Mauricio Goihman
Gracias Maestro por sus palabras siempre cargadas de sabidurìa y esperanza.
Vito Abrusci