66a Paradoja: Prolongación de la vida vs. calidad de la vida

La consecuencia previsible a mediano plazo para las proyecciones etarias disponibles actualmente son verdaderamente alarmantes para los países desarrollados del Norte, y aunque hasta ahora el principal motivo de preocupación deriva de una masa gigante, en crecimiento,  de gente jubilada y retirada, y de un grupo, en franca disminución,  que trabaja y produce, existen las más variadas consecuencias para este gran logro de la medicina contemporánea … la prolongación de la vida, la mayor parte de ellas negativas para una sociedad vigorosa y saludable, a la que todos aspiramos.

El paradigma en la acción de la profesión médica establece, sin lugar a dudas, que toda acción destinada a derrotar las enfermedades y prolongar la vida es algo positivo.

Hasta hace una generación no estábamos en capacidad de juzgar la trampa que se nos ha tendido, pues puede tratarse en efecto de uno de tantos “contratos faustianos”, en el cual para obtener el supuesto beneficio de una larga vida, hemos comprometido seriamente la “calidad” de esa vida, al sobrepasar la octava y novena décadas, algo que como estamos viendo, no ocurre impunemente.

Uno de los graves problemas que tenemos que enfrentar es el de la dependencia, y minusvalía en general, de los ancianos, en una sociedad donde la familia tiende a disgregarse y donde las responsabilidades de la generación adulta que trabaja y produce se centran –con cierta razón-, en sus hijos, niños y adolescentes, y casi desaparecen, esfumándose gradualmente, en lo que se refiere a sus padres y la generación de los ancianos.

La amenaza más grave que se cierne sobre el anciano es la enfermedad de Alzheimer (con el daño cerebral existente, que ocasiona pérdida de la memoria y demencia).  A los 65 años, solamente una persona en cien, desarrolla esta dolencia; a los 85 es una de cada seis.

Se han separado dos categorías en este período avanzado de la vida.  La Categoría I se extiende de la edad de la jubilación (aunque en la actualidad es muy variable, se entiende desde la época de Bismarck, cuando introdujo en Alemania la seguridad social, que es a los 65 años … en esa época   –finales del siglo XIX-, en que muy pocos llegaban a esa edad) hasta los 80 años, y es posiblemente la edad en que los ciudadanos de los países desarrollados esperan disfrutar de un merecido descanso, viajar, pasar el tiempo con sus ‘hobbies’ (en caso de que su buena salud se los permita).

La Categoría II, es mucho más problemática, se extiende más allá de los 80 años, y es en esa etapa donde se observa un creciente dependencia, donde la persona vé sus capacidades sensoriales, locomotoras y mentales declinar continuamente y llega a una degradante situación de dependencia infantil.

Las investigaciones relacionadas con las “células madre” (“stem cells” en inglés) pueda que resuelvan el problema de generar nuevos órganos con que reemplazar los ya gastados y agotados en su capacidad funcional, pero si estas promesas no coinciden con un tratamiento efectivo del mal de Alzheimer, ¿;de qué nos servirá tener miles de viejos que puedan vivir hasta los 122,45 años (el récord establecido y límite superior de la expectación de vida de nuestra especie, por Madame Jeanne Calmet en el Sur de Francia), confinados por lustros y hasta décadas a hogares de ancianos?

El caso de Madame Calmet es verdasderamente excepcional en muchos sentidos y recuerdo que en uno de sus últimos cumpleaños al ser interrogada por un curioso periodista con la pregunta de rigor: ¿;a qué atribuye su larga vida?, contestó casi de inmediato: “Creo que Dios se olvidó de mí”, dando así muestras no sólo de permanecer alerta, sino de un sentido del humor fuera de lo común.

¿;Habrá aumentado esa edad máxima a que puede alcanzar nuestra especie (cada especie tiene un límite superior bien establecido) en los últimos años?   La respuesta a esa pregunta parece ser afirmativa y se ha informado que de 1969 a 1999 el máximo lapso de vida aumentó en 1,1 años por década (www.therubins.com/aging/maximum.htm).

 

Recuerdo el caso de un intelectual y político distinguido de Colombia, quien habiéndose casado muy joven con una mujer muy inteligente y preparada (nacida en Venezuela y educada en los Estados Unidod) que le llevaba unos cuantos años, describía su relación muy especial con ella, diciendo que había tenido con su esposa, toda la gama de posibilidades de una relación de ese tipo,  ya que al comienzo ella fue su  guía, inspiradora y maestra, luego fue su compañera por muchos años, y al final de su vida, él pasó a ser su niñero, tal era el grado de dependencia de la anciana.

Arturo Uslar Pietri, al final de su larga vida, al preguntarle como se encontraba me contestó,   “la vejez es un naufragio”.  ¡Qué mejor metáfora para describir la tragedia de lo que representa la ancianidad!

Llega efectivamente el momento al final del ciclo biológico en que la muerte parece una bendición si permanecer con vida lo es tan sólo como un vegetal.

 

Un colega contestó una vez a un paciente interesado en sus consejos para alcanzar una marcada longevidad:  “Si quiere vivir muchos años escoja bien a sus abuelos”, dando a entender la importancia de los genes y la herencia en determinar ese azaroso factor de la terminación de la vida ven cada ser humano.  La eterna controversia entre naturaleza y medio ambiente (lo que en inglés se codifica como “nature vs. nurture”, aprovechando la similitud fonética de dos palabras con muy distintas connotaciones), se extiende a este campo de la longevidad, por cuanto el hombre tiene en sus manos prolongar su existencia útil mediante un estilo de vida sano, evitando los excesos, comiendo lo necesario, haciendo ejercicio y absteniéndose de fumar, consumo alcohólico excesivo, etc., siempre y cuando dentro de la “lotería genética” disponga de esa “carta ganadora” que le otorga esa posibilidad de acceder a la longevidad.  Dados los problemas de la longevidad después de cierta edad avanzada, tal vez no sea un carácter extremadamente deseable, mientras no tengamos armas terapéuticas contra la enfermedad de Alzheimer y la demencia senil.

Acerca de Francisco Kerdel Vegas

Médico dermatólogo. Embajador y académico recibió Premio Martín Vegas de la Sociedad Venezolana de Dermatología. Individuo de Número de la Academia de Ciencias Físicas y Matemáticas de Venezuela (Sillón XIII, 1971). Doctor en Ciencias Médicas de la UCV. Vicerrector Académico (fundador) de la Universidad Simón Bolívar. Fue elegido directamente Individuo de Número de la Academia Nacional de Medicina Sillón XXIV en 1967, incorporado por su trabajo "Autorradiografía en Dermatología".

8 comentarios

  1. A raiz de la reflexion del Dr Kerdel Vega, quisiera compartir con ustedes la letra de una cancion de Serrat, del disco Bienaventurados de 1987, que es triste pero como tambien el dice «NUNCA ES TRISTE LA VERDAD, LO QUE NO TIENE ES REMEDIO…»
    Todos vamos por el mismo camino
    Un Abrazo
    ANGELA SEIDEL
    Armenia

    LLEGAR A VIEJO (BIENAVENTURADOS)
    Si se llevasen el miedo,
    y nos dejasen lo bailado
    para enfrentar el presente…

    Si se llegase entrenado
    y con ánimo suficiente…

    Y después de darlo todo
    – en justa correspondencia –
    todo estuviese pagado
    y el carné de jubilado
    abriese todas las puertas…

    Quizá llegar a viejo
    Sería más llevadero,
    Más confortable,
    Más duradero.

    Si el ayer no se olvidase tan aprisa…
    Si tuviesen más cuidado en donde pisan…

    Si se viviese entre amigos
    que al menos de vez en cuando
    pasasen una pelota…
    Si el cansancio y la derrota
    no supiesen tan amargo…

    Si fuesen poniendo luces
    en el camino, a medida
    que el corazón se acobarda…
    y los ángeles de la guarda
    diesen señales de vida…

    Quizá llegar a viejo
    Sería más razonable,
    más apacible,
    más transitable.

    ¡Ay, si la veteranía fuese un grado…!
    Si no se llegase huérfano a ese trago…

    Si tuviese más ventajas
    y menos inconvenientes…
    Si el alma se apasionase,
    el cuerpo se alborotase,
    y las piernas respondiesen…

    Y del pedazo de cielo
    reservado para cuando
    toca entregar el equipo,
    repartiesen anticipos
    a los más necesitados…

    Quizá llegar a viejo
    sería todo un progreso,
    un buen remate,
    un final con beso.

    En lugar de arrinconarlos en la historia,
    convertidos en fantasmas con memoria…

    Si no estuviese tan oscuro
    a la vuelta de la esquina…
    O simplemente si todos
    entendiésemos que todos
    llevamos un viejo encima.

  2. Interesante y reflexiva esta paradoja que expone el Dr.Kerdel Vegas sobre: Prolongación vs Calidad de vida.

    Segun la OMS la calidad de vida es «la percepción que un individuo tiene de su lugar en la existencia, en el contexto de la cultura y del sistema de valores en los que vive y su relación con sus objetivos, sus expectativas, sus normas y sus inquietudes» (tomado de Wikipedia).

    Sin duda es un concepto amplio y complejo donde se entrecruzan: salud física, estado psicológico, nivel de independencia económica, relaciones sociales y familiares.

    Al leer todo ello no puedo dejar de plantearme lo que significa «ser viejo» en un país del tercer mundo.
    La longevidad, por lo menos en nuestro medio ,plantea unos desafíos tremendos:

    1.La seguridad social, bien cuestionada para la población activa y los niños… ¿que dejará para los ancianos?
    2.El acceso a salud es cada día más difícil, costoso y complejo. Los seguros privados rechazan a las personas despues de determinada edad, aún con baja siniestralidad previa y de la salud en el área pública mejor ni hablar, llenaríamos páginas completas y no precisamente por su eficiencia.

    3.Si vamos a niveles como el económico, nos encontramos como por ejemplo el otorgamiento de una tarjeta de crédito para viajero (recuerden que hay un control cambiario) es negada si Ud. tiene la osadía de sobrepasar los 74 años , aún con excelente estado de salud ó teniendo fiadores que pueden asumir la deuda en caso de algún percance (léase muerte ó incapacidad).

    Sin duda que el barón Otto Von Bismarck (1815-1898) político prusiano quien ayudó a construir el llamado «estado de biesnestar» con mecanismos como:pension de jubilación obligatoria, seguridad social para enfermedades y accidentes para trabajadores y ex trabajadores (ubiquense en Alemania, finales siglo XIX) se quedaría perplejo ante esta paradoja en un país con tantas riquezas naturales.

    En resumen, no es solo la longevidad per se, el Alzheimer y la disgregación familiar sino la exclusión social, económica y hasta política a la que se encuentra sometida la llamada «tercera edad», por menos aquí.

    Respetuoso saludo,

    Amalia Panzarelli
    Caracas

  3. No podría estar más de acuerdo con todos y cada uno de sus sensatos, lógicos
    y bien pensados comentarios, que de por sí podrían integrar una Paradoja
    adicional, pues efectivamente en nuestro medio hay muchos factores
    agravantes que hacen de la vejez un verdadero calvario. Es como me dijo una
    vez Arturo Uslar Pietri: «La vejez es un naufragio», y no creo que exageró
    en lo más mínimo la realidad.

    Tal vez podemos incluir su comentario en la sección de las Paradojas en
    http://www.bitacoramedica.com.

    Reiba un cordial saludo de,

    Francisco Kerdel Vegas

  4. Dr.Kerdel Vegas:
    Gracias por sus comentarios. Sería un honor para mí estar en su prestigioso blog Bitácora Médica.
    Gracias, buenas noches !

    Amalia Panzarelli
    Dermatólogo/Caracas

  5. Estimado Dr Kerdell, cómo me ha enriquecido su artículo, y los excelentes comentarios de la Dra Seidel y de la extraordinaria Dra. Panzarelli. Lamentablemente en este momento, en este ahora, en este tercer mundo en que vivo, sueño, laboro y me esmero porque sea mejor, me cuesta opinar de el ser anciano, cuando estan muriendo jovenes de mi edad a causa de la inseguridad y el hampa desatada. El viernes fue asesinado enfrente de una panaderia de mi urbanización uno de mis menjore amigos de bachillerato, un hombre bello por dentro y por fuera, asesinado amansalva con 5 disparos, segando asi su posibilidad de disfrutar los logros alcanzados al lado de una esposa y unos hijos formados segun sus valores y principios.
    Voy a guardar esta disquisición sobre la vejez,mientras supero la disquisición de cómo llegar a ella dignamente.
    Con afecto.
    Dra. Raquel M Ramos M

  6. Estimada Dra. Ramos:

    Entiendo perfectamente el significado de su mensaje, en una sociedad
    desbordada por problemas agobiadores, cuyas posibles soluciones no las vemos
    por ningún lado. La magnitud de la crisis que vivimos, muy bien descrita en
    la tragedia que nos describe con tanto realismo, es la prueba fehaciente que
    las recetas aplicadas hasta ahora sólo van de fracaso en fracaso. El país
    exige un cambio, pero su conducción no puede estar sino en las manos más
    calificadas y probadas. Todo nuevo intento de measianismo producirá los
    mismos negativos resultados hasta ahora observados.

    Reciba un cordial saludo de,

    Francisco Kerdel Vegas

  7. Muy estimado Francisco:

    Pienso que el problema de índole ética, resultante de la paradoja planteada en tus interesantes reflexiones: “Prolongación de la vida vs. calidad de la vida”, podría y debería ser tratado por nuestra sociedad, mediante un enfoque positivo, aplicado a través de un programa educativo y divulgativo, impartido a todos sus integrantes, de manera continua, durante toda su vida. Dicho programa debería buscar el reconocimiento, agradecido, de los valores, méritos y logros de nuestros ancianos quienes, en su gran mayoría, a través de innumerables esfuerzos y sacrificios, han contribuido, generación trás generación, al bienestar material y espiritual logrados, en forma acumulativa, individual y colectivamente, por los habitantes de nuestro planeta. Sólo de esa manera, las futuras generaciones podrán comprender y aceptar que el esfuerzo económico, así como la dedicación afectiva, necesarios para que los ancianos puedan acceder a una calidad de vida como la que se merecen, lejos de tristemente representar simples obligaciones, constituyen la mayor satisfacción espiritual de nuestras vidas.

    Un fuerte abrazo,

    Luciano F. Reni B.
    Ing. Químico y Dr. en Ciencias Económicas

  8. Francisco estas reflexiones son muy buenas, pero creo que la mejora de la calidad de vida biene con los hábitos saludables, dieta blanceada y ejercicio físico

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