En este artículo me referiré a algunos indicadores de la situación de la salud en Venezuela que abarcan la pobreza, desnutrición y enfermedades prevenibles por vacunación. Es muy triste escribir sobre estos temas hoy día, pero creo que es ineludible para el futuro.
Desnutrición y la crisis alimentaria
“Madre antigua y atroz de la incestuosa tierra. Borrado sea tu nombre de la faz de la tierra”. El Hambre de Jorge Luis Borges.
El año pasado escribimos en MiradorSalud sobre la crisis humanitaria que vivía Venezuela y la describimos como una situación de emergencia. Un año después se ha profundizado la situación, y ni aun así el gobierno ha permitido el ingreso de la ayuda internacional, elemento indispensable para aliviar la crisis, más no para resolverla. Por otro lado, no se conocen las cifras oficiales. Pareciera que toda la crisis es planificada intencionalmente como política de Estado, incluso inducir el hambre.
Para el año 2015 existía un 73% de hogares en pobreza y la mitad de ellos vivía en pobreza extrema. Esa terrible situación, relatada el año pasado ha avanzado descomunalmente en la encuesta de ENCOVI del 2016. La pobreza aumentó a 82% y solo en tres años (2014-2016) se ha incrementado un 33%; al mismo tiempo, la pobreza crónica pasó de 16,1% a 31,09% en el mismo período.
Igualmente, la desnutrición, muy ligada a la pobreza, presenta cifras alarmantes que el propio gobierno esconde. Por ejemplo, entre enero y junio de 2017, han muerto, en un hospital de San Félix, estado Bolívar, 25 niños con algún grado de desnutrición, hecho aterrador que nos muestra solamente la punta del iceberg que esconde una hambruna evidenciada por la cifra tan alta de muertes por esta causa. Por otro lado, en el Servicio de Nutrición, Crecimiento y Desarrollo del Hospital de Niños J.M. de los Ríos, un hospital de referencia a donde llegan los niños ya desnutridos, casi se cuadruplicaron los cuadros graves llegando a atender 110 desnutridos graves el año pasado cuando en 2015 atendieron 30 casos, un aumento alarmante que no se veía en el país desde hace muchas décadas. Según Ingrid Soto de Sanabria, Jefe de este Servicio, la situación va por el mismo camino este año. Igualmente, ella comenta que ante la ausencia de datos nacionales, ya que el Instituto Nacional de Nutrición no publica cifras desde 2007, los estudios puntuales como el de Caritas y los datos del hospital no se pueden extrapolar al país, pero si permiten ver tendencias y concluir que algo está pasando.
Según Susana Raffalli, nutricionista y especialista en seguridad alimentaria y en emergencias humanitarias, Venezuela superó los estándares internacionales de desnutrición infantil, llegando a un 15,2% de desnutridos moderados y graves, hecho que la coloca en emergencia humanitaria. Las muertes por desnutrición y los casos severos podrían indicar que hay hambre en el país. Por otro parte, el 54% (1.3 millones) de los 2.4 millones de subalimentados en América del Sur son venezolanos. Inaudito que esto esté ocurriendo esto en nuestro país.
Cáritas está llevando a cabo desde octubre de 2016 un monitoreo de la situación nutricional en menores de 5 años en el Distrito Capital, Vargas, Miranda y Zulia. Aunque esta población no es representativa, como ya mencionó la Dra. Soto de Sanabria, sí es un indicador de lo que ocurre en Venezuela. Presentamos aquí los resultados del último boletín comprendido entre abril y agosto de 2017 realizado en distintas parroquias del Distrito Vargas, Miranda y Zulia; no se pudo hacer en Caracas.
En este período según el IV boletín, el salario mínimo aumentó 69%, el costo de la Canasta Básica Alimentaria se incrementó en 23.6%, pero en los días de protesta aumentó un 39%. El costo de los alimentos suministrados por el Estado se incrementó 1,5 veces. Durante las protestas, las industrias de alimentos sufrieron saqueos masivos lo que disminuyó la disponibilidad de los mismos. La escasez de fórmulas lácteas llegó hasta el 94% de los establecimientos. La mortalidad infantil aumentó un 34% y la materna un 65%, según cifras oficiales para el 2016.
En este contexto, este reporte señala que el 68% de los niños evaluados presentaban algún grado de déficit nutricional o estaban en riesgo de tenerlo, de los cuales el 4% tenían desnutrición severa, 11% moderada, 21% leve y 32% estaban en riesgo. Solamente el 32% estaba en condiciones normales o de obesidad. El incremento observado entre octubre-diciembre de 2016 y el presente período fue a expensas del aumento de la desnutrición grave y moderada. La desnutrición fue mayor en Zulia (16%), seguida por Vargas (14,3%) y Miranda (12,7%).
En 1990, la fallecida Dra. Paulina Dehollain y mi persona publicamos un libro llamado “Venezuela desnutrida hacia el 2000”, en donde se alertó a los encargados de políticas públicas que debían implementar cambios para no llegar al año 2000 con deficiencias en el ingreso y en la capacidad adquisitiva para adquirir alimentos, con hospitales y servicios de salud deficientes, amén de insuficientes oportunidades educativas, todos factores relacionados con la desnutrición. ¡Premonitoria advertencia!
En 1989, el déficit nutricional en menores de 15 años rondaba en 15,24%, alto para aquel momento, pero significativamente bajo en comparación con este triste presente. Hasta la década de los setenta, Venezuela había experimentado un gran progreso que se estancó y decayó en los ochenta. Sin embargo, con la entrada al siglo XXI y a pesar de los altos ingresos petroleros, el advenimiento de un nuevo gobierno y un sistema político arcaico, demoledor y totalitario, Venezuela se sumergió en un sótano muy negro. ¿Será que los políticos no podrán actuar más rápido para evitar tanto sufrimiento? ¿O tendremos que esperar al 2018?
Enfermedades erradicadas que han vuelto a aparecer
Para complementar este cuadro ya desolado, la baja cobertura por la aplicación de esquemas incompletos de inmunización o la ausencia de vacunación ha permitido la reaparición de enfermedades prevenibles como la difteria y el sarampión, la primera eliminada en 1992 y la segunda en 2006, cuando se presentó el último brote en el país. Para evitar que una enfermedad se propague al menos el 80% de la población debe estar protegida con esquemas completos de vacunación. Cuando esta cobertura disminuye hay riesgo de que aparezca la enfermedad.
Difteria.
Según la Organización Panamericana de Salud (OPS), en 2016, Venezuela notificó 20 casos de difteria confirmados. Ante esta alarma el Dr. Alejandro Rísquez publicó en Archivos Venezolanos de Puericultura y Pediatría una nota titulada: Difteria y vacunación: Historia de un pasado exitoso y un fracaso reciente en la atención primaria de salud que vale la pena recordar. Sin embargo, no fue sino hasta agosto de este año cuando Venezuela actualizó y reportó a la OPS la casuística de casi un año comprendida entre la segunda semana de junio de 2016 y la segunda semana de julio de 2017. En este período, se notificaron 447 casos sospechosos (324 en 2016 y 123 en 2017), cifras mucho mayores a las reportadas en la década de los ochenta, antes de ser eliminada la enfermedad. Más aun, se reportaron 7 defunciones para una letalidad de 20%. Los casos fueron notificados en 17 estados, siendo el Estado Bolívar con 282 casos el que más enfermos ha presentado. En los confirmados, la mayoría (78%) tenía esquemas incompletos de vacunación, el 15% no había sido vacunados y en el 7% no se obtuvo información. Las edades estuvieron comprendidas entre 5 y 19 años. Sin embargo, estas cifras no reflejan la realidad, la cual es mucho peor. Por ejemplo, La Dra. Belén Salinas, pediatra del Hospital de Niños de la Ciudad Hospitalaria Enrique Tejera (CHET) en Valencia, me comunicó que desde el 1ro de septiembre del año en curso han ingresado al hospital 14 menores de 18 años enfermos clínicamente con difteria, dos de ellos fallecidos, donde la mayoría tenía esquemas incompletos de inmunización.
La difteria causa fiebre, amigdalitis aguda y su toxina produce una pseudomembrana o capa espesa en la garganta que obstruye las vías respiratorias, lo que permite un diagnóstico clínico bastante certero. Esto indica que la mayoría de los casos sospechosos son verdaderamente casos de difteria. La enfermedad se contagia por contacto directo y por el estornudo y la tos.
El esquema de vacunación para la difteria contempla: para los niños menores de 7 años: 5 dosis de la DTaP (difteria, tétano y pertussis acelular) o de la pentavalente a los 2, 4, 6 y 15-18 meses de edad y la quinta entre los 4 y 6 años más un refuerzo a los 11-12 años y otro cada 10 años; los niños mayores de 7 años y los adultos no vacunados con esquema completo en el primer año de vida requieren 3 dosis del Toxoide Tetánico Diftérico (Td) con uno o dos meses de diferencia entre dosis y un refuerzo cada 10 años. Se recomienda vacunar a las embarazadas en el tercer trimestre para proteger a los bebés.
La aparición de la difteria se debe a una baja cobertura e ineficiencia en la aplicación de los programas gubernamentales de inmunización. Hecho que se agrava cuando el gobierno no da información, no decreta la alerta epidemiológica a tiempo amén de no planificar la aplicación de programas de emergencia o aplicarlos improvisadamente. Los doctores Oletta y Rísquez alertan acerca de la crisis indicando que la información es tardía y confusa, que no deben llamar a toda la población a vacunarse indiscriminadamente sino atendiendo a los esquemas de vacunación y que las jornadas de vacunación por solamente 15 días no permiten cumplir las indicaciones ya que, por ejemplo, los adultos no vacunados que tienen que recibir 3 dosis no pueden recibir el esquema completo en un intervalo de 15 días.
Sarampión.
El sarampión también reapareció a finales de agosto de este año e igualmente en San Félix. El 9 de septiembre fueron reportados en los medios de comunicación la hospitalización en el Menca de Leoni de 3 niños con sarampión, todos menores de 1 año. Un médico señaló haber visto en su consulta, en los últimos dos meses, a 2 niños con sarampión con edades entre año y medio y dos; él añadió que la última vez que había atendido un caso de sarampión fue en 1993, en Santa Elena de Uairén, la frontera con Brasil. Con esto son 5 los casos identificados en San Félix y todavía el gobierno no emite una alerta sanitaria. Según declaraciones recientes del Dr. José Félix Oletta, exministro de Sanidad, en el país existen 654 casos sospechosos de sarampión, de los cuales hasta el mes de octubre se han confirmado 251.
El origen de estas dos enfermedades está en el estado Bolívar, específicamente en el Arco Minero, una tierra con la ley de la selva y amparada con un nuevo decreto donde se creó la Zona de Desarrollo Estratégico Nacional del Arco Minero del Orinoco (AMO). Esta zona cuenta con oro, cobre, diamante, coltán, hierro, bauxita entre otros minerales. Ese decreto fue realizado para que el gobierno consiguiera financiamiento cuando el dinero escasea al permitir la inversión extranjera, entre los cuales los chinos y la empresa canadiense Gold Reserve, han sido privilegiados, entre otros tantos. El decreto ha sido catalogado como un “crimen ecológico” y ahora el lugar se ha convertido en fuente de enfermedades. Allí nadie puede entrar, impera la prostitución incluso con niños, así como la ley del más fuerte hasta el punto que el Obispo de Ciudad Guayana, Monseñor Helizandro Terán, pidió la derogación del mencionado decreto de AMO.
Conclusiones.
Podemos cerrar con las palabras del Dr. Marino González, profesor de la Universidad Simón Bolívar, miembro de la Academia de Medicina y coautor de la encuesta ENCOVI, “Vivimos el deterioro en salud más dramático en 50 años en la región”, agrega “un gobierno que quiera modificar esta situación debe hacerlo rápidamente. Por ejemplo, en inmunizaciones, Venezuela tiene uno de los más bajos índices de cobertura en la región”. Igualmente añade, “Cuando un niño se va a dormir sin ingerir los alimentos necesarios para su crecimiento es un día en riesgo, una restricción a su desarrollo intelectual y productivo. Es una situación que afecta el porvenir de millones de venezolanos”.
Conjuntamente, en el Foro UCAB “Perspectivas 2018 ¿Hay fondo?”, celebrado el 22 de noviembre del presente año, seis expertos calificaron la situación de Venezuela como “una catástrofe económica y social”. Luis Pedro España, investigador, profesor de la UCAB y coautor de ENCOVI, en el foro advirtió “la aguda crisis económica nacional ha sumergido a la mayoría de la población en la pobreza estructural, es decir, le ha quitado la capacidad de satisfacer sus necesidades básicas”.
El problema es nacional y en momentos donde no hay medicinas, ni vacunas, ni alimentos, ni dinero en efectivo, ni transporte, ni agua, ni electricidad, ni trabajo, todo en medio de una hiperinflación, me pregunto: ¿tendremos los venezolanos tiempo para esperar?
Irene Pérez Schael
Nota: Video contiene las recomendaciones de la Dra. Ingrid Soto de Sanabria para cuidar la alimentación en esta crisis.
Y no pasa nada. Un estado de anomia y desesperanza se apoderó de lo que queda de país.
Excelente artículo. Trata temas muy importantes en la actualidad. No los voy a repetir. Solo voy a agregar la Poliomielitis, que después de 30 años de erradicada, reaparece nuevamente en Delta Amacuro, con un caso confirmado y 3 sospechas. La población infantil de Delta Amacuro, donde hay una población Indígena elevada solo un 20% de os niños están vacunados y justamente el grupo más vulnerable, es el extrema pobreza.Las fallas en los programas de inmunización, establecidos desde hace muchos años y conocidos por todos, es la causa principal. Se considera que existen en el país aproximadamente 2.500.000 niños en edad, sin vacunas, es una población ión de susceptibles muy alta. Mi tesis de post grado en Epidemiología en la UCV, versó justamente sobre la Vigilancia Epidemiológica de la Poliomielitis. El problema está empezando, se ha perdido mucho tiempo y la Polio no tiene consideraciones. Epidemiológicamente, por cada caso de Polio Neurológica, se consideran que existe 90 casos no neurológicos. Por tanto, considero que la situación de Delta Amacuro, estados circunvecinos, deben estar alertas. En estos casos de enfermedades emergentes erradicadas, un caso es ALERTA dos casos, son epidemia. EL mpps, está jugando con candela. La incompetencia a nivel de los servicios de salud, es muy alta. Los que dirigen la Salud en Venezuela, no conocen de Salud. Los Especialistas en Salud, estamos muy bien preparados, pero nos tienen como jarrones chinos, arrinconados. Muy bueno su artículo.