Prof Dr. Luis Conde Salazar.
Museo Olavide, Madrid. España
Prof Dr. Luis Conde Salazar
Ahora que esta de “moda” y España es uno de los países mas afectados decidimos ver si entre las mas de 600 figuras del museo existía alguna que presentara la típica viruela enfermedad frecuente en los finales de siglo XIX y principios del XX. Los últimos casos de viruela acaecidos datan de 1977 al ser erradica gracias a la vacunación y la coordinación sanitaria internacional.
La clínica de la viruela de mono se detecto por primera vez en Dinamarca e 1958 en un centro de investigación con monos, el agente causal es un ortopoxvirus, similar al virus causante de la viruela, el primer caso humano detectado en 1970 Congo extendiéndose posteriormente por el centro y occidente de África. Es en 2022 cuando aparecen los primeros casos fuera de África incluyendo piases en Europa, Norte y Sudamérica, Medio Oriente y Australia, España con mas de 6000 casos junto a EE. UU. son los países con mas afectados
Creíamos que íbamos a encontrar un cierto numero de casos, pero nuestra sorpresa es que solo encontramos uno y una vacunación. Una de las causas de nuestro optimismo era que en Madrid hubo en 1913 una gran epidemia (Trabajo que adjuntamos) con 393 muertos, y creíamos que el hospital San Juan de Dios alojase a algunos de los enfermos como ocurría a finales de siglo XIX, pero la otra razón es que en 1913 Olavide promotor y alma del Museo había fallecido (1901) y no sabemos si Zofio con 78 años estaba en activo pues en 1911 fue jubilado como escultor del Hospital Militar de Madrid.
La figura encontrada “Variolide en el muslo de una niña” tiene una historia muy detallada se trata de una niña de 8 años, que ingresa en Julio de 1879 por presentar una tiña favosa de 2 años de evolución, indicando los autores que “al no existir modelo de esta de erupción varioloide en el Museo” la historia va a prescindir de la tiña favosa limitándose a describir la varioloide.
Asi refiere que a los 3 meses del ingreso aparecen los pródromos y posteriormente las lesiones por todo el cuerpo, indican que la causa es debida a que en la enfermería existían 4 casos. Curiosamente podemos ver que las lesiones son similares a las de la viruela del mono actual y lo mas interesante es el tratamiento local (ya que hoy no he encontrado) a base de Alcohol fenico, disolución normal de acido fenico y finalmente polvos de almidón.
Asi mismo revisamos el Atlas Iconográfico de Olavide y en el encontramos la lamina 1 del grupo de “Dermatosis exantemáticas o fiebres eruptivas” una lamina esta realizada por Acevedo con el titulo de “Viruela regular o benigna ( Sujeto vacunado y Tiñoso) ” este caso curiosamente es de un niño de 10 años con tiñas favosa de 2 años de evolución ,no se indica la fecha el ingreso pero si que el 12 de mayo de 1870 es “ acometido por una viruela espontanea ” cinco días todo el cuerpo esta afectado e incluso mucosa bucal, es curioso que en el tratamiento general en ambos casos es diaforéticas y posteriormente dieta añadiendo bebidas diluyentes y caldos y sopas de gallina. En ambos casos el tratamiento sistémico era con dieta y con antipiréticos. Actualmente tampoco existe tratamiento especifico
y últimamente se recomienda el uso de antivirales como el Tecovirimat (TPOXX)
Localmente en ambos casos se utilizó el alcohol fenico y disoluciones de acido fenico en agua, tratamiento muy usado en la época y del cual Olavide 1873 publica el trabajo “Del modo de administración y aplicación del acido Fenico”, el Dr. Felipe Heras en su magnifica tesis doctoral “Figuras e historias clínicas del Museo Olavide: Estudio dermatológico” en el apartado de Tratamientos detalla utilización de dicho producto:
“El acido fenico (fenol) es una sustancia obtenida a partir de la brea de hulla que fue descubierta en 1834. Muy poco después de su descubrimiento se experimentó con el acido fenico en la practica clínica de forma entusiasta, obteniéndose esperanzadores resultados en diversas patologías, debido a su acción hemostática, irritante y antiséptica Este remedio constituyó toda una revolución terapéutica a mediados del siglo XIX, y su variada utilización se ve reflejada en múltiples historias clínicas del Museo, tanto de forma tópica como sistémica. Constituye, además, un medicamento al que, de forma tópica, se indicó principalmente como antiséptico, en “disolución acuosa normal de acido fenico” o “cura fenicada”, sobre erosiones, ulceras o pequeñas costras. Esta disolución acuosa normal de acido fenico tenia la siguiente composición:
Ácido fénico.5 gramos; Alcohol.10 gramos; Agua.100 gramos.
Existen también resultados sorprendentes con la utilización del acido fenico. En un caso que podría corresponder a un poderme gangrenoso generalizado, el tratamiento más eficaz, de entre todos los que se emplearon, fue dicha solución. También se observa empleado el acido fenico disuelto al 10% en alcohol. De esta forma se indicó en un paciente con lepra, aplicándolo sobre los lepromas de la cara y, curiosamente, también sobre los de la cornea. En un enfermo diagnosticado de “elefantiasis de los árabes” en una pierna, a pesar de no existir ulceración, se utiliza el alcohol fenicado en forma de Fricciones. Finalmente, el acido fenico se emplea frecuentemente en forma de toques sobre las pústulas de la viruela, previniendo de esta manera su sobreinfección. Tampoco son raros los baños generales añadiendo 30 gramos de acido fenico, útiles sobre todo en cuadros pruriginosos Vemos empleado este tipo de baño en una psoriasis generalizada y en un caso de lepra. Algunos métodos de utilización del acido fenico son curiosos, como su aplicación en pulverizaciones a una ulcera sifilítica en la faringe o en forma de enemas en el recto. Creo que este tratamiento podría utilizarse hoy en las formas cutáneas e incluso en las de localización en mucosas,
Comentario.
Curiosamente el diagnostico con los que los dos enfermos que ingresan en San Juan de Dios es de Tiña Favosa de varios años de evolución, lo que justifica que su estado inmunitario y que las condiciones socio sanitarias eran muy deficientes y ello seria posiblemente la generalización de las lesiones por el resto del cuerpo. La tiña era muy frecuente en dicha época y en muchos hospitales preferentemente en San Juan de Dios existían salas de tiñosos, el contagio de estos dos enfermos fue por la existencia de otros casos de viruela en el hospital ya que la viruela aparece a los dos meses de estar ingresados, Esto es una diferencia de los casos actuales que son raros en niños y frecuentes en personas adultas mas hombres que mujeres y con predominio en la comunidad gay y el mecanismo de transmisión es de humano a humano y puede ser por varias vías, siendo la principal el contacto directo a partir de lesiones cutáneas. La Dra. Petunia Clavo Escribano miembro de este blog ha participado en el magnifico trabajo “Monkeypox outbreak in Spain:
clinical and epidemiological findings in a prospective cross sectional study of 185 cases – Br. J. Dermatol “con un soberbio Atlas fotográfico con las localizaciones observadas en los pacientes, trabajo que adjuntamos.
Asi mismo como curiosidad adjuntamos una memoria de la epidemia de viruela en Madrid 1913 al ayuntamiento de Madrid de Luis Lasbennes Jáuregui, medico, que presta servicios en el Negociado de Estadística del Ayuntamiento, y en que nos llama la atención la minuciosidad con la que hace la estadística de los casos detectados con cuadros estadísticos de los periodos de la enfermedad, edad, sexo, estado civil, domicilio, barrio, profesiones etc. en fin cientos de datos de cada uno de los casos estudiados . Finalmente hay que indicar que el Museo Olavide con mas de 600 figurases un escaparate ideal para poder estudiar las enfermedades cutáneas de principios de la dermatología y en muchas ocasiones compararlas con las nuevas patologías cutáneas.
Buenos días
Excelente relato. Felicitaciones.