DERMATOLOGIA Y LETRAS.
POESIA.
Coplas del Amor Viajero. Andrés Eloy Blanco (Poeta venezolano).
De Poda (1934).
Ya pasaste por mi casa,
a flor de ti la sonrisa…
Fuiste un ensueño de gasa;
fuiste una gasa en la brisa…
Te vi flotar en la bruma
que tu blancura aureola,
como un boceto de espuma
sobre un pedestal de ola.
Yo, que he buscado el lucero
que a Belén lleva el camino,
preso por lazos de acero
al potro de mi destino,
Pensé: -En sus brazos, con Ella,
¡romperé, acero, tus lazos!
¿;Para qué quiere una estrella
quien tiene al cielo en los brazos?
Y tan cerca llegué a verte
que te rozaba mi dedo…
Tuve miedo de quererte…
y ya es querer, tener miedo.
Ansiosos se han emboscado
en mis ojos, mis antojos,
y tú también me has besado
veinte veces con los ojos.
Y tu mano pasionaria,
aquella noche huyó en vano,
porque mi mano corsaria
fue gavilán de tu mano.
Y he sentido que temblaban
tus labios en el café,
cuando mis pies se angustiaban
acorralando tu pie…
Pero te vas, sin dejar
ni una huella en el camino…
Sombra azul que cruza el mar
la borra el azul marino…
No sé si me olvidarás
ni si es amor este miedo;
yo solo sé que te vas,
yo solo sé que me quedo.
Tal vez mañana, un mañana
remoto, traiga a tu lado,
con el sol, por tu ventana,
un rayo azul del pasado.
Releyendo viejas cosas
y evocando cosas idas,
entre amarillentas rosas
y epístolas desvaídas,
Encontrarás al acaso
entre coplas del camino,
como en el fondo de un vaso
roto una mancha de vino.
Al oído de la nieta
tu voz de abuela hablará:
-Son los versos de un poeta
que no sé si existe ya…
Ella dirá: -¿;Cómo era?
¿;Cruzará ignotos países
y cual tú, sombra viajera,
tendrá los cabellos grises?
Yo, entre tanto, junto al mar,
esperaré tu venida
y en un eterno esperar
se me pasará la vida.
Vida traidora, por quien
todo este Sueño se muere,
si no te hice ningún bien,
¿;por qué tu mano me hiere?
Mi voz querrá ensordecer
al propio mar con su llanto:
¿;Por qué no la vuelvo a ver,
mi Dios, si la quiero tanto?
Y mi canción irá sola
hacia donde tú te pierdes…
donde ella pase, la ola
tendrá un dolor de aguas verdes…
No sé si me olvidarás
ni si es amor este miedo;
yo solo sé que te vas,
yo solo sé que me quedo.
Y que si te quise ayer,
hoy te siento más tirana
y si así crece el querer
¡cómo te querré mañana!
Andrés Eloy Blanco (Cumaná, 6 de agosto de 1897 – México D.F., 21 de mayo de 1955) fue un abogado, escritor, humorista, poeta y político venezolano.
Estudió en Caracas, donde se incorporó al Círculo de Bellas Artes en 1913. En 1918 recibió su primer galardón por el poema pastoral "Canto a la Espiga y al Arado", y publicó su primer obra dramática, "El huerto de la epopeya". Ese mismo año fue encarcelado por participar en manifestaciones contra el régimen, siendo ya estudiante de Derecho en la Universidad Central de Venezuela.
A su graduación comenzó a ejercer la abogacía, pero continuó escribiendo. En 1921 obtuvo el primer premio en los Juegos Florales de Santander (Cantabria) con su poema "Canto a España". Viajó a España para recibir el premio, y permaneció allí más de un año, familiarizándose con las vanguardias. En 1924 fue nombrado miembro de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras. Ese mismo año visitó La Habana (Cuba), donde se reunió con intelectuales cubanos y venezolanos exiliados.
En 1928 comenzó a editar clandestinamente el periódico disidente "El Imparcial", que sería el órgano de difusión de las proscriptas agrupaciones Unión Social Constructiva Americana y Frente de Acción Revolucionaria. Es hecho prisionero tras el golpe de estado del 7 de abril, y confinado lejos de Caracas hasta 1932, cuando fue liberado por motivos de salud. Se le prohibió sin embargo realizar cualquier tipo de manifestación pública, por lo que se dedicó nuevamente a las letras, publicando "Poda" en 1934 y "La aroplana clueca" en 1935.
A la muerte de Juan Vicente Gómez, Blanco fue nombrado por el presidente Eleazar López Contreras jefe del Servicio de Gabinete en el Ministerio de Obras Públicas. Sin embargo, su postura fuertemente crítica frente a la represión de las manifestaciones del 14 de febrero de 1936 y su pertenencia a la Organización Revolucionaria Venezolana llevan a la decisión de apartarlo de la política local. Ese mismo año es nombrado Inspector de Consulados, cargo en el cual viaja a Cuba, Estados Unidos y Canadá; sin embargo, en 1937 su descontento lo lleva a presentar la renuncia y regresar a Caracas.
Fundaría poco después el Partido Democrático Nacional, como diputado del cual llegaría al Congreso Nacional. A lo largo de su actividad política sigue publicando profusamente. A comienzos de la años 1940 integra su partido en la recién fundada Acción Democrática, y trabaja para la candidatura de Rómulo Gallegos, quien se haría con la presidencia en 1947.
En 1936 fue electo presidente de la Asamblea Nacional Constituyente convocada para la reforma de la constitución, que instaura el sufragio universal, secreto y directo. En 1948 fue nombrado Ministro de Relaciones Exteriores por el presidente Gallegos. Tras su derrocamiento por Carlos Delgado Chalbaud, se exilia en México, donde se dedica a tiempo completo a la poesía.
En 1955 perdió la vida en un accidente de tráfico. El 6 de junio de ese año sus restos fueron trasladados a Caracas para su sepelio, realizado entre estrictas medidas de seguridad por parte de las fuerzas del régimen.