Medicina basada en la evidencia vs Medicina basada en la experiencia

¿;To be, or not to be: that is the question?

La Santa Inquisición de Goya

Desde que el "Boom" de la llamada Medicina basada en la evidencia se instauró, nos hemos sentido inseguros cuando tratamos de ejercer conductas diagnósticas y terapéuticas basada en la experiencia propia o  ancestral.

Somos hijos de esa medicina tradicional que nos enseñaron en nuestros estudios de pre y postgrado, cuyas conclusiones surgían naturalmente de conocimientos experimentales propios o adquiridos bajo las premisas del sentido común

Hemos analizado las dos propuestas y llegamos a la conclusión que ambos extremos están equivocados. Algunos médicos quedan atrapados en conductas repetitivas y hasta cierto grado eficientes pero que hoy día han evolucionado corrigiendo errores y enmendando conceptos. La incorporación de nuevos procedimientos y medicamentos  han mejorado la calidad de vida del enfermo, pero aunque él se niega a ser conejillo de indias, sí quiere ser el beneficiado con el avance científico que induce su curación. 

Evidencia y experiencia deben ir de la mano sin olvidar al humanismo, muchas veces relegado a un segundo término. ¿;Cómo compaginar tantos conceptos reales, no abstractos?, aquí es donde interviene el buen criterio del médico, su destreza y sabiduría para proporcionarle al enfermo justo lo que necesita, en el momento preciso y en la proporción exacta.

El médico tiene la obligación profesional y moral de estar al día con los avances de su profesión, necesita experimentar innovaciones y adoptarlas o desecharlas con conocimiento de causa, basando su decisión en cimientos firmes que nos llevan por la autopista del progreso, diferente a la posición nihilista que  conduce a la nada. Eso sí, es condición sine qua non que el camino debe ser de tránsito seguro para todo el que lo recorre, médico y paciente.

"La vida es corta, el arte es largo, la ocasión fugitiva, la experiencia engañadora, el juicio difícil"

Los Editores