En las últimas semanas ha circulado en la prensa mundial, la noticia que un grupo de investigadores mexicanos han desarrollado una prueba cutánea que pudiese identificar pacientes con Alzheimer y Parkinson. Según la nota de prensa el estudio será presentado en la reunión anual de la Academia Americana de Neurología a realizarse en Washington, DC, del 18 al 25 de abril de 2015.
El trabajo -liderado por Ildefonso Rodríguez Leyva, del Hospital Central de la Universidad de San Luis Potosi en México- mostró que las biopsias de piel se puede utilizar para detectar la alta expresión de las proteínas tau en Alzheimer y alfa-sinonucleína en Parkinson. La nota de prensa no presenta data rigurosa o publicación.
No es la primera vez que se anuncian «marcadores» para identificar enfermedades. Es la eterna búsqueda del ser humano de una»bala mágica» que identifique y pueda eliminar dolencias que nos afectan y matan.
Muchos científicos cuestionan la existencia de verdaderos biomarcadores: Mi opinión es que no existen. Cada una de las moléculas seleccionadas a lo largo de tantas décadas (desde los 40s cuando se desarrolló la inmnunofluorescencia) son proteínas presentes en células en condiciones normales.
Así, los tal llamados oncogenes expresan proteínas asociadas con el ciclo celular y otros componentes de la fisiología celular. Obviamente, algunas de estas proteínas se pueden producir en grandes cantidades asociándose a varias enfermedades. Pero concentraciones altas de ellas, no necesariamente están asociadas a enfermedades.
La última moda en biomarcadores son los micro ARN (miARN o miRNA), un diminuto ARN cuya función es regular la expresión de otros genes, utilizando la ruta de ribointerferencia. Ya diversas enfermedades se asocian a diversos miARN y nuevos mapas de individualidad biológica se construyen con ellos.
En un trabajo presentado en la sección «Journal Club» de esta edición de Piel Latinoamericana, se demuestran concentraciones elevadas en pacientes con psoriasis de micropartículas provenientes de células endoteliales, plaquetas y monocitos/macrófagos. Estas micropartículas han sido asociadas con factores de riesgo cardiometabólicos. Los resultados demuestran, una vez más, que quizás la clave es la combinación de moléculas las que tendría algún valor pronóstico.
El ser humano en su búsqueda de inmortalidad seguirá explorando «balas mágicas» que le permitan longevidad. Madre Naturaleza seguirá demostrando que en los sistemas complejos son millones las piezas que intervienen para lograr el justo equilibrio de la vida.
Imagen tomada de researchingaliensandufos.com
Estoy de acuerdo contigo Félix, sin duda que la aparición de una enfermedad es consecuencia de una `serie de eventos desafortunados´ en la que hay una predisposición individual.. la persona con una predisposición genética, se expone a diferentes disparadores `triggers´ y aparece la enfermedad. El problema es que una vez que aparece, no basta con bloquear el gen o la citoquina. Es como querer apagar un incendio, sólo apagando el origen del incendio.
no hay una -bala mágica-.. pero es un comienzo, sin duda.
Muy buen editorial. abrazo
No hay duda que estamos en la era de conocimiento, y en salud cada día observamos como adelantamos. Un anestesiólogo haciendo registros con EEG ha bajado la dosis de anestésicos !!! muchas gracias, Antonio Clemente H.