Vincent VanGogh’s paintings with music

VANGOGHMARAVILLA.jpg
 
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Acerca de Raquel Ramos

3 comentarios

  1. El «sublime» era aquí. Me confundi.
    Sardi.

  2. Quiero agradecer a mis muy especiales y queridos amigos Carols Ramos y Jaime Piquero Martín que tuvieron la generosidad de compartir conmigo esta maravillosa presentación, de otra forma, no estuviese aqui, y todos nos hubiésemos privado de tan conmovedora historia. Al verla por primera vez, recorde la historia de las enfermedades mentales, abordadas en sus inicios en Francia, la descripcion de la histerias de Charcot, y los tratamientos que se daban a los enfermos mentales (encierro, cadenas, baños de agua helada en inviernos gélidos). Hoy día, circulan muchos Vincent entre nosotros, las enfermedades mentales siguen siendo tan mal comprendidas aunque la humanidad nos haya regalado un Freud, un Jung y tantos eminentes hombres de ciencia. A veces, se desvía la mirada de ellas, saben por qué? porque la vulnerabilidad que nos muestran no quiere ser sentida por nadie. No se habla de ellas, porque el horror no es bien visto, pero recordemos que Dante encontró a Hipócrates a su paso por el Infierno.
    Si Dr Sardi, esta presentación es sencillamente sublime. Gracias por escribir.
    Raquel

  3. Raquel:
    no tuve mucho chance de ver bien esta ediciòn porquè me encontraba en Milano en casa de amigos que no tienen computadora en esa casa.
    No hubiera dejado pasar por alto un agradecimiento a tan hermosa propuesta sobre la vida de Van Gogh, en la que tanto sufrìo por ser inmensamente sensible y estar rodeado de personas que jamàs lo comprendieron….èl ni siquiera pedìa que lo comprendieran sino que, aunque sea se dignaran de ver su pintura de la que, nunca pudo exponer cuadro alguno en exposiciones importantes y de cuya obra, en vida, solamente le quisieron comprar un solo cuadro.
    Estoy seguro que habràs leido cartas a Theo…una especie de autobiografìa extraordinaria.
    Que làstima que no hayamos aprendido a discernir cuando estamos frente a seres que estàn mucho màs allà de nuestro limitado intelecto y carencia de sensibilidad.

    Gracias, besos,
    Vito

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