Autores:
Alexandro Bonifaz
Denisse Vázquez-González
Los más recientes antimicóticos orales, son los derivados azólicos como fluconazol, itraconazol, voriconazol; la alilamina terbinafina y la equinocandidna caspofungina, han sido utilizados exitosamente en una amplia variedad de dermatomicosis y especialmente en dematofitosis, en especial en onicomicosis, así como en las más frecuentes micosis superficiales como candidosis y pitiriasis versicolor; las últimas dos se han empleado para infecciones oportunistas profundas como candidosis y aspergilosis.
En general son más efectivos, mejor tolerados y con menos efectos colaterales que otros fármacos usados anteriormente; sin embargo, tienen entre ellos una marcada diferencia en su potencial de causar interacciones medicamentosas, las cuales pueden afectar la efectividad y seguridad de las terapias.
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Archivo adjunto: Interacciones medicamentosas.pdf