Existen sitios los cuales parecen tener una naturaleza propia general o peculiar, para algunas personas, pueblos o ideologías.
Durante la Guerra de Independencia Venezolana, el Campo de Carabobo fué siempre propicio a las fuerzas patriotas. Lo contrario sucedió con el de La Puerta y por supuesto Puerto Cabello; sitio del primer fracaso rotundo del Libertador y última fortaleza de los realistas en el país. Cada uno de nosotros puede recordar fechas o sitios afortunados o aciagos.
Más allá de esto, hay lugares que nos parecerían calderas donde se cuecen la desgracia y la iniquidad. El siguiente relato señala a uno de ellos.
A fines del siglo XVIII, dos rabinos judíos vagaban por caminos rurales del sur de Polonia. Caía la noche y los viajeros, báculo en mano , avistaron una posada. Tocaron a su puerta, manifestaron no tener dinero. Sin embargo fueron admitidos al local , se les permitió que se acercaran al fuego, se les dió un vaso de bebida caliente a cada uno y una manta. Al avanzar la noche, sin embargo, ambos viajeros se sintieron poseídos de una terrible ansiedad. Salieron al frío exterior, pese a las amables advertencias del propietario. La ansiedad no mermó hasta que tomaron el camino y se alejaron de la posada. Caminaron se sintieron aliviados y por fin arribaron a otro pueblecito y otro albergue,, donde también encontraron cobijo. Pudieron descansar, a la mañana siguiente preguntaron cuál era el nombre del sitio donde estaba la posada inicial, Les respondieron,
«Se llama Oswiecim» !!!! Se llama Oswiecim !!!!. Este es el apelativo polaco del sitio que se conoce más frecuentemente desde la segunda guerra mundial por su apelativo en alemán…. Auschwitz……..!!!!!!
Mauricio Goihman Yahr.