Todas las pautas actuales del manejo del acné citan a tres medicamentos tópicos básicos; retinoides tópicos, peróxido de benzoilo (BPO) y antibióticos tópicos como pilares del tratamiento del acné leve a moderado, solos o combinados. Aunque lo anterior es válido, en oportunidades fracasan sus beneficios debido a sus efectos secundarios, como irritación de la piel, fotosensibilidad y sequedad. Estas terapias tópicas son la base del tratamiento del acné, aunque el ácido salicílico, ácido azelaico, azufre, y la clacosterona, entre otras, pueden también utilizarse.
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