De niño, deseaba la gloria. A esa edad deseamos la gloria al igual que deseamos el amor: necesitamos los demás para revelarnos a nosotros mismos. Yo no digo que la ambición sea un vicio inútil; puede servir para azotarnos el alma, sólo que la agota.
No sé de ningún éxito que se compre con una semimentira, no sé de ningún auditorio que nos obligue a omitir o a exagerar alguna cosa. A menudo he pensado con tristeza que un alma verdaderamente hermosa jamás alcanzaría la gloria, porque la desearía. Esta idea me desengaña de la gloria y del genio.
Marguerite Yourcenar nació en Bruselas (Bélgica) y fue educada por su padre en una finca en el norte de Francia. Su madre murió a los 10 días de su nacimiento por complicaciones en el parto. Yourcenar leía a Racine y a Aristófanes a la edad de ocho años. Su padre le enseñó latín a los 10 y griego clásico a los 12.
A partir de 1919, abandona su nombre de pila y empieza a firmar como Marguerite Yourcenar (Yourcenar es un anagrama de su apellido). Su primera novela Alexis fue publicada en 1929. Su mejor amiga en ese momento, un traductora llamada Grace Frick, la invita a Estados Unidos, donde dará clases de Literatura comparada en la ciudad de Nueva York. Yourcenar y Frick se harán amantes en 1937 y seguirían juntas hasta la muerte de Frick en 1979 a consecuencia de un cáncer de mama.
Tradujo al francés Las olas de Virginia Woolf, en 1937, Lo que Maisie sabía, de Henry James, en 1947 y a Yukio Mishima.
En 1951 publica en Francia, la novela Memorias de Adriano (en francés Mémoires d'Hadrien), en la que estuvo trabajando durante una década. La novela fue un éxito inmediato y tuvo una gran acogida por parte de la crítica.
Fue la primera mujer elegida miembro de la Academia francesa en 1980, aunque desde 1970 ya pertenecía a la Academia belga. Una de las más respetadas escritoras en lengua francesa, tras el éxito de Memorias de Adriano, siguió publicando novela, ensayo, poesía y tres volúmenes de memorias
Yourcernar vivió la mayor parte de su vida en su casa Petite Plaisance en Mount Desert Island en el estado de Maine. La casa es ahora un museo dedicado a su memoria.