El Maestro

HermannEl juego de los abalorios, novela del siglo pasado del escritor alemán Hermam Hesse, en cierto modo nos muestra, a través de una densa trama literaria, lo que en el fondo significa un Maestro para una inteligencia tan alta e iluminada como lo fue y sigue siendo la de este autor. En efecto, la historia discurre en torno a una organización llamada Castalia cuyos miembros cultivan el conocimiento mediante el juego de la inteligencia… espiritualizada y la lucha interior por el desapego a las cosas materiales del mundo mientras simultáneamente consagran su vida al saber.

El relato de esta novela nos va mostrando los afanes de una ilustre institución y en particular los de un hombre por acceder al conocimiento más elaborado y profundo de la cultura y con ello alcanzar la más elevada conciencia digna de iluminar discípulos.

Lo primero que llama la atención es el ambiente futurista que recrea el autor, basándose en un arquetipo de sociedad que se basa en su propia satisfacción, sin desarrollar ningún tipo de sentimiento crítico hacia lo que les rodea. Resulta cuanto menos curioso que un autor de principios del siglo pasado reflejara de una forma tan vívida, una sociedad que se aproxima mucho a la actual en la que los libros han perdido vigencia frente a los televisores que son, muchas veces, quienes hacen de niñeras de lo que serán los dirigentes del futuro. Crea el juego de los abalorios, que da nombre al libro, partiendo seguramente de la idea del ábaco y planteándolo como un sistema que combina todas las ciencias del conocimiento y que incentiva a pensar y descubrir nuevos puntos de vista de aquellos privilegiados que lo practican, siendo el eslabón más alto el del Maestro del juego. Con todo no deja de ser un juego empírico y para ello utiliza Hesse a su protagonista, un hombre que asciende poco a poco estudiando y progresando desde su infancia por la escalera social que va asimilada al juego y que, estando en lo más alto, no puede evitar comparar su vida con el mundo viendo que ha estado hasta ese momento en una utopía, no tanto irrealizable como imposible en la práctica, que le lleva a cambiar su concepto de la vida.

Joshep Sneckt, el maestro ludens, protagonista de esta novela, ilustra los regímenes disciplinarios y de trabajo sobre el espíritu y el intelecto, e incluso sobre el cuerpo mismo para lograr ese estado de conciencia superior sobre el Ser, la cultura y el mundo.

Las páginas de esta gran obra europea del siglo pasado me vienen a la cabeza a propósito del tema que hemos discutido y ha sido el argumento de editoriales anteriores en Piel-L Latinoamericana: “El Maestro” hombres y mujeres que han sido ejemplo y testimonio fehaciente, ejerciendo su vocación con la mayor fidelidad a los más altos propósitos de la Dermatología, sin extravíos que dispersen su voluntad y esfuerzo; enriqueciendo el conocimiento con su propia experiencia vivencial en el mismo acto de transmitirlo; y he allí donde se va expresando ese magisterio que hace, en los que somos sus compañeros de trabajo y discípulos que su simple presencia en los ambientes de trabajo transfiera a nuestros quehaceres profesionales esa dignidad que posee el esfuerzo, máxime cuando se consagra a la búsqueda de verdades científicas emanadas desde una alta condición humana, que es a mi juicio otra de las señales que identifican a un maestro.

Sabido es por todos que la máxima distinción que históricamente se otorga para el reconocimiento de los saberes es la de Maestro; y es que en esta jerarquía del saber como lo es la condición de Maestro confluye un haz de capacidades que abarca no solamente el esmerado dominio de la materia y con ello los trabajos divulgados y los años de desempeño, sino también, y en mayor grado, una elevada condición humana que se va construyendo en la íntima interrelación con la materia tratada de tal suerte que la identidad

del individuo se hace inseparable de su oficio y de esa simbiosis, casi siempre se desprende una altísima pedagogía razón por la cual ser Maestro implica inevitablemente tener discípulos y seguidores, es decir “gente que hace escuela”

Para nosotros, la imagen paradigmática del maestro, al menos en Occidente, está representada por la figura de Cristo ¿y quién es Cristo? en sentido estricto: Cristo es el portador y más ejemplar expositor de una sabiduría divina, tan universal e infalible que hasta el presente no existe otra escuela con mayor número de discípulos y seguidores que el cristianismo; en otras palabras el mayor ejemplo de la labor magisterial.

Nuestra Dermatología tiene un selecto grupo de hombres y mujeres que desde diversos ángulos cumplen cabalmente esta concepción y han hecho de nuestra disciplina médica una forma de vida a través de la escritura, enseñanzas en las universidades o en los hospitales de nuestro continente.

Piel-L Latinoamericana quiere iniciar este año nuevo 2013 haciendo una afirmación a estos colegas latinoamericanos que desde diversas frentes hacen una meritoria labor educativa llevando conocimientos de forma desinteresada con una vida simple, limpia y ética, que hacen de nuestra dermatología occidental una inspiración. 

Rolando Hernández Pérez
Co-editor Piel-L Latinoamericana

 

Acerca de Rolando Hernández Pérez

Maestro de la Dermatología Ibero-Latinoamericana. Ex-Jefe Servicio de Dermatología del Hospital General "Dr. Luis Razetti", Barinas - Venezuela. Profesor de Medicina , Universidad de los Andes. Director Médico del GCCNSP - Barinas - Venezuela. Fundador y Co-editor de Pél-L Latinoameriicana (1998). Ex-Presidente de la Sociedad Venezolana de Dermatología

11 comentarios

  1. Jaime Piquero Martin

    La novela postrera “El juego de los abalorios” es para muchos la novela mas densa de Herman Hesse Por ella obtuvo el premio nobel de literatura en 1946. Aunque quizas sea el lobo estepario la novela que mas me ha impactado.
    De Herman Hesse enriquecere este magnifico editorial de Rolando con este parrafo :
    “La mayor parte de los hombres no quieren nadar antes de saber ¿no es esto espiritual? y no quieren nadar, naturalmente! Han nacido para la tierra, no para el agua y, naturalmente, no quieren pensar, como que han sido creados para la vida no para pensar. Claro y el que piensa, el que hace del pensar lo principal ese podrá acaso llegar muy lejos en esto, pero ese precisamente ha confundido el agua con la tierra, y tarde o temprano se ahogara”

  2. María Bibiana Leroux

    Excelente editorial. La figura del maestro inspira a los discípulos sean jóvenes o no. Su virtud más apreciada es la humildad que lo distingue de los demás. A su alrededor existe un clima de confianza y armonía que resulta gratificante para todos.
    Gracias Rolando por estos conceptos que os edifican.
    Bibiana

  3. Lo que yo pienso, es que hoy día, lo de ser Maestro, no es lo mismo de hace unos años… hoy ser Maestro -para, mí- no es tener sabiduría, sino capacidad de orientar… el internet ha reemplazado al maestro en varias operaciones…vg informar…

    un saludo y con todo respeto,

    jairo

  4. me explico: Sócrates caminaba con sus alumnos y les hacía preguntas para encontrar la verdad… ok… sócrates, hace milenios.. hoy, el alumno tiene el internet para responderse las preguntas… cual es el papel del maestro? conocer también el internet y decirle al alumno… venite pá acá… no te vayas pá allá…

    jairo

  5. Los que leimos al Quijote, a Vargas Llosa, a Kundera, etc, etc, ya somos de otra generación… si no quieres que te sobrepase la historia y todo te coja con los calzones abajo, camina con esta generación… entiéndela… no es mala, sino que és otra generación…. nosotros ya somos una degeneración…ñ

    jairo

  6. si vás a dar una clase sobre psoriasis, tenlo por seguro de que ya no serás el Maestro que fuimos.. ya la han leido en Internet… serás su Maestro, si sabes orientarlos molecularmente… perdonen mi resbalón,,,

    jairo

  7. Actualmente, el Maestro es internet… si la cosa te dejó, te jodites..

    jairo

  8. Raúl Fachin Viso

    Rolando, muy bueno este editorial.
    Ojalá pudiese ser leído por estudiantes y profesores.
    Lo importante es cuando el maestro escucha lo que el alumno habla . De allí nos nutrimos mutuamente.
    Cuando el maestro deja de prepararse , se prepara para el fracaso.
    Y algo sumamente importante , no tienes que ser autoritario para que te respeten !
    Gracias denuevo Rolando por este magnífico editorial.
    RFv

  9. Rolando Hernández Pérez

    Internet no es el maestro, recordemos que Internet es hecha por el hombre, alimentada y perfeccionada, lo que encontramos en esta extraordinaria herramienta de nuestros días es información, pero no hay razonamiento, es un vehículo que nos ha hecho nuestras vidas más fáciles y rápidas para obtener información y conocimiento.
    Gracias a todos por vuestros comentarios.

    Rolando Hernández Pérez

  10. Ese es tu púnto de vista Rolando y con toda seguridad, el de muchos y lo respeto… el mío, es distinto… no hay problema,
    respetuosamente…
    jairo

  11. Rolando: para buenos entendedores… lo que quise decir en resumen, no es que la figura del maestro haya desaparecido… está cambiando: los métodos educativos han evolucionado entre otras cosas con los avances tecnológicos… al mencionar (como ejemplo) que quien vaya hoy a hablar de psoriasis a estudiantes, etc, etc , debe revisar su forma de hacerlo, porque gústenos o no, el internet y todo su contenido en las tabletas teléfonos celulares, pc móviles etc, han reemplazado al maestro de tiza y tablero y los tiene a la mano (su maestro-informador) y la mayoría de estudiantes ya conocen mucho de psoriasis antes de entrar al salón… por eso digo que ese papel se trasladó al internet y lo bauticé maestro… pero llamémoslo como quieras… y debido a ese trastocamiento de papeles, pienso que el papel del nuevo maestro (si cae en cuenta de que ya no es el de los abalorios) hoy…durante evolución de la educación, debe cambiar de informador, a orientador y deberá entender cual es la diferencia entre informar y orientar… eso tampoco es una descalificación a nuestros antiguos maestros… loor a ellos… la mayoría nos informaban: otros pocos nos acompañaban a las bibliotecas y nos orientaban…
    jairo

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