Dermatologia y prosa. Genero epistolar.
Más que elementos estrictamente lingüísticos, lo particular de la carta parece estar en los parámetros comunicacionales: parecen definir a la forma carta el hecho de que lugar y tiempo de emisión no coinciden con lugar y tiempo de recepción, el carácter de la epístola como comunicación diferida en el espacio y en tiempo. Esta distancia entre los que se escriben misivas determina la paradojas inherentes a su estructura: los contrastes entre presencia y ausencia, lo imaginario y lo real, lo cercano y lo lejano.
El funcionamiento de la carta es a la vez libre y reglado. El discurso epistolar tiene pautas genéricas estrictas, aunque por otro lado, su única regla es ser uno mismo. La carta revela la paradoja de que la zona de mayor intimidad esté trabajada por los discursos más codificados: el caso más obvio es el de la carta sentimental, para la cual hubo siempre manuales de cómo escribirla. Objeto que se ofrece y se oculta a la vez, entre lo íntimo y lo público, detrás de las cartas esta siempre la idea de un mundo privado que nadie, nunca debe conocer.
El género epistolar ya no es un caballero del siglo XVIII que escribe con puños de encaje a la luz de candelabros; no es ya una dama que lee la carta y sonríe, tumbada a lo Pompadour junto a un clavicordio abierto. En rigor, es pertinente sostener que la carta se ve hoy en crisis por el desarrollo de las tecnologías y será prudente atender como inciden las nuevas formas de comunicación establecidas en tiempo real al género epistolar.
Muestra de estos cambios, es esta particular carta, ganadora del tercer lugar en el Concurso Mount Blanc 2010, escrita por una venezolana, biólogo, doctora en botánica…
AMOR:
No sé si querrás leer esta carta. Supongo que sigues ofendido y que recuperar lo nuestro será más difícil que echar para atrás el cambio climático, alcanzar el Everest, sacar la cita del pasaporte … ¡o todas las anteriores! Aún así, Amor, asumo el riesgo de quemar mi último cartucho contigo, o sea, disparar esta carta en el mero centro de tu rencoroso corazón.
¿No te alegra, en el fondo, saber de mí después de tantos años?, ¡Nuestra relación es tan larga como mi memoria!. Comenzó exactamente en el tercer grado de la escuelita municipal aquella, ¿Recuerdas?. ¡Los irrepetibles años sesenta!, El movimiento Hippie, Los Beatles, la Era de Acuario y ¡por supuesto!, El Apolo 11. Te llamabas Fernandito, Amor, y estabas sentado en el pupitre de al lado. Me mirabas con cara de “¿qué le pasa ésta loca?” cuando decía, “¡Toma Fernandito, te regalo mi merienda!, ¡Y mis legos!, ¿Quieres mis creyones?”. En un arrebato de pasión precoz casi te regalo mi Barbie Visage 1963, ¡Mi única Barbie!, ¡Eso ya era como mucho con demasiado!
Fue así, Amor, como entramos en contacto. Tu primer chiste malo conmigo fue el 20 de julio de 1969, ¡Ni que lo hubieses calculado!, El día exacto que el capitán Armstrong posó un pie en la superficie lunar… ¡Fernandito se cambió de Escuela!. Aquel fue el día que se produjo un gran paso para el hombre, un salto gigantesco para la humanidad y… ¡un soberano barranco para mí infantil existencia!. Como era una niñita no comprendí que estaba deprimida y la verdad, eso de aprender a multiplicar “llevando” era tan complicado que la tristeza se diluyó, en progresión geométrica, con el avance de mi educación primaria.
La segunda vez que supe de ti, Amor, había entrado de cabeza y sin fórceps a ese sudoku emocional que llaman adolescencia. -Me llamo Claudio Arquímedes-, dijo él… ¿Claudio Arquímedes?, ¡DIOS QUE NOMBRE!, ¡Homérico, epicúreo, galvánico, fisicoquímico!”, aullé. Además, era idéntico, ¡igualito! al solista de los Bee Gees. Me enamoré ipso facto, sin cura, sin resistencia. Las rodillas me traqueteaban como un trapiche viejo en su presencia y sólo podía respirar completo, o sea, suspirar, cuando se le ocurría voltear a mirarme ¿Lo recuerdas, Amor? Enloquecí. Quería ser su novia. La cosa no estaba fácil porque después de aprender a multiplicar “llevando” se me desató la vena aritmética y sólo sacaba veinte. Es harto conocido que no hay nada peor que ser la cerebrito del salón si lo que se quiere es enamorar al bello de la película. Pero ¡qué carajo!, decidí enrollarme el pelo en papel de aluminio para parecerme a Donna Summer, La Pantera de Boston. Eso tendría que gustarle ¿no?.¡ Yo sabía, yo tenía la certeza de que Claudio se fijaría en mí y me invitaría a comer un helado! (signo inequívoco de que terminaríamos casándonos).
¿Recuerdas lo que pasó, Amor?. Descubrí que Claudio ya era novio de la Reina del Liceo quien ¡por supuesto! ni era gordita, ni sacaba veinte en matemáticas como yo. ¡Hubiese preferido otra muerte!. Durante un mes mi único alimento fueron las barajitas del álbum “Amor Es” que me comí, una a una, con pega y todo. ¡No me convertí en anoréxica porque en los años setenta esa vaina no existía!
Cuando volví en mí tenía dieciocho años y estaba haciendo la cola para inscribirme en la universidad. No esperaba que rondaras por ahí, Amor, pero…
Robertico era rural ma non tropo, ingresos superiores al promedio y con un verbo de moto sierra capaz de desquiciar a cualquiera. ¿Su hobby?, ¡Sacarme la piedra!
“Mira caraqueña… de verdad ¿Tú no sabes lo que es el ponsigué?” me decía inclemente con su sarcasmo endógeno. “¡No, no sé! ¡Y qué!” ¡Le odiaba! De tanto odiarle, obvio, comencé a adorarle. Justo cuando me disponía a darle el beso que le convertiría de batracio en mi cónyuge… ¡zas! ¡Agarró sus maletas y se fue de mi vida por siempre jamás!
¡Ese out con las bases llenas sí me dolió, Amor! Llena de bolero, vestida de tango y como recién arrastrada por un tsunami, comencé a analizarte. Llegué a la conclusión que tú, Amor, eres cruel, agotador, malversador y mala gente. Decidí comenzar una nueva vida sin ti. ¡No más AMOR! ¡No más taquicardia, no más conjuntivitis, no más desvelos!. Te sentencié al exilio… ¡Mi vida sin ti no conocería el dolor!
Cerca de los treinta decidí que debía casarme. No me impactó, Amor, que no estuvieras involucrado, ¡Al contrario!, Escogí el novio, la casa y hasta el recetario únicamente con el cerebro, con la razón. Para hacerte el cuento corto, Amor, te diré que me divorcié y que lo único que funcionó de aquel episodio inviable fueron las recetas del libro “Mi cocina a la manera de Caracas” de Armando Scannone.
Cuando me independicé y comenzaba mi segunda República, me dediqué a buscar lo que toda cuarentona libre, solvente, sin hijos e inmune al Amor aspira: ¡encontrar un novio diez años más joven para subir la autoestima y bajar la angustia!. Diez años después, es decir hoy, lo único que me quedó de la loquetera fue un “ex” que todavía quiere que lo mantenga, una tendinitis crónica (de cuando aprendí a bailar reggaeton), una soledad del tamaño de una catedral y … ¡esta cosa rara por dentro!… ¡Este vacío!… ¡Esta urgencia de no sé qué, Amor!
¿Será que extraño la sensación de querer regalar mis juguetes a alguien sin esperar nada a cambio?. ¿Será que ya no me miro en el espejo para agradar a alguien que no sea yo misma?. ¿Será que no es tan malo ser bolero, tango y noche porque, en el fondo, hasta el peor despecho es mejor que esta insoportable, tediosa y ridícula paz?.
Yo creo que esta vez sí, Amor, las respuestas son todas las anteriores.
Por eso te ruego… ¡Vuelve a mi vida Amor!, pasa un día por la casa. Llega con el nombre que quieras… Quédate el tiempo que puedas. No vas a interrumpir nada.
Ni siquiera he tenido la valentía de asumir plenamente tu ausencia comprándome el perrito que me recomendó el terapeuta… ¡para olvidar que la vida sin ti es una soberana mierda!
¡Perdóname chico! Porque, ¿sabes? Aunque no lo creas, Amor…
¡Hace rato que yo a ti te perdoné!
LAS CARTAS Y LA MUSICA.
Más allá de la literatura, la música ha prestado sus acordes para tan especial forma de comunicación……y así encontramos carta de colores… ¿quien no recuerda las “cartas amarillas” del cantante español Nino Bravo?: “ Y busqué entre tus cartas amarillas mil te quieros, mil caricias…” o cartas urgentes, cartas para algún día…en fin , cartas que cantan, unas al amor o al desamor. Les traigo dos canciones, que son un verdadero homenaje musical a este género.
Escríbeme
Letra de : Guillermo Castillo B
Intérprete: Alfredo Sadel.
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=QMEQF2wKWhg[/youtube]Carta de Amor
Cantautor: Juan Luis Guerra.
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=1jT41TZebvQ[/youtube]
COLABORACIÓN DE LA DRA. RAQUEL M. RAMOS M.
Del genero epistolar ahi va una muestra de las cartas de amor de Bolivar aa Manuelita Saenz:
10 de abril de 1825
Mi bella y buena Manuela: Cada momento estoy pensando en ti y en el destino que te ha tocado. Yo veo que nada en el mundo puede unirnos bajo los auspicios de la inocencia y el honor. Lo veo bien, y gimo de tan horrible situación, por ti; porque te debes con quien no amabas; y yo porque debo separarme de quien idolatro! Sí, te idolatro más que nunca, jamás. Al arrancarme de tu amor y de tu posesión se me ha multiplicado el sentimiento de todos los encantos de tu alma y de tu corazón divino (…).
Bolívar
Manuela Sáenz también cultivaba el género epistolar, claro en mucho menor escala que Bolívar que todo lo resolvía a punta de correspondencias, dejando una herencia literaria de gran envergadura, tanto sentimental como política y militar. Son famosas las cartas del Libertador de corte sentimental con Manuela Sáez y su prima Fanny du Villars en su primer viaje a Europa. Manuela Sáez, como decía, casada con el Inglés James Thorme, prefirió marcar distancia con su esposo y entablar una relación adúltera con el Libertador Simón Bolívar.
En aquel entonces dirigió esta epístola al Sr. Thorme:
» Mi querido y distinguido amigo:
!No,no,no más,señor, por Dios Santo!¿Por qué me hace escribirle nuevamente haciéndome
romper mi promesa de que nunca más volvería a hacerlo? ¿Qué logra usted, aparte de ponerme en la
dolorosa situación de decirle no una y mil veces?.
Señor,usted es excelente,inimitable.
Nunca podría negar sus cualidades. Pero haberlo
dejado por el general Bolívar no significa que desconozca sus muchas cualidades.
Usted cree que después de ser la favorita del general por siete años, la dueña de su corazón, preferiría ser la esposa del Padre,del Hijo y del Espíritu Santo,o incluso de la Santísima Trinidad?
Sé que nada puede atarme a él en nombre de lo que usted llama honor.¿Cree usted que soy menos honorable por el hecho de que sea su amante y no su esposa?. No me importan en lo más mínimo las convenciones sociales. Fueron creadas exclusivamente con el fin de que pudiéramos encontrar nuevas formas de torturarnos los unos a los otros.
Déjeme en paz mi querido inglés. Tengo una idea:en el Cielo nos casaremos nuevamente; no en esta tierra. ¿Qué piensa de esa propuesta? Si no la acepta, va a ser muy infeliz. En el Reino Celestial viviremos una vida angelical, exclusivamente espiritual. En el Cielo todo será hecho al estilo inglés, porque la visa monótona está reservada para la gente de su país (en lo concerniente al amor, quiero decir, porque en cuanto al resto, ¿ Quiénes podrían ser más talentosos para el comercio y los asuntos marítimos, que ustedes los ingleses?). Ustedes los ingleses experimentan el amor sin placer, la conversación sin gracia; ustedes caminan lentamente, se saludan los unos a los otros con reverencia; se levantan y se sientan cautelosamente, bromean sin reírse. Estas son cualidades divinas, pero yo, miserable mortal que soy me río tanto a costa de mí misma, de usted y de todas las otras formalidades inglesas, que tendría muchas dificultades en el Cielo. Para mi sería tan difícil vivir en el Cielo como en Inglaterra o en Constantinopla, pues aunque los ingleses no son tiranos con su mujeres, ustedes son más celosos que los hombres portugueses. Yo no quiero nada de eso.
Suficiente de mi humor. Seriamente, sin reírme, con toda la seriedad, la sinceridad y la pureza de una mujer inglesa, lo puedo decir, que nunca regresaré con usted. Usted es anglicano, yo soy atea y esta es una barrera religiosa que no se puede remontar. El que yo ame a otra persona es una barrera aún más grande y poderosa.
¿Se da cuenta lo formal y seria que soy cuando necesito serlo ?
Siempre su amiga
Manuela
(Fuente: Manrique Jaime. Nuestras vidas son los ríos. Editora, Alfaguara, 2007, Bogotá-Colombia).
Este tema que nos ofrece gentilmente Raquel, da para largo. Otros grandes notables que cultivaron este género fueron: Vicent Van Gogh, el mismo maestro impresionista que vivió una vida tormentosa, melancólica y triste y terminó como Stefan Zweig, el famoso autor de la Piedad Peligrosa (Impaciencia del Corazón), en el sucidio.
Vicent, como acostrumbraba a firmar sus correspondencias y sus obras pictóricas, decía: «El escribir casi me resulta menos difícil que pintar mis cuadros, cuando llevo algo al papel, necesito reflexionar mucho menos para sentirme satisfecho que cuando pretendo conseguir una plena satisfacción en la pintura. Nos pasamos la vida practicando el arte incosncientemente, preguntándonos cómo podemos expresar nuestros pensamientos con la ayuda de la palabra…Se estima que dejó más de ochocientos cartas, calificadas por el «Kindelers Literatur Lexicon» como «una obra de arte linguística en si misma».
Otro que se distinguió en este género fue Sigmund Freud,el padre del Psicoanálisis.La copiosa correspondencia sostenida en su primer tomo Epistolario I (1873-1890), lo dedica casi exclusivamente al aspecto sentimental por la relación amorosa con Martha Bernays a quien llamaba «mi dulce princesa». En el libro II,(1891-1939),reposan las correspondencias con científicos y escritores del todo el mundo, desde Albert Einstein, y Jung, pasando por Romain Rolland y escritores de la talla de Stefan Zweig, así como también los intercambios epistolares con algunos de sus pacientes sobre dolencias tratadas por el extraordinariamente prolífico escritor(su hijo Ernst L. Freud, estima en muchos millares de cartas).
Otro tanto se pudiera decir de el padre del marxismo Carl Marx, quien sostuvo abundante correspondencia con Engles y otros autores, especialmente (las privadas), para referirse a su crónica dolencia que lo atormentó durante muchos años de su vida: Hidradenitis supurativa, que naturalmente, le produjo grandes limitaciones en su ámbito político y social.
Un saludo cordial,
Dr. Guillermo Planas Girón
Caracas-Venezuela
Fe de erratas: 1)inconscientemente;
2)en el 5º. párrafo en la carta de la Saéz a su marido, debe leerse: «vida monótona».
Gracias,
GP
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Queridos Jaime y Guillermo, mil gracias por tan excelente aporte. En efecto, es muy difícil no tener presente a Simon y a Manuela, al tratar el género epistolar. Son verdaderas joyas literarias, una alabanza al amor… Como dices Guillermo, ´con las cartas de Van Gogh a su hermano Theo, a lo largo de su tormentosa existencia, puede hacerse una excelente biografía del personaje.
Tengo un intercambio epistolar de Sir Bernard Shaw y una actriz londinense a quien amó, y vemos como las cartas pueden decir tantas cosas de nuestro yo. Las cartas de Marguerrite Yourcenar a sus amigos, que adquiri alguna vez en el Ateneo de Caracas, muestra del fabuloso mundo de la escritora…
También existen obras fabuladas de cartas, como «El Jardín de las Dudas» de Fernando Savater, hermosísimo libro, donde un Voltaire entabla cartas con una dama francesa radicada en Madrid.
UN beso para ambos!!!
Raquel
Con respecto a ESCRIBEME… oi esta cancion por primera vez cantada por Simón Síaz en la Monumental de Valencia, y me conmovió supremamente. Tal vez fue el oirla nuevamente en un disco lo que inspiró este módulo. Su historia es mas conmovedora todavía.
Tal vez en algún momento de su tormentosa prisión evocó los días en que era pianista acompañante de Tito Guízar en Nueva York, y en que le daba por componer fox trot mientras vivía en la gran urbe buscando horizontes para sus ideas musicales adelantando la escalada de músicos latinos hacia la Gran Manzana.
Orquesta Swing Time, 1937
Tal vez alguna noche soñó que estaba nuevamente al frente de la Swing Time, la orquesta que fundó el 22 de mayo de 1937 (sirva la fecha para cotejar con otras orquestas que se dicen primeras), cuando sólo tenía 27 años y ni pensaba que con ella, con sus tremendos 14 músicos de avanzada, le daría el gran recibimiento a la Billo’s Happy Boys, y ni soñaba que alguna vez tendría que ser pianista acompañante del dominicano que le quitaría, según dijo, la autoría de la música de «Caracas vieja». Ni pensaba.
Tal vez se despertaría sudando en el asqueroso catre de Guasina sólo para pensar en las giras que hacía con Rafael Guinand, y los dúos de jazz con Antonio Lauro, o los solos de piano que creaba para Pedro Vargas y María Antonieta Pons. Solo en su catre meditaba acerca de los privilegios que la misma vida le había dado en razón de su calidad y su dignidad.
Tal vez despertó muchas veces con una letra en el pensamiento y un gran dolor en el alma. Guasina no puede causar otra cosa, además de la indignación que genera saber con el tiempo que ese, el primer campo de concentración que tuvo Venezuela, albergó tanta historia limpia, tanta humanidad compartida, tanta enfermedad del cuerpo y tanta dignidad de la conciencia.
Guillermo Castillo Bustamante
Guillermo Castillo Bustamante, ese músico que soñaba con el tal vez, inició en Guasina la historia del más hermoso bolero, surgido de la más dolorosa historia, en las más adversas circunstancias.
Tal vez
Soñó, no lo dudamos, con sus amigos María Luisa Escobar, Vicente Emilio Sojo, Conny Méndez, Luis Peraza, Rházes Hernández López, Juan Bautista Plaza, Ulises Acosta, Inocente Carreño, Rafael Guinand…
Y soñó con su esposa Inés, con sus hijos, con esas reuniones clandestinas de Acción Democrática que le costaron el destierro en Cuba y México, y su captura por parte de la Seguridad Nacional, que no se llamaba. Era.
El multígrafo apareció en su memoria, y el periódico Combate también. Y apareció el 6 de abril de 1952, cuando fue capturado para ser torturado casi hasta la muerte.
Nunca delató. Nunca habló, aunque en medio de las torturas supo (mecanismo de presión) que su esposa Inés estaba presa. Y que sus hijos quedaban solos a la buena de la solidaridad de hombres como Héctor Monteverde, que mantuvieron a la familia en época adversa.
El Paraíso de la Seguridad Nacional, paradojas, se transformó en El Obispo. Y Castillo Bustamante, declarándose músico, no hablaba, pero pensaba.
Y El Obispo se transformó en la cárcel Modelo y ésta en un barco, el Guayana, que lo llevaría el 27 de julio de 1952, junto a 168 presos más, a Guasina; es decir, a la humillación, la incertidumbre, la soledad, la incomunicación…
Y Guasina se transformó en Sacupana cuando la primera fue inundada por el Orinoco, el Río Padre que con sus aguas parecía adversar a la dictadura. Pesaba 51 kilos el compositor, el acompañante de Guízar, el amigo de Sadel y Víctor Saume, el compañero de gremio de María Luisa Escobar.
Y Sacupana se transformó en la cárcel de Ciudad Bolívar, la cuna del hermoso bolero que le ha dado varias veces la vuelta al mundo, sin que hasta ahora, para reivindicación de su autor, se conociera la historia verdadera, que sólo le decían a uno «ese bolero lo compuso un tipo en la cárcel».
Escríbeme
Nunca le dieron permiso de visitas a Guillermo Castillo Bustamante. Haber sido compañero y amigo de Raúl Leoni, Ana Luisa Llovera, de Salom Meza Espinoza, Antonio Bertorelli y Luis Augusto Dubuc, pesaba. Más sus ideas y acciones.
Solo tuvo derecho a escribir una carta quincenal, de una cuartilla.
Inés, su esposa, estaba presa en Los Teques. Inés, su hija, no lo podía ver, pero era la encargada de hacerle llegar las noticias de la familia y de recibir las cartas.
El 14 de agosto de 1956, pensando en su hija Inés, Guillermo Castillo Bustamante compuso Escríbeme.
Fue auxiliado por el viejo piano que monseñor Bernal, obispo de Ciudad Bolívar, había hecho llegar a la cárcel para que Castillo Bustamante, arreglándolo, tocara. Y creara.
Con ese piano alegró la vida este hombre a más de mil presos, es decir, al hacinamiento humano que la dictadura había trasladado a tierras de Guayana.
Ciudad Bolívar se transformó en Catia La Mar, y en La Guaira, hasta que en septiembre de 1957 Guillermo Castillo Bustamante fue expulsado a Guatemala. Pero se quedó en Panamá. Y de allí pasó a Costa Rica.
La inmortalidad
Alfredo Sadel
En Costa Rica lo alcanzó Alfredo Sánchez Luna, Alfredo Sadel. Y allí conoció el tenor favorito de Venezuela el tema del amigo, se enamoró de él y comenzó a cantarlo.
Y regresó Sadel a Venezuela para llegar directamente donde Víctor Saume, en pleno Show de las Doce, y decirle que iba a cantar la canción más hermosa, mucho más hermosa que la primera grabada por él del mismo autor, Guillermo Castillo Bustamante. Y Víctor Saume, arriesgándolo todo, en plena dictadura de Pérez Jiménez, dijo que sí y la anunció con el nombre completo de su autor por delante. Alfredo Sadel entonó por primera vez para el mundo la letra de Escríbeme sin saber que en algún rincón de Caracas, Inés la hija, Inés la esposa, aceptaban con lágrimas la valentía de estos dos hombres a los que hay mucho que agradecer.
Escríbeme adquirió ciudadanía universal inmediatamente. Es el único tema que ha estado en primer lugar de preferencia radial en dos versiones al mismo tiempo. Alfredo Sadel y Lucho Gatica. Sadel sabiendo. Gatica sin saber de tanta humanidad escondida en una letra. En una música. En un bolero.
Luego vendría el retorno de Guillermo Castillo Bustamante a Venezuela, tras la caída de la dictadura. Vendría luego la gran decepción política, la pelea por retomar el crédito que perdió sobre tantos temas registrados por otros que creyeron que Castillo Bustamante se iba a morir preso. Vendría el trabajo modesto y el relegamiento en cargos por parte de quienes fueran en un tiempo sus compañeros de política.
Vendría también la gratitud del mundo.
Guillermo Castillo Bustamante falleció en su tierra el 6 de octubre de 1974. Pero tiene aún muchas cosas que decir. No han caído en terreno baldío su vida y su obra. Obra que merece otro capítulo. Otro espacio.
Articulo de Lili Rodriguez.
Raquel M Ramos M
Raquel… yo escribo corto… te admiro, lo mismo que a Guillermo y Jaime porque nos conmueven las mismas cosas de nuestra generación… más… dime que sientes… como lo tomas, cuando te dás cuenta de que la generación actual ya no conversa, ya no vibra como tú, ni mucho menos escribe cartas?… en estos días estuve en un cine en una buena película…. a mi lado una niña, no vió cine, por atender calladita… su blackberry.
abrazos,con todo mi cariño,
jairo
Querido Jairo, que gustooooo, poprque yo tambien te admiro mucho a ti!!!! pero yo no soy de tu generacion!!!!!!! jajajajaja!!!!! Con todo y eso… te dedico esta estrofa de la bella canción de Guillermo castillo, que como habrás leído, escribio en esa horrible prisión del oirnete venezolano:
Me hacen más falta tus cartas
que la misma vida mía
lo mejor morir sería
si algún día me olvidaras.
Un pico, como dices tu!
Raquel
Fe de erratas: Oriente Venezolano:
pues… que bien y mil gracias… las generaciones dizque van de 26 en 26 añitos … estamos muy lejos?… a pesar de mi lejanía en tal sentido, no puedo olvidar tus hechuras, por las que de nuevo te felicito…
Yo sólo te recomiendo
que compres un
smartphone… no sea
que en estos tiempos
quedes out y sin tone…,
jairo
Uyyyyy, veo con horror una luz en mi BB, que indica la entrada de tu ultimo mensaje la noche de anoche……..es que sabes? las niñas nené se van a la cama tempranito!!! Si, matemáticamente y todo pertenecemos a otra generación (lloro de la risa), pero definitivamente eso no me impide estar muy cerca en gustos y aficciones queridísimo Jairo. Quisiera estar menor cerca en distancia de Manizales, para tomarnos de vez en cuando un rico café colombiano.
Te quiero muchísimo amigo. Un gran abrazo.
Raquel
Siento entrometerme, no sé si son celos, o el prurito de agregar mi opinión. ;-}
Pero es que el epistolario del futuro y presente se basa en el nuevo idioma inventado para meter dentro del límite de un tweet los sentimientos de Manuelita, Sadel, Guerra y Ramos.
Lástima por una parte, pero tan práctico, por la otra.
A los que tuvimos el placer de leer la guerra epistolaria entre Bernie Ackerman y June K. Robinson (editora de los Archivos de Dermatología) sobre el uso de Dermoscopia vs. Dermatoscopia (de paso escrita Dersmotcopia o algo así, en el título de nuestra columna sobre ese asunto) nos ha debido encantar la capacidad linguística de los involucrados, particularmente las de Bernie.
A él le escribí una carta (epístola le quedaría grande a lo que yo soy capaz) en lenguaje txt., el que en inglés se presta
a mucho (to you too = 2u2 por obvio ejemplo). Bernie me respondió con sorpresivo buen humor.
Con ese nuevo idioma me escribo con mi Manuelita, Dawn, de 44 añitos y dermatóloga (nada mal para un sesentón, eh?), y nos caben mas sentimientos en el cuadrito del iPhone. (Tuve que comprarme un diccionario de abreviaturas y contracciones para txt.)
Raquelita, guarda estas joyas literarias, porque no creo que las vamos a volver a ver.
Un beso,
William.
PS: Y ten cuidado con lo que ofreces porque alguno de nosotros se lo va a creer y…
De que vas a estar tu celoso Abramovits? Hombre de poca fe? Esta tarde estuve pensando en ti!!!! Y me decía… que será de la vida de mi adorado amigo que la ultima vez que le vi lo deje en un humilde poltrona de primera clase de American Airlanes? (Si supiera mi amigo Guillermo que la Medicina Clinica en USA si da como para esos gustos … yo no se lo dije Will, pero ahora que hablamos de eso).
Esta tarde pensaba que estarias muy ocupado… y claroooo, ya entendí la causa!!!!! Pero ni creas que me voy a poner Down. Dawn dermatóloga, ya te te dejara espacio para escribir pillito!!!
Un gran abrazo, y si puedes… ESCRIBEME (jajajaja)
Raquel
)