Acerca de la sonrisa, Frank Hals, Umberto Eco

Lo bueno de andar con los ojos abiertos, es que la vida siempre nos sorprende.

Recientemente quedé enamorada de la obra de un artista belga del siglo XVI llamado Frans Hals, nacido en Amberes, Bélgica, en 1582 y perteneciente a la escuela barroca holandesa. Está considerado como uno de los grandes innovadores del retrato.

Sus obras tienen gran vitalidad y espontaneidad, y lo que me cautivó de ellas fue la presencia de la sonrisa en muchos de sus personajes.

Hasta esa fecha, los retratos tuvieron siempre una expresión solemne, para “dar cuenta al de la distinción de sus protagonistas. Hals lo cambia todo, retrata a personajes comunes y los pinta sonrientes. Se convierte así en uno de los pintores más representativos de un nuevo subgénero del retrato que se denomina “tronie”, que en holandés quiere decir rostro. Hasta finales de la Edad Media, el arte en todas sus expresiones estuvo regido por la Iglesia. Tal vez el aporte de Hals representa una ruptura de los cánones eclesiásticos, mostrando al hombre de una manera “más humana”.

Esto me recuerda a la magistral obra de Umberto Eco, “El nombre de la Rosa”, donde sus protagonistas se encargan de averiguar las extrañas muertes de los monjes de un convento, y finalmente descubren que esta se produce posterior a la lectura de un libro envenenado por un monje fanático, “El libro de la Risa” de Aristóteles. El asesino justifica sus acciones diciendo: “ La risa es un invento diabólico, que deforma las facciones, y hace que los hombres parezcan monos”…”La risa acaba con el miedo. Sin miedo no hay fe. Porque sin miedo al diablo, no se necesita a Dios”.

Dra Raquel M Ramos M
Médico Dermatólogo.
Velencia, Venezuela