“Si es necesario hacer una escogencia, las comidas gratis en la escuela son más importantes a la salud de los niños pobres que los programas de inmunización, y entrambos son más efectivos que las camas de hospital.”
Thomas McKeown, 1979
Con los modernos medios de transporte, hambrunas como se registraron en el pasado y causaron la muerte de miles y hasta cientos de miles y millones de personas, son de difícil ocurrencia en el futuro.
De modo que este tipo de catástrofe por privación de alimentos de toda una comunidad y de suficiente duración como para ocasionar muertes y malnutrición, lo que a su vez puede ser un factor importante en favorecer enfermedades infecciosas intercurrentes, es un fenómeno del pasado y por lo tanto conciernen a la historia, al menos en la mayor parte de los países del mundo (todavía se registran casos aislados como en Bangladesh, Etiopía, Somalia y en los países del Sahel en Africa subsahariana, que han recibido asistencia internacional efectiva casi inmediata). Históricamente se recuerda la hambruna en Irlanda en los años de 1840 debido a la pérdida de la cosecha de papas, lo que determinó un fenómeno migratorio significativo.
La desaparición de este tipo de desastres se debe sin duda a mejor distribución de alimentos, consecuencia a su vez de mejor y más rápidos medios de transporte. Está bien establecido que esa mejor nutrición humana –en cantidad y calidad, incluyendo proteínas de origen animal-, se ha traducido con el tiempo en un aumento de la talla y de la fortaleza física de poblaciones enteras, y es frecuente invocar la sorpresa de los turcos (durante los combates en Gallipoli en la I Guerra Mundial) al comprobar la diferente estatura entre los combatientes ingleses (provenientes de las ciudades congestionadas debidas al desarrollo industrial desbocado) y los australianos y neozelandeses (con los mismos ascendientes, pero bien alimentados con carne ovina y bovina).
Pero así como podemos afirmar que la muerte por hambre es un fenómeno raro en estos tiempos, la pobreza ubícua en los países del Tercer Mundo es la causa principal de un gran número de problemas de salud que pueden agruparse bajo los rubros de malnutrición y desnutrición.
La malnutrición se define como una alimentación no balanceada por el predominio de unos principios inmediatos y la escasez de otros por debajo de los límites necesarios para suplir las necesidades del organismo.[146][*]
Carencias especiales son las avitaminosis, o mejor aún hipovitaminosis, pues por lo común no se trata de una ausencia total sino parcial, y producen enfermedades tales como el escorbuto (carencia de vitamina C), la osteomalacia (carencia de vitamina D), la pelagra (carencia de ácido nicotínico), etc.
Un caso extremo de desnutrición es el kwashiorkor, síndrome debido a una deficiencia proteica intensa, caracterizado por edema, alteraciones pigmentarias de la piel y del pelo, alteraciones hepáticas, abdomen distendido, y se observa principalmente en niños pequeños. A primera vista, el edema puede confundirse con exceso de peso y los cambios de la pigmentación en piel y cabello (hacia un tono rojizo) dan un aspecto saludable, que puede engañar a quien desconoce estas realidades.
El sistema metabólico humano llega a resistir grados extremos de privación de alimentos, como pudo comprobarse masivamente en los campos de concentración nazistas durante la II Guerra Mundial, y es necesario realimentar progresivamente a quienes sufren de tal tipo avanzado de desnutrición. Recuerdo que los hermanos médicos y especialistas en nutrición de Africa del Sur, Joseph y Theodore Gillman, previendo lo que podía suceder al liberar a los prisioneros de los campos de concentración, y alimentarlos sin control, complaciendo peligrosamente a estos prisioneros con cuerpos emaciados, escribieron una carta los líderes de las democracias occidentales, alertándolos del peligro potencial en puertas. Desafortunadamente, al no extremarse los cuidados y controles al respecto, se dieron muchos casos de muerte rápida producida por el exceso de alimentos, en hombres, mujeres y niños acostumbrados por meses y años a raciones de hambre. Es algo semejante a lo que ocurre al cambiar radicalmente el octanaje de la gasolina a un automóvil.
En algunos casos el problema de malnutrición es más que un problema económico (extrema pobreza), un problema de orden cultural
Las carencias son más graves durante el embarazo de las mujeres y en la infancia, ya que pueden determinar problemas graves en el desarrollo, con secuelas permanentes, de allí la importancia de los programas de adecuada nutrición en los niños.
El otro extremo, el exceso de ingesta nutritiva, producido por la abundancia o afluencia, y caracterizado por un excesivo peso corporal a expensas del acúmulo de tejido adiposo, se está dando masivamente en los países industrializados del Norte, especialmente en los Estados Unidos, y ocasiona el exceso de peso y en su grado máximo, la obesidad, que está afectando, según recientes estadísticas, al 61 % de la población de ese país.
Antroprométicamente se habla de obesidad cuando el índice de masa corporal (peso en kilogramos/talla en metros cuadrados) supera los 30 kg/m2.
La obesidad se ha convertido en uno de los más graves problemas de salud pública en años recientes.