Artículo publicado el 19 de Octubre del 2008 en el periodico Notitarde.
Revista del Domingo. Autor: Francisco Kerdel Vegas
Una de las claras tendencias de la medicina del futuro es la de conceder más atención a los conocimientos relacionados con el envejecimiento, en otras palabras, a lo que ya podemos darle la jerarquía de ciencia del envejecimiento.
Se observa una clara situación demográfica en todos los países del mundo, a un aumento en la expectativa de vida, y ello ha de traer profundos cambios sociales, y sin duda, más interés y atención hacia esa población de individuos cada día más viejos. Es presumible -al menos en las democracias occidentales donde estos ancianos cuentan porque votan- que los gobiernos den más atención a los problemas de salud de este grupo etario, y patrocinen liberalmente proyectos de investigación relacionados con el envejecimiento. Tal situación da lugar a un gran número de trabajos de investigación y de nuevos conocimientos en la materia. Si seguimos los dictámenes de la teoría darwiniana de la evolución, a primera vista, el envejecimiento parecería desafiarla, pues ya pasada la edad reproductiva, la vida pierde su razón de ser. Según nos explica Mitch Leslie en la Revista Médica de la Universidad de Stanford: "Hace 40 años, tres investigadores, George Williams, William Hamilton y Peter Medawar, encontraron una explicación plausible; un gen que da problemas tarde en la vida puede escapar al control de la selección natural, ya que tiene poco impacto en relación al número de descendientes que el organismo produce. En otras palabras, nos volvemos viejos porque el poder de la selección natural sobre nuestros cuerpos va desapareciendo con la edad."
Pero, øqué produce el envejecimiento?. Los acusados, en el banquillo de los responsables, son muchos: desde el daño acumulado por el ADN, deficiencias hormonales y hasta infecciones parasitarias.
Conocemos bien la necesidad perentoria y continua de energía por parte de los organismos vivientes. Los aparatos mitocondriales usan moléculas alimentarias y oxígeno para este propósito y a su vez emiten productos residuales nocivos llamados especies reactivas de oxígeno o simplemente radicales libres. La denominación nos explica que son moléculas que reaccionan y erosionan a las proteínas, el ADN y los lípidos, ocasionando diversos efectos negativos. Estas especies de oxígeno reactivo pueden hacer mutar un gen. Pueden cambiar a las proteínas, hacerlas muy activas o enlentecerlas, o bien hacerlas formar cúmulos anormales. Cuando atacan los lípidos de la membrana celular pueden determinar fugas.
Fue Denham Harman en 1954 quien sugirió que estas moléculas eran las responsables del envejecimiento. La versión actual de esta idea, la hipótesis del estrés oxidativo, nos pinta el cuadro de células envejeciendo al perder la batalla contra los radicales libres. Las células se defienden con enzimas, pero ello sólo permite enlentecer el proceso. A medida que envejecemos el daño se va acumulando, especialmente en las mitocondrias (donde se originan). Los efectos secundarios del metabolismo son inescapables: "Vivimos del oxígeno, y el oxígeno genera radicales libres." El gran gurú de la nueva ciencia del envejecimiento es el controversial biogerontólogo británico doctor Aubrey de Grey, quien ha publicado recientemente un libro titulado: "Finalizando la Vejez: Grandes Adelantos que Pueden Revertir el Envejecimiento Humano en Nuestra Generación". Su estrategia de siete puntos (Estrategias de la Ingeniería de la Senectud Insignificante) para mantener y reparar el cuerpo al nivel celular y molecular se concentra en, la pérdida celular, la resistencia a la muerte celular, las mutaciones cromosómicas, las mutaciones mitocondríacas, las moléculas indigestibles dentro de las células, las moléculas indigestibles fuera de las células y los cruzamientos de proteínas extracelulares de larga vida.
A través de la Fundación Matusalén se ofrece el Premio Ratón Matusalén, para acelerar la investigación científica hacia la efectiva extensión de la vida. Todo parece indicar que vamos a observar resultados positivos en poco tiempo.