Poema que el Profesor Antonio Guzaman le envia a Antonio Rondon en el momento en que éste se encontraba en cama, A Dios Gracias se recupero
Notas de editor
Amigo, Antonio Rondón,
parrandero y querendón,
me contó Jaime Piquero,
como cotilla: el primero,
que usted se encuentra internado,
como potro enjaulado
¿Su médula está enojada?
eso es una maricada,
que aunque le intente morder,
con usted no va a poder.
Así que ánimo, compadre,
yo lo juro por mi madre,
de que usted va a aprovechar
su estancia en aquel lugar,
para de mano primera,
agarrarle a la enfermera.
Será para el turpial, alpiste
y aunque se enoje Natilse,
a alguna ha de enamorar,
para ese rato pasar,
y seguro se va a curar.
Se va de vuelta a su hogar,
y al Vargas a trabajar.
Y no olvide viejo gallo,
que este humilde paraguayo,
que pasó por ese trance,
espera que no se canse,
mi vale, usted de luchar.
Así pues, se va curar,
y dejemos la mariquera,
para empezar la ronera,
con el fin de festejar,
con trago, en cualquier lugar,
el hecho de usted sanar.
Y que no le quepa duda,
eso me lo dijo el cura,
que de esta enfermedad,
que huele a calamidad,
Usted se me va a librar,
y todo lo va a superar.
Asunción, al 26 de octubre de 2014