La paternidad de los “clubes de revistas médicas” (journal clubs en inglés) se atribuye al gran médico canadiense Sir William Osler, quien organizó el primero de esos grupos de lectura de revistas médicas para sus estudiantes de medicina de la Universidad de McMaster en 1877 (Sophie Cook, BMJ, 2/03/2011).
La idea central es que un grupo de estudiantes de medicina de pregrado o postgrado se reúnan periódicamente, con la guía y conducción de un docente comprometido con el programa, para comentar y discutir los artículos más importantes de la literatura médica en las diferentes especialidades, tanto trabajos de investigación como de revisión, de acuerdo con los intereses de cada grupo.
Debido a la presente “explosión de la información” es una verdadera lucha cuesta arriba mantenerse al día en asunto tan importante, pero la estrategia de los “clubes de revistas” es sin duda la herramienta adecuada para lograrlo, y hoy en día se ha difundido universalmente para familiarizarse con la llamada “medicina basada en la evidencia” para tomar decisiones para el cuidado de pacientes individuales con fundamento en la mejor evidencia actual, “concienzuda, explícita y juiciosa”, publicada en revistas médicas calificadas.
Estas organizaciones funcionan con la presencia física de sus miembros, aunque también existen virtualmente y sus objetivos son principalmente: enseñar a desarrollar habilidades críticas en el juicio médico, aumentar el grado de exposición y comprensión de la literatura médica en rápido crecimiento, y llevar esos conocimientos a la práctica clínica.
En general se acepta que los clubes de revistas pueden mejorar los hábitos de lectura, el conocimiento de la epidemiología y las estadísticas y la utilización de la literatura médica en la práctica de la medicina. También existe un consenso respecto a su valor para estimular el interés y curiosidad por la investigación científica entre los jóvenes médicos estudiantes de postgrado.
En un mundo tan cambiante como el actual es sin embargo preciso reconocer que después de 134 años, este importante instrumento de aprendizaje todavía no tiene un rival reconocido y por lo tanto los clubes de revistas siguen siendo parte esencial de la educación médica de postgrado.
Debido a la interacción y semejanzas existentes en la investigación científica en las diversas especialidades de la medicina, es aconsejable que los estudiantes de postgrado -no importa de qué especialidad- se mantengan informados de los avances realizados en otras ramas de la medicina, además de aquella a la cual consagran su tiempo y esfuerzos, y por ello hemos sugerido a amigos docentes utilizar Bitácora Médica como fuente de lectura y discusión en sus clubes de revistas.
Siempre se pueden encontrar enseñanzas aplicables a una determinada especialidad, estudiando los progresos y avances realizados en otras ramas de la medicina y de las ciencias básicas.
Tomado del Blog: http://www.bitacoramedica.com/