81ª Paradoja: La investigación científica utilizando células madre embrionarios vs. fetos

La esperanza de poder utilizar células madre o troncales (stem cells) para la reconstrucción de tejidos, órganos, sistemas o aparatos del cuerpo humano, dañados, insuficientes o decrépitos, parece ser una posibilidad real y al alcance de la tecnología de que disponemos.

Tal, por cierto, era el fundamento de la terapia celular con células de oveja, del médico suizo Paul Niehans (1882-1971), que se hizo famoso con sus tratamientos de rejuvenecimiento (a quien se atrribuye haber curado al papa Pío XII de un hipo persistente), sin que su procedimiento tuviese basamento científico pues se trataba de células de otra especie, y como tal identificadas y rechazadas e imposibilitadas de sobrevivir o llegar a cumplir cualquier función útil, en un medio hostil y eventualmente letal,  tan pronto fuesen trasplantadas a un ser humano.

Ante la interesante evidencia del potencial terapéutico de esas células madre, y los problemas éticos que puede suscitar la utilización de embriones humanos (desde la implantación del blastocito en la mucosa uterina hasta la octava semana),  o bien de fetos (desde las ocho semanas hasta el nacimiento), para procurarlas, se ha iniciado un gran debate al respecto y los Gobiernos de los diferentes países buscan orientación entre los científicos, bioeticistas y juristas para establecer nuevas normas que regulen la utilización de esas células, ya que su indebido comercio podría dar lugar a abortos criminales para así  obtenerlas..

Aunque es un terreno movedizo, hay un cierto acuerdo de que la fuente menos problemática es la de los miles de embriones que, provenientes de tratamientos de reproducción asistida, se conservan congelados en nitrógeno líquido.

La legislación vigente en algunos países (entre ellos España) sólo permite la investigación con embriones humanos de menos de 14 días siempre que estos no sean viables.

Por otra parte es necesario establecer pautas bien regladas referente al tiempo máximo durante el cual un embrión congelado mantiene su viabilidad y potencial intactos, ya que sabemos de efectos negativos de la congelación prolongada.  En España hay embriones congelados (los obtenidos adicionalmente en las técnicas de reproducción asistida) desde hace 15 años.  En Gran Bretaña se ordenó la destrucción de embriones (de fuentes similares) con más de 5 años, lo que produjo protestas de los sectores católicos.  ¿Por cuánto tiempo pueden mantenerse congelados? ¿Cuál es el tiempo óptimo de congelación?

¿Porqué podemos congelar con éxito los espermatozoides y los embriones y no así los óvulos? ¿Quién o quiénes son los “propietarios” de esos embriones?  ¿Deberán donarlos legalmente para poder ser utilizados en investigación científica?

Es evidente que es un campo donde todavía hay numerosas incógnitas por despejar y la insinuación de que las comisiones que por indicación de diversos Gobiernos estudian las múltiples implicaciones de este tipo de investigación, de “priorizar la experimentación con células madre de origen animal” , está llena de sensatez.

Es conveniente recordar que un buen número de los descubrimientos que se han hecho en ese campo de la fertilidad humana, se realizaron a consecuencia de trabajos de investigación en ovejas, financiados por los industriales de la lana (especialmente de Australia).

Actualmente existe una “moda” (es difícil predecir si tendrá larga vida) de congelar la sangre del cordón umbilical extirpado en el recién nacido, con objeto de preservar las células madre que contenga, que puedan ser utilizadas más tarde por la misma persona, si a lo largo de la vida necesita de ellas.  Todo ello a un costo elevado, para mantener la congelación óptima.  Aquí se plantea de nuevo la misma pregunta, acerca del lapso de segura viabilidad de estas células congeladas, ya que, sí como se piensa en la actualidad, es limitado, tendrá poca aplicación a sus dueños, que posiblemente llegarán a necesitarlas al final de sus vidas.

La obtención de tejido fetal, y la tentación de abortos criminales para obtenerlo, ha disminuido al difundirse el conocimiento de que lo que cuenta son las células madre y que hay otras fuentes más convenientes y menos problemáticas.

Nota: esta paradojas fueron enviadas para su publicación en el año 2005, por lo que algunos conceptos pueden haber sido reformulados

Acerca de Francisco Kerdel Vegas

Médico dermatólogo. Embajador y académico recibió Premio Martín Vegas de la Sociedad Venezolana de Dermatología. Individuo de Número de la Academia de Ciencias Físicas y Matemáticas de Venezuela (Sillón XIII, 1971). Doctor en Ciencias Médicas de la UCV. Vicerrector Académico (fundador) de la Universidad Simón Bolívar. Fue elegido directamente Individuo de Número de la Academia Nacional de Medicina Sillón XXIV en 1967, incorporado por su trabajo "Autorradiografía en Dermatología".

Un comentario

  1. Lo novedoso es obtener células madre, a partir de células somáticas de la piel, con ello se lograría obtener tejido humano para reparar órganos a partir del material genético del propio paciente.

    Dra. Salomé Salloum Salazar
    Ciudad Bolívar. Estado Bolívar
    Venezuela.

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