Láser en embarazadas. ¿Está contraindicado?
Con la popularidad creciente de la terapia láser, los dermatólogos se enfrentan a escenarios donde se requiere el conocimiento de su seguridad y efectividad. El embarazo es uno de esos escenarios, ya que no se ha estudiado ampliamente. Los riesgos sobre la salud de la madre y el feto se deben tener en cuenta ante cualquier procedimiento realizado.1
Las embarazadas pueden presentar afecciones demonológicas, en las que una de las opciones terapéuticas puede ser láser, siendo una decisión importante realizarlo o no. Además, puede suceder que se realicen procedimientos láser durante el primer trimestre, antes que incluso la paciente esté consciente del embarazo.
Realizando una búsqueda de la literatura de PubMed no encontramos recomendaciones definitivas sobre la seguridad de las terapias laser. Sin embargo, existen reportes de casos y trabajos que se exponen a continuación.
La terapia laser de dióxido de carbono (CO2) para condilomas genitales tiene una considerable evidencia de apoyo de seguridad durante el embarazo, con varios trabajos publicados en el tema. Tsuritani y colaboradores, evaluaron la seguridad y eficacia en la conización con laser CO2 en 49 mujeres embarazadas con neoplasia intraepitelial cervical grado 3 / carcinoma in situ o carcinoma microinvasivo. La mediana de edad fue de 31 años y de 17 semanas de gestación. La mediana de duración de resecado por conización del cuello uterino, la duración media de la cirugía y la pérdida de sangre promedio fueron 14 mm, 20 min y 78 ml respectivamente. Un total de 35 pacientes se pudo seguir hasta el nacimiento, sin reportar complicaciones obstétricas relacionadas con la conización.2
En una revisión de Pugashetti y colaboradores, publicada en 2013, del manejo del acné durante el embarazo exponen el desafío terapéutico debido a la falta de datos de seguridad y de recomendaciones basadas en evidencia. Entre las opciones terapéuticas para acné inflamatorio, proponen el láser decolorante pulsado (dye laser) y en especial el laser Nd:Yag Q-Switched modo dual pulso cuasi largo con la aplicación de una suspensión de carbón tópico, reduciendo el conteo de lesiones, la producción de sebo, citocinas inflamatorias y adelgazando el estrato córneo perifolicular. Opinan que el tratamiento láser puede ser una opción con un excelente perfil de seguridad.3
Sin embargo, los estudios citados no fueron realizados en embarazadas y solo encontramos un caso reportado por Ballin y colaboradores en 2009, con el uso de láser de baja fluencia Nd: YAG 1064 nm en una embarazada asiática con acné facial inflamatorio severo, sugiriendo que puede ser una alternativa segura, efectiva y bien tolerada.4
Por otro lado, Cox y colaboradores en el 2015, reportaron el uso de laser ablativo fraccionado en una paciente embarazada de 31 años de edad, a las 30 semanas de gestación, con cicatrices abdominales que secundario al aumento de la tensión asociada al crecimiento del fondo uterino durante el embarazo provocó malestar constante, prurito y trastornos del sueño. Obtuvieron mejoría de los síntomas y contribuyó a una expansión abdominal visible, sin complicaciones, con un recién nacido a término sano. Se plantea el láser ablativo fraccionado como una terapéutica alternativa mínimamente invasiva para el tratamiento de pacientes embarazadas con síntomas relacionados a la cicatrización restrictiva del abdomen.5
No encontramos artículos publicados con respecto a depilación laser, siendo el laser que se realiza con más frecuencia en la población general. Sin embargo, en páginas web de algunos centros privados donde se utiliza, recomiendan no realizarla en las zonas cercanas al feto, no limitando su uso en otras zonas lejanas como axilas o extremidades.
Tampoco se hace mención en las publicaciones encontradas de los cambios hormonales propios de la mujer embarazada que causan hiperpigmentación, que pudiesen comprometer la efectividad y seguridad de los tratamientos láser.
Por la profundidad que alcanzan la mayoría de los laser, no causarían daño al bebé ya que la mayoría solo actúa en las primeras capas de piel. Sólo el CO2 dependiendo de los parámetros utilizados pudiera llegar a mayor profundidad. Por otro lado, la luz no penetra el útero por lo que no le haría daño a la piel ni ojos del feto.
Siendo la terapia láser, relativamente reciente, aun no hay suficientes estudios que aseguren que no se generan nuevos antígenos derivados del efecto de la luz sobre el tejido, y si esto pudiese llegar hasta el feto.
En vista, de los pocos casos publicados, invitamos a los que tengan experiencia con laser en embarazadas o que hayan tenido un caso que se le hiciera laser sin conocer del embarazo, seguir a estos niños para definir la evolución de los mismos, y compartir lo observado.
En nuestra opinión, debido a la falta de ensayos controlados, a pesar de un buen perfil de seguridad teórico, es aconsejable retrasar los procedimientos laser electivos hasta que culmine el embarazo, evitando posibles complicaciones en el feto que aunque no sean a causa del laser, puedan sean atribuidas a él.
Bibliografía.
- Lee K, Korgavkar K, Dufresne R, Higgins H. Safety of cosmetic dermatologic procedures during pregnancy. Dermatol Surg. 2013;39:1573-86.
- Tsuritani M, Watanabe Y, Kotani Y, Kataoka T, Ueda H, Hoshiai H. Retrospective evaluation of CO(2) laser conization in pregnant women with carcinoma in situ or microinvasive carcinoma. Gynecol Obstet Invest. 2009;68:230-3.
- Pugashetti R, Shinkai K. Treatment of acne vulgaris in pregnant patients. Dermatol Ther. 2013;26:302-11.
- Ballin J, Uebelhoer N. The use of the low-fluence 1064 nm Nd:YAG laser in a female with contraindications to systemic anti-acne therapy. J Drugs Dermatol. 2009;8:1025-6.
- Cox J, Dainer M, Shumaker P. Ablative fractional laser resurfacing for abdominal scar contractures in pregnancy. Obstet Gynecol. 2015;125:924-6.
Imagen tomada de iml.es