El médico del siglo XXI

La Medicina ha llegado a alcanzar una importante e imprescindible función social, lo que ha  obligado a los médicos a desempeñar un  papel preponderante en la educación y el liderazgo. A su vez, las comunidades son cada vez más concientes de sus derechos a la salud y reclaman más a nuestra profesión.

Las universidades deben producir los recursos humanos en calidad y cantidad adecuada para promover el desarrollo nacional capaz de llevar al país los beneficios del progreso en todas sus formas. En ninguno de los estudios universitarios esto es más apremiante y urgente que en las carreras de la salud; es imprescindible un pueblo sano para lograr el máximo de productividad y de esfuerzo y por tanto deben implementarse en ellas los necesarios cambios de diseño curricular acordes con los nuevos tiempos.

Internet ha protagonizado el cambio más radical que nuestra generación ha conocido en cuanto a transferencia de conocimientos que viajan a increíble velocidad por la superautopista de la información incorporando a países desarrollados y en vías de desarrollo por el mismo carril y las mismas oportunidades. En base a ello las metodologías están cambiando y en el área salud, que nos compete, se avanza hacia la universalidad de contenidos, Medicina, Odontología, Farmacia, Psicología, Enfermería, entre otras, se dan la mano con otras áreas que contemplan al individuo y además de formar al nuevo profesional de la salud le sabrá imprimir el toque humano que lo solidarice con la sociedad a la que sirve y haga honor a la verdadera "Medicina integral"; aquella ajena al comercio, al protagonismo, a la improvisación y que está compenetrada con el individuo y su entorno socio-psico-bio-cultural. Un profesional que exija condiciones laborales adecuadas y escenarios adecuados, en espacios dignos con cátedras actualizadas y modernamente estructuradas.

Todos tenemos derecho a ser atendidos por el médico antes descrito y nosotros, dermatólogos, podemos hacer un importante aporte ejemplificado en enfermedades como la lepra, la leishmaniasis y la oncocercosis, las tres patas del trípode que soporta la dermatología sanitaria.

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