Foto de Hitesh Choudhary en Pexels
El movimiento de Ciencia Abierta (“Open Science” en inglés) tiene como objetivo hacer públicas las investigaciones científicas para todos los ciudadanos. La Ciencia Abierta incluye la investigación abierta y todas las plataformas en la Red, cuyos datos son automáticamente de acceso público.
La idea se inició con los físicos quienes fueron pioneros con su plataforma arXiv.org, la cual fue la primera en lanzar manuscritos inconclusos que denominaron pre-impresos o “pre-prints”. Estos pre-impresos se mejoran y concluyen en la Red con la ayuda de colegas u otros expertos. En las biociencias, revistas como The Lancet y el Journal of Investigative Dermatology incursionaron en esta modalidad pero la abandonaron tempranamente.
El referente para la ciencia abierta también viene del mundo de los físicos, y es el proyecto de la Organización Europea para la Investigación Nuclear conocida como CERN y su Gran colisionador de hadrones, mediante el cual se conoció la existencia del bosón de Higgs o “partícula de Dios”. Los datos obtenidos en sus trabajos se comparten con la comunidad científica para su discusión a través de una red de computadoras donde participan físicos y ciber-ciudadanos no necesariamente ligados a la ciencia.
La ciencia abierta ha ido ganando terreno entre los investigadores. Investigaciones de vanguardia se han beneficiado del análisis de grandes volúmenes de datos, a bajos costos y en tiempo más corto. Para muchos científicos es más eficiente reutilizar las herramientas de datos y programas de colegas que construirlas desde cero para cada proyecto de investigación.
Esta necesidad de datos está impulsando un cambio cultural y de actitud entre los investigadores. Cada vez más buscan asociarse con sus pares en otras instituciones, mientras que los científicos del mundo académico buscan trabajar con empresas que poseen grandes cantidades de información para su investigación. A medida que aumenta la importancia de las herramientas de datos y sus programas, los científicos que comparten abiertamente su trabajo son recompensados cada vez más a través del reconocimiento y más oportunidades de colaboración.
De hecho, los investigadores individuales cada vez más comparten sus datos abriendo más posibilidades de colaboración, lo cual ayuda a garantizar la reproducibilidad de la investigación y alienta a otros investigadores a compartir sus datos. Las encuestas globales sugieren que el apoyo a la ciencia abierta está creciendo a medida que los investigadores se vuelven cada vez más conscientes de sus beneficios.
Pero no todo es color de rosa en el camino hacia la ciencia abierta, recientemente existe una creciente preocupación entre los investigadores por la veracidad de los resultados con la big data, ya que la mayoría de las investigaciones no cumplen con uno de los postulados del método científico, que es la capacidad de un ensayo o experimento de ser reproducido o replicado por tus pares. Sin embargo, los matamáticos aseveran que la estadística evoluciona con la evolución de los datos, es decir nuevas técnicas estadísticas serán desarrolladas para así proporcionar nuevos descubrimientos científicos relevantes y válidos.
El espíritu de una ciencia abierta siempre ha estado en la mente de muchos científicos, pero es gracias a la Red con su capacidad de promover la apomediación, la comunicación y un sinnúmero de plataformas tecnológicas, que podemos implementarla. El movimiento de la ciencia abierta nos llama a cambiar e incorporar nuevas formas de hacer y comunicar la investigación, privilegiando la colaboración y promoviendo el acceso y uso del conocimiento científico a toda la sociedad.