Comida Anti-inflamatoria y Anti-cáncer

Para MiradorSalud resulta muy grato reseñar y recomendar a nuestros lectores, el libro “Comida Anti-inflamatoria y Anti-cáncer”, escrito por los doctores L. I. Luzardo-Zschaeck?y?Dietrich W. Zschaeck. El tema resulta de gran pertinencia para nuestro blog pues ha sido tocado en varias oportunidades a través de diversos artículos sobre la relación alimentación, inflamación, dolor, cáncer, diabetes, enfermedad coronaria, mental, etc., quedando claro que la mayoría de las enfermedades crónicas comparten una patogénesis inflamatoria, relación que se hace mucho más rotunda con la edad, y los estilos de vida no saludables, entre los cuales la alimentación es determinante. Tal como lo dicen los autores, el principal móvil del libro es presentar las dos caras de la misma moneda: alimentación “mala” y “buena”: La primera genera enfermedad y la otra la previene o ayuda a curarla.

El libro comienza con una interesante introducción sobre la enfermedad inflamatoria, dividida en 3 capítulos: Inflamación crónica, Obesidad y Cáncer. En el primero se habla de la inflamación aguda o fase primaria, la inflamación crónica o fase secundaria, y los factores que la producen: alimentos y radicales libres de oxígeno, las maneras de tratar la inflamación y el efecto de la dieta.

En el capítulo de Obesidad, los autores dirigen sus baterías a identificar los grandes contribuyentes a la obesidad: un patrón alimentario no saludable en el que prevalece la comida occidental moderna, mucha de ella, “chatarra”, y un gran villano: “la fructosa”, de cuya introducción a nuestras dietas no se puede exculpar a la industria de alimentos. La fructosa, junto a los alimentos ultraprocesados, recibe un severo juicio. De manera sencilla se introduce al lector a conceptos claves relacionados con el placer y la adicción, y a conocer y cuidar de nuestro hipotálamo, donde reside parte del circuito de recompensa en nuestro cerebro.  Finalmente, la importancia del ejercicio.

En el capítulo sobre Cáncer, se nos hace ver que en la alimentación inadecuada y el hábito de fumar reside el 60% del riesgo en la generación de la enfermedad, pero también en otros factores que intervienen como el estrés emocional y la genética. Se resalta la importancia de los cambios en alimentación y estilos de vida en su prevención, incidencia y sobrevida.

Luego viene la segunda parte: Comida anti-inflamatoria y cáncer, que nos introduce a una serie de temas: La importancia de los vegetales y frutas más allá de ser fuente esencialísima de vitaminas, minerales y fibra, sino también de fitoquímicos no nutrientes como potentes antioxidantes que actúan como medicamentos naturales.

Se continúa con los vegetales antinflamatorios y anticáncer como aquellos de la familia crucífera (brócoli, repollo, coles, berros, rábanos, coliflor), el tomate y la remolacha, que hasta para bajar la tensión sirve, por su contenido en nitratos. Luego, siguen los maravillosos miembros de la familia Allium (ajo, cebolla, ajoporro), y el ají picante. Innumerables sus beneficios, y están a la mano siempre.

Mención aparte para nuestro intestino como un segundo cerebro, y por qué debemos valorarlo y cuidarlo. Se nos explica la importancia de la flora intestinal que funciona como un “órgano” del cuerpo humano, y constituye el microbioma. Se continúa con cuidados para nuestro intestino (avena, pre y probióticos).

Luego, algo interesantísimo: Condimentos que curan: cúrcuma, pimienta y canela, y las bondades antinflamatorias del jengibre, cilantro, orégano, romero y clavo. Increíble. Mejor que un ibuprofeno para el dolor y la inflamación.

También se habla de la importancia de las grasas en nuestras comidas, sobre todo las polinsaturadas como los ácidos grasos Omega-3, protectores, grasas buenas, que ayudan a fabricar moléculas antinflamatorias beneficiosas, y se encuentran en productos como aguacates, sardinas y aceitunas. Las grasas “malas” son las saturadas, su estado natural es el “sólido” a temperatura ambiente y en el refrigerador (manteca de cochino, mayonesa, sopa de pollo con piel). Ejemplos: carnes rojas, pollo con piel, chicarrones, chinchurrias, leche completa, quesos amarillos, aceites vegetales hidrogenados como el de palma y coco, alimentos procesados y algunas margarinas. Las grasas trans se consideran “malas” y se forman al hidrogenar ácidos grasos polinsaturados por calentamiento (razón para evitar las frituras, sobre todo cuando se usa el mismo aceite varias veces). Las margarinas pueden contener grasas trans, si bien el proceso industrial está ahora controlado para que sean cero-trans. Hay que buscar esto en la etiqueta.

Se discute la importancia de la relación adecuada de Omega-6/ Omega-3. Los Omega-6, también polinsaturados buenos, se encuentran en las carnes, leche y huevos, pero pueden desencadenar la aparición de inflamación crónica y cáncer. El balance ideal es 4:1 y lo podemos alcanzar comiendo dos veces por semana pescados pequeños y/o linaza. Si no, se podrían usar suplementos, el cual es otro tema discutido: ¿Se necesita tomar suplementos con la gran variedad de sustancias benéficas que se encuentran en nuestros alimentos?

La respuesta es que los suplementos no garantizan el efecto terapéutico deseado, y que lo ideal es obtener los compuestos de fuentes alimentarias, muchas de origen vegetal, acompañados de fibra y de tantas otras sustancias químicas endógenas. En su estado natural, de fuentes vegetales o animales, interactúan con otros constituyentes celulares en perfecta sinergia jamás alcanzada en una píldora.

Luego se habla del placer de comer en el que interviene el olfato, el gusto y la vista, y nuestro cerebro actúa como un verdadero gourmet: la neurogastronomía relaciona la comida con el cerebro. Se cierra esta parte del libro con “Tiempo para mí”, y la importancia del ejercicio físico, la oración, la meditación y eso maravilloso que es “ayudar a los otros”.

En la parte final del libro hallará el lector recetas experimentadas por las familias, amigos y pacientes de los autores. Se encontrarán recetas de vegetales, ensaladas, aderezos, cremas y dulces. No queremos desvelarlas, pero les anticipamos la maravilla del “paté” criollo de caraotas, entre muchos otros.

Quien mejor que el Chef David Alexander Garrido Michalczuk, para comentar sobre el libro y sus recetas: “Comida Antiinflamatoria y Anticáncer” llega en un momento importante en la gastronomía internacional, y especialmente para nosotros en Venezuela, dada la relevancia que está tomando la cocina saludable en el mundo. Como Chef de cocina internacional, reconozco que no teníamos a nuestro alcance un material tan sencillo y amenamente expuesto como este, sobre el importante efecto que nuestras prácticas alimentarias tienen sobre el flagelo que es la enfermedad inflamatoria crónica.

Cerramos esta reseña con las palabras de los propios autores:

…ahora te invitamos a usarlas, sin dejar de disfrutar uno de los placeres de la vida: el comer. Y… ¿cuál es el complemento de la comida? La respuesta es: tiempo para mis ejercicios físicos; al caminar en forma regular, obtendrás el mejor de los beneficios, hacer nuevas neuronas, y nada mejor que llegar a la tercera edad con una cabeza joven. La triada de la salud, Cuerpo-Mente-Espíritu, la ofrecemos en un plato de comida, este libro, que ahora es tuyo.

María Soledad Tapia

Acerca de MIrador Salud

Somos un equipo de investigadores, profesionales de la salud y ramas afines y de la comunicación comprometidos con la promoción de una salud responsable. www.miradorsalud.com

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