Por Mauricio Goihman Yahr.
Roma comenzó como ciudad,luego nación y creó un duradero imperio.Después de eliminar los reyes y hacerse república se rigió por leyes y por la participación ciudadana en los asuntos del estado.Su ejército,su fuerza,fué inigualado por siglos.
Lo interesante era que los soldados y los que los comandaban eran civiles que retornaban al cultivo de sus tierras al cesar los problemas. Esto,claro, cambió luego.El ejército se hizo profesional y no necesariamente romano.La política fué manejada primero por una clase y luego por una claque.
La República persistió en la forma hasta el final ,pero fué reemplazada por el gobierno de los individuos.Al principio y luego a intervalos variables surgían grandes conductores y grandes hombres al frente del Imperio Romano.Hubo mosntruos también,…Lo importante fué que el pueblo perdió el interés y dejó de participar en la cosa pública ,porque de un modo u otro pretendía vivir de ella,pero no la consideraba suya.
El germano Odoacro hizo que el último emperador romano occidental,Rómulo Augústulo,renunciara en el año 476. La ciudad se sometió desde ese entonces a quien tuviera la fuerza de poseerla.Prontamente degeneró.No hubo más legiones de Roma formadas por romanos.No creó la ciudad más leyes ni ciencia ni técnica.Se mantuvo sólo por y para la presencia del Papa y de la religión que éste dirigía.Por supuesto,persistió el Imperio Romano de Oriente por mil años más,pero lo conocemos más como «bizantino» que como romano. Qué es lo fundamental del declinamiento irreversible.. La pérdida de orgullo y de autoestima. La pérdida de creer que se pueda crear.
La pérdida de la capacidad de tomar decisiones por uno mismo,sustituída por soportar lo que venga, maniobrar sin esperanza de real avance y pedir siempre pedir y no dar.
Qué pasa con los Hospitales Venezolanos? Qué pasa con el Vargas? Qué pasa con la creatividad de nuestra dermatología? Qué pasa con las escuelas de medicina? Es posible que del Vargas se solicite abandonarlo para «terminar el postgrado» y que nadie diga que lo que hay que hacer es ponerlo a funcionar?Que salas del Hospital Vargas donde antes estábamos permanezcan cerradas por décadas? Que las bibliotecas se transformen en depósitos de hojas muertas mientras se hacen simposios donde se come y se bebe y se hacen rifas y se reciben regalos?
Odoacro y sus germanos no hubieran ni siquiera podido entrar reptando en la Roma de Augusto..Pero.. el pueblo romano quería pan y circo y sólo eso.La defensa de la ciudad se dió precisamente a bárbaros que se entrenaron y luego pensaron,con razón,porqué servir si se puede mandar?
Y porqué trabajar si se puede expoliar? Décadas después de Odoacro,Belisario, obedeciendo a Justiniano,reconquistó a Roma sometiéndola al Imperio Bizantino.Pero Roma era un cadáver, nunca más se defendió sola.
No nacieron líderes ,ni sabios ni filósofos íntegros por mil años en la antigua Reina de las Naciones.Lo importante es que cuando se rompe el resorte de la autoestima y de la justicia y de la distinción entre el bien y el mal o la justicia y la injusticia.Se pierde realmente la vida .Se transforma el ser ,la institución o la sociedad en una estructura que equivale a la de un hombre descerebrado que puede respirar,digerir y hacer movimientos pero que no vive en verdad
Estimado Dr. Goihman:
Excelente artículo.
Solo quiero acotar, que hacen falta más líderes y menos corruptos.
Dra. Salomé Salloum Salazar
Ciudad Bolívar. Estado Bolívar.
Venezuela.
Como siempre Maestro, un maravilloso arttículo. Mientas lo he leído, hay muchos puntos que me gustaría desarrollar, por lo interesante y complejo. Pero no puede abarcarse todo. Veremos como va. Se me vienen a la mente la cosmogonía romana y la nuestra y el punto de la autoestima del venezolano. Ambos items pienso muy en interrelación.
Todos los hombres son tan viejos como la humanidad. En el fondo de todos nosotros, cualquiera que sea nuestra situación geográfica, cultural o social, está activa la imborrable herencia genética de los primeros seres humanos. Así como también se dice que la costumbre es una segunda naturaleza, también se ha dicho que el instinto podría ser una primera costumbre. En lo fundamental, todos los hombres son semejantes y obedecemos a los mismos impulsos.
Los romanos llevaron en su inconsciente ser el fruto de la unión de una princesa latina con el Dios Marte.
Venezuela es una nación relativamente nueva. Su origen como nación, surgida de la mezcla cultural en un medio geográfico propio y caracterizado, ocurrió en 1498, cuando el europeo Colón, que pertenecía a una nación determinada, topó con grupos indígenas de la Costa de Paria, que pertenecían a otras formas de nación diferente de la suya. Es allí donde comienza el proceso nacional de esto que ha venido a llamarse Venezuela.
Creo que nuestra baja o ausente autoestima como colectivo proviene del peor mal…. nuestra IGNORANCIA. La imagen suscinta y superficial que la inmensa mayoría de los venezolanos tienen de su propia historia no sólo es insuficiente, fragmentaria, sino que es contraria a la verdad y hace imposible comprender y explicarse los sucesos, sus protagonistas y sus motivos. Arbitrariamente dividida, desequilibrada, sin genealogía y sin cuadro, es vista como un conjunto avariento de hombres y de hechos, sin hilación y sin antecedentes. Calificaciones simplistas, visiones ingenuas. No solo es incomprensible una historia concebida así, sino un combate o la tentación sobre el pasado.
Baralt, al publicar su historia en 1841, recoge una versión peyorativa del día siguiente de los campamentos. En un punto exclama: “La libertad, alma de lo bueno de lo bello, diosa de las naciones, brilló por fin sobre patria nuestra, y en ese día ¡cuánta luz no brotó de aquellas tinieblas, cuántos héroes no salieron de aquellas generación de esclavos!” Generación de esclavos? Los Bolívar, los Bello, los Miranda? los Roscio, los Sanz, los Palacio Fajardo? Los Simón Rodríguez? Y tantos que harían inacabable la enumeración? No eran, ni habrían podido ser nunca una generación de esclavos.
Basta leer las descripciones que los más ilustres viajeros del tiempo nos dejaron. La admiración y el placer que, desde fines del siglo XIX sintieron en la sociedad de Caracas hombres tan diferentes pero tan cultos como Humboldt o el Conde de Segur.
Esta visión monocrómica de la época colonial la recogen casi todos nuestros historiadores del siglo XIX. Juan Vicente González publica en 1865, su Biografía de Ribas y en ella refleja frases y conceptos, con la misma concepción antihistórica.
De la noche de la Colonia, surge milagrosamente la gloria de la Independencia, para recaer, después del breve lapso deslumbrante , en una degeneración y envilecimiento sin términos. Evoca en términos grandilocuentes los héroes, para marcar el contraste inexplicable: “Al pensar en vosotros, sombras queridas, fantasmas trágicos, un dolor profundo lacera en mi corazón! ¡SI vuestro cruel sacrificio nos hubiera asegurado la libertad!¡ Si los obstáculos que destruisteis pereciendo, nos hubiesen legado días tranquilos! Vuestros hijos degenerados han hecho estéril vuestra gloria. A fines del siglo XIX el criterio predominante no se había modificado. La América Hispana era la victima de un poder extraño que la mantenía en la ignorancia y la ignominia.
Terminado aquel prodigio sin antecedentes, sin raíces y sin explicación que fue la lucha por la independencia, el país recae en la oscuridad y la torpeza ( antihistoria)
No llega a nadie la visión histórica del período 1830-1847, los gobiernos de Páez, Vargas, Fermín Toro. Quizá los hombres de mentalidad más moderna y liberal que hubo en todo el continente para esa época pasan a llamarse en la antihistoria godos.
No menos inexplicable resulta que sucedió en la Federación, con los Caudillos, el gobiernos de Gómez, etc.
Podría decirse que el venezolano medio no solo desconoce su historia, sino que rechaza la imagen que le ha llegado de ella y no le importa mucho si en Panteón Nacional estan al lado de nuestro Libertador, las cenizas del Negro Felipe.
SI, estamos en GRAVES PROBLEMAS, en dolorosos problemas, porque, nunca tuvimos una pax romana, pero ni el desencanto, ni el cinismo pueden despojarnos de una HERENCIA MORAL que nos pertenece y que es la mayor garantía que se puede ofrecer a los que luchan, porque si hay quienes luchan porque Venezuela sea tierra de paz y progreso con libertad, es decir, una patria de bienes con una bandera de espíritu, donde el hombre no esté obligado a ser enemigo del hombre, sino servidor del hombre y donde ninguna causa pueda prevalecer sobre la sagrada dignidad humana.
Dra. Raquel M Ramos M
Centro Policlinico Valencia, La Viña