Las aplicaciones prácticas de la inmunología adquirieron importancia real con Jenner y su vacuna antivariólica a fines del siglo XVIII. Alrededor de un siglo después, Pasteur amplió el espectro de enfermedades prevenibles y abrió la puerta a un proceso que aún sigue hoy. Von Behring introdujo el empleo de las antitoxinas y por ende la serología, Metchnikoff estudió la inflamción y los componentes celulares de la misma y Ehrlich hizo su famosa analogía entre la afinidad de los colorantes y los substratos respectivos y la deseada afinidad entre agentes quimioterapéuticos y el substrato (inicialmente microbiano) sobre el cual actuarían la «bala mágica».
Se necesitó algo más de medio siglo adicional para que se efectuase,al menos parcialmente, la síntesis entre los componentes humorales y los celulares en los procesos inflamatorios. El complemento,las citoquinas, las enzimas lisosomiales, los vasos sanguíneos,los polinucleares y los macrófagos y linfocitos trabajan juntos o sucesivamente en un ballet tormentoso y a veces trágico el cual recuerda al Lago de los Cisnes. En paralelo, el descubrimiento de los antibióticos reveló otro tipo de interacción entre un producto biológico y un substrato igualmente biológico en el cual en muchos casos se conocía precisamente su composición química y la estructura a la cual pertenecían v.g. la paredes bacterianas de las Gram positivos en el caso de la penicilina, la síntesis ribosomal en el caso de las tetraciclinas y otros. No está claro si en la naturaleza los antibióticos son productos de la defensa de ciertos hongos o bacterias o si…como se ha escrito recientemente, son compuestos los cuales a dosis infinitesimalmente más bajas que las empleadas en terapéutica humana,tienen un papel en la comunicación entre diversos microorganismos. Más recientemente los trabajos ( inicialmente de Milstein y otros) lleván a la confección in vitro de anticuerpos con especificidades estrechas y previamente diseñadas los cuales parecen constituír una aproximación muy cercana al concepto de «bala mágica» de Ehrlich.
La psoriasis es una frecuente enfermedad de la piel (al menos lo es de la piel en gran parte ) con un importante componente inflamatorio cuya etiología y patogenia no han estado ni están claras. Existen tratamientos parcialmente efectivos contra la psoriasis; pero la mayoría de ellos han tenido un origen empírico. La eventual racionalidad de ellos ha sido elaborada después de comprobarse su acción. El primer enfoque «racional» fué el uso de los antimetabolitos, entre ellos el Methotrexate. Se acuñó para la psoriasis una patogenia de aumento de la velocidad de la reproducción celular epitelial y eso permitió una explicación conceptualmente satisfactoria y en la práctica permitió el empleo aparentemente racional del Methotrexate (con una psología bien propia de la enfermedad) y la exploración de otros compuestos,algunos de los cuales también se mostraron activos.La etiología del proceso y la patogenia real del mismo se encontraban aún velados,excepto por la propuesta de Farber y Eddy que en personas con diátesis psoriática, las lesiones eran un tipo de fenómeno de Koebner desencadenado por el daño a los queratinocitos.
En las últimas décadas ha tomado vigencia la hipótesis que la psoriasis es una enfermedad inflamatoria que se debe a una función anormal de ciertas células T y por ende a la anormalidad o elevada proporción de ciertas linfoquinas y a la alteración en los fenómenos de control de los procesos inflamatorios en la piel producidos por lo anterior. De esto sale una consecuencia de innegable valor práctico.
Se pueden diseñar anticuerpos monoclonales que bloqueen las funciones linfocitarias anormales o anormalmente excitadas. Esto debe llevar a la mejoría o desaparición de síntomas y signos y a la eventual curación de la psoriasis.
Es evidente que razonamientos similares pueden aplicarse,y se han aplicado y se aplicarán a otras enfermedades con prominente inclusión de las neoplásicas.De una manera parcialmente incorrecta pero no por ello de menor atracción y valor práctico se han denominado a estos anticuerpos monoclonales «agentes biológicos» o simplemente «biológicos».
Aunque existen problemas técnicos en la elaboración de estos «biológicos» y en la aceptación que el cuerpo humano les otorgue, el problema fundamental es otro. Los anticuerpos monoclonales son realmente balas mágicas o mejor proyectiles dirigidos los buscan un blanco definido. Pero..cuál es el blanco adecuado y específico? Cuál es la causa del trastorno en la psoriasis ?y cuál es…si lo hay..el mecanimo patogénico fundamental y específico de esta enfermedad? No tenemos respuestas correctas a esas preguntas.Por ello,los proyectiles dirigidos tienen efectos favorables,pero también daños colaterales como ocurre cuando un avión robot bombardea un edificio donde hay o puede haber guerrilleros, mujeres, niños e incluso animales. Pueden morir los guerrilleros,pero el edificio sufre y mueren inocentes. El problema no está en los aviones robot…está en la información que manejan.
La ruta hacia el avance biológico y médico nunca es recta ni siquiera única. Existen desviaciones,precipicios, calles ciegas,vueltas y revueltas. Los productos «biológicos» en la medicina están sólo ahora iniciando su evolución. Los considero un avance fundamental el cual se proyectará de una forma asombrosa en todas las áreas de nuestra disciplina. Pero la bala será de «magia blanca» sólo cuando tenga un blanco definido.El conocimiento sobre esto,no sólo en psoriasis sino en cualquier área de la medicina se obtiene mediante estudio,investigación y mucha suerte..No mediante una propaganda asfixiante.