Un estudio publicado esta semana en Proceedings of the National Academy of Sciences analizó muestras fósiles de depósitos de carbonatos y las compararon con muestras recientes de los mismos elementos, todas provenientes de la Cuenca de Turkana en Kenya, una región rica en fósiles de homínidos (1).
El estudio establece que la temperatura en Turkana se ha mantenido alrededor de 30°C en los últimos cuatro millones de años, lo cual siguiere que las altas temperaturas ambientales (30-35°c) pueden haber contribuido al origen evolutivo de características como la locomoción bipedal, la forma delgada del cuerpo, la reducción del cabello corporal y altas capacidades para sudar (1).
Desde un punto de vista dermatológico el estudio es importante al señalar cambios significativos en la unidad pilosebácea y las glandulas sudoríparas, las cuales son fundamentales para regular la temperatura corporal en los ancestros humanos. El aumentó de la sudoración térmica fue una innovación clave en la evolución humana , la cual permitió el mantenimiento de la homeotasis (incluyendo temperatura constante para el cerebro) durante actividad física sostenida en ambientes calurosos (2).
La piel negra (fototipos Fitzpatrick V y VI) evolucionó paralelamente con la pérdida de pelo; ambas fueron parte de las condiciones originales del género Homo. La pigmentación por melanina como traza adaptativa se ha mantenido por la selección natural, haciendo al color de la piel un pobre marcador de la identidad genética debido a su labilidad evolutiva.
Lo importante de todo esto es que el efecto de la selección natural sobre la piel se redujo en la prehistoria reciente, cuando los humanos adoptamos al abrigo y el cobijo para protegernos del ambiente (2). Esta característica y aquellas impulsadas en diferentes periodos del ser humano, nos llevaron a construir y sostener una forma de vida gregaria con un nuevo concepto de belleza, el cual quizás pretenda ‘inconscientemente’ cambiar el curso de la selección natural. De eso se nutre una rama de la dermatología.
Los Editores
Referencias:
1) Jablonski NG. The evolution of human skin and skin color. Ann Rev Anthropol 2004, 33: 585-623
2) Passey BH, Levina NE, Cerling TE, Brown FH, Eilera JM. High-temperature environments of human evolution in East Africa based on bond ordering in paleosol carbonates. Proc Natl Acad Sci U S A. 2010 Jun 8, doi: 10.1073/pnas.1001824107
Leer vuestros editoriales es igual que encontrase con un oasis en el desierto del trabajo diario.
Los felicito y los animo a que no bajen la guardia.
La piel es la novia del sibarita y del ataraxico y Uds no estan lejos de ser uno de ellos.
Abrazos Fraternos
Muchas gracias Adolfo por tu comentario; PIEL-L LATINOAMERICANA llego, ya hace varios años, para quedarse con la ayuda de sus amables lectores y de todos los dermatólogos activos latinoamericanos y del mundo; no bajaremos la guardia porque es un compromiso con la salud de nuestros pueblos, con nuestra querida especialidad y sobre todo con nuestra conciencia.
Abrazos fraternos:
Rolando Hernández Pérez
Barinas/Venezuela
Me gustó mucho el artículo cuando vi su título, pero me decepcioné con el contenido, pues dice poco de lo mas importante y que se refiere a la estructura en si mismo del complejo pilosebáceo.
Soy un apasionado de este concepto y tengo mi opinión al respecto.
En un comienzo y como todo animal, nuestro principal objetivo era sobrevivir para reproducirnos, y eso implicaba adaptarse continuamente a la evolución del ambiente y los depredadores.
En tiempos de mayor evolución de nuestro cerebro, teníamos 1/3 de nuestro cerebro dedicado al olfato, y sin duda siendo grandes olfateadores era muy importante dejar nuestros olores en el ambiente y lugares que frecuentábamos, ya sea para atraer al compañero (a) como para ahuyentar a los rivales y competidores.
Esta situación también jugaba un importante rol de selección de compatibilidad genética (Hay estudios actuales que demuestran que una gran parte de la incompatibilidad entre los humanos se traduce en un desagrado del olor de esa persona), de manera que se nos hacían mas amigables ciertas personas (olores) que otras, y eso nos permitía desarrollar un grado de sociabilidad y asociatividad.
Hay mucho mas de este tema y me gustaría saber cual es la especialidad que se preocupa de estos temas.
Un afectuoso saludo y felicitaciones por esta editorial.
Somos muy buenos diagnosticando en la piel, pero en la «Quiniela mundialista», que pelones. Nadie pensó en Holanda. Para mí que la tabla quedará así: Alemania, Holanda y España. Que facil prosticar a estas alturas, verdad?.
Dr. Sardi no trate de competir a estas alturas con el pulpo Paul jeje