Uno de los logros importantes de todos los tiempos en materia de salud pública fue sin dudas la erradicación de la viruela, mediante programas de vacunación, inteligentemente planificados en sus últimos reductos, por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1979.
De manera semejante es posible teóricamente eliminar la lepra, con los actuales tratamientos múltiples, sobre todo si lográsemos diagnosticar precozmente la enfermedad, y un reciente descubrimiento en ese camino parece aportar un novedosa y sencilla prueba de laboratorio para el diagnóstico de la lepra, aún antes de que la enfermedad se manifieste clínicamente.
Hasta el presente los signos cutáneos y neurológicos precoces de la enfermedad, son tan variados y entreverados que requieren de conocimientos especializados y la identificación microscópica de la bacteria causante de la enfermedad.
A fines de enero de este año el IDR (siglas para “Infectious Disease Research Institute”, una institución estadounidense sin fines de lucro dedicada a la erradicación de enfermedades contagiosas como la tuberculosis, leishmaniasis, lepra, paludismo y enfermedad de Chagas, con sede en Seattle) conjuntamente con “Orange Life” (compañía brasileña de diagnósticos médicos) anunciaron el registro de una prueba diagnóstica rápida para la lepra en ANVISA (la autoridad reguladora de Brasil).
Se trata de una prueba simple y fácil de llevar a cabo, que requiere de una gota de sangre del paciente que se mezcla con el reactivo recién inventado y es muy parecida en su interpretación a las pruebas de embarazo; la aparición de dos líneas indica la positividad de la prueba y que por lo tanto la persona examinada tiene lepra, aún cuando todavía no existan signos y síntomas clínicos de la tan temida enfermedad.
Si las promesas se cumplen y efectivamente esta prueba resulta ser tan eficiente como parece, se habrá dado un paso significativo en el diagnóstico precoz de la lepra, cuyos primeros signos cutáneos y neurológicos pueden tardar años en manifestarse, después que el Mycobacterium lepraeya está bien establecido en el paciente todavía asintomático. Presumiblemente el tratamiento necesario para eliminar la infección en esa etapa, sea de menor duración y costo, lo que hará tal vez posible no solo la curación del paciente, sino examinando con esta prueba a todos los contactos, poder tratar de inmediato a aquellos infectados, lo que eventualmente podría llevar a la total erradicación del terrible flagelo.
Es el momento de recordar las contribuciones al estudio de la lepra por parte de dos ilustres médicos venezolanos, los doctores Martín Vegas y Jacinto Convit. Tal vez sea éste el mejor regalo al Dr. Convit el año del centenario de su nacimiento.
Francisco Kerdel-Vegas
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8 de febrero de 2013