Los Derechos Humanos

Los Derechos Humanos son beneficios que de acuerdo al derecho internacional, tiene la persona frente al Estado para impedir que éste interfiera en el ejercicio de ciertos derechos fundamentales, o para obtener del Estado la satisfacción de ciertas necesidades básicas y que son inherentes a todo ser humano por el mero hecho de ser humano.»
«Los Derechos Humanos son un conjunto de principios, de aceptación universal, reconocidos constitucionalmente y garantizados jurídicamente, orientados a asegurar al ser humano su dignidad como persona, en su dimensión individual y social, material y espiritual.»

Todas las personas nacemos con derechos que nos pertenecen por nuestra condición de seres humanos. Su origen no es el Estado o las leyes, decretos o títulos, sino la propia naturaleza o dignidad de la persona humana. Por eso cuando una ley viola los derechos humanos se la considera nula porque va contra la misma naturaleza humana.

Todas las personas: mujeres, hombres, niños y niñas tenemos derechos. Por eso no importa la raza, el sexo, la cultura o la religión que tengamos; tampoco importa la nacionalidad o el lugar en que se viva. Cada persona tiene la misma dignidad y nadie puede estar excluido o discriminado del disfrute de sus derechos. Es así que tienen los mismos derechos tanto un niño como una niña, un indígena como un campesino, una mujer como un hombre, un árabe como un chino, un colombiano como un venezolano, un musulmán como un cristiano, un negro como un blanco, un pobre como un rico, un delincuente o corrupto como una persona honesta.

La persona humana no puede, sin afectar su dignidad, renunciar a sus derechos o negociarlos. Tampoco el Estado puede disponer de los derechos de los ciudadanos. Se entiende que en situaciones extremas algunos derechos pueden ser limitados o suspendidos, pero nunca alienados (eliminados, extinguidos).

Ejemplificaremos esto con dos situaciones típicas que se dan en Venezuela. Por un lado, el que por determinadas circunstancias se suspendan las garantías constitucionales no implica que desaparezcan o estén extinguidos los derechos, sino que por un lapso de tiempo limitado y dentro de las razones que originaron la suspensión, las formas de protección están sujetas a restricciones; sin embargo, el derecho a la vida, a no ser torturado, ni incomunicado, siguen vigentes.

Por otro lado, el derecho a la participación política que contempla la elección de nuestros gobernantes, el control de sus acciones, la participación en la toma de decisiones, entre otras cosas, no implica que negociemos nuestro derecho con el político o partido político de nuestra elección. Cuando votamos no transferimos a los elegidos nuestro legítimo derecho a participar políticamente en la vida del país. En realidad lo que hacemos es delegar en representantes la responsabilidad de llevar adelante nuestro mandato, ideas o propuestas, lo que es muy diferente a otorgarles o transferirles nuestro derecho a participar libre y abiertamente.

En conclusión las características más sobresalientes:

· Son Inherentes o Innatos al ser humano, todos los seres los poseen pues se generan a partir de la misma naturaleza humana.

  • Son Universales, se extienden a todo el género humano, cualquiera sea su condición histórica, geográfica, etnia, sexo, edad o situación en la sociedad.
  • Son Inalienables, no se pueden quitar ni enajenar pues son parte consustancial de la propia naturaleza humana.
  • Son Inviolables, no se pueden o no se deben transgredir o quebrantar y en caso de ser así, el ciudadano víctima puede exigir una reparación o compensación por el daño causado a través de los tribunales de Justicia.
  • Son Imprescriptibles, es decir no caducan ni se pierden por el transcurso del tiempo.

Todas las personas debemos conocer y defender nuestros Derechos Humanos y debemos estar atentos ante cualquier violación para la denuncia correspondiente a los organismos competentes

Los Derechos Humanos se clasifican clásicamente en tres generaciones: a) Primera generación o derechos civiles y políticos, surgen con la Revolución francesa, como rebelión contra el monarca; impones al estado el deber de respetar siempre los derechos fundamentales del ser humano:

  • A la vida.
  • A la integridad física y moral.
  • A la libertad personal .
  • A la seguridad personal
  • A la igualdad ante la ley .
  • A la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión .
  • A la libertad de expresión y de opinión .
  • De resistencia y de inviolabilidad del domicilio .
  • A la libertad de movimiento o de libre tránsito .
  • A la justicia .
  • A una nacionalidad .
  • A contraer matrimonio y fundar una familia .
  • A participar en la dirección de asuntos políticos .
  • A elegir y ser elegido a cargos públicos.
  • A formar un partido o afiliarse a alguno .
  • A participar en elecciones democráticas.

b) La segunda generación o derechos económicos, sociales y culturales

La constituyen los derechos de tipo colectivo, los sociales, económicos y culturales. Surgen como resultado de la revolución industrial, por la desigualdad económica. México fue el primer país en incluirlas en su Constitución, en 1917.

Los derechos económicos, sociales y culturales surgen después de la segunda guerra mundial. Están integrados de la siguiente manera:

Derechos económicos

* A la propiedad (individual y colectiva)
* A la seguridad económica

Derechos sociales

  • A la alimentación
  • Al trabajo (a un salario justo y equitativo, al descanso, a sindicalizarse, a la huelga)
  • A la seguridad social
  • A la salud
  • A la vivienda
  • A la educación

Derechos culturales

  • A participar en la vida cultural del país
  • A gozar de los beneficios de la ciencia
  • A la investigación científica, literaria y artística

c) La tercera generación, o derecho de los pueblos o de solidaridad.

Surgen en nuestro tiempo como respuesta a la necesidad de cooperación entre las naciones, así como de los distintos grupos que la integran. Se forma por los llamados derechos de los pueblos:

  • A la paz
  • Al desarrollo económico
  • A la autodeterminación
  • A un ambiente sano
  • A beneficiarse del patrimonio común de la humanidad
  • A la solidaridad

Los Editores

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Mesa de redacción de Piel Latinoamericana. Donde recibimos casos, aportes e información de interés para la comunidad latinoamericana dermatólogica

4 comentarios

  1. Los sabados y domingos soleados tienen la particularidad de ser los dias más hermosos de la semana. Tal vez por eso me animo hoy a, en un enrevesado proceso a lo cantinflas, elaborar esta opinion….soy fiel creyente de las causalidades…al ver el nombre de Saint Exúpery en cabezando esta edición, seguida del Título de la Editorial y del tema que esgogi para dermatologia y música,me quede en una… Confieso que tenia tiempo que no estaba tan triste….. A la manera del Principito del escritor, quien cuando estaba triste se sentada a ver las puestas de sol…
    «Ah, principito ! así fui comprendiendo poco a poco tu pequeña vida melancólica. Por mucho tiempo no habías tenido por distracción más que la dulzura de las puestas de sol. Me enteré de este nuevo detalle el cuarto día a la mañana, cuando me dijiste:

    – Me encantan las puestas de sol. Vamos a ver una puesta de sol…

    – Pero hay que esperar…

    – Esperar qué ?

    – Esperar a que se ponga el sol.

    Primero pareciste muy sorprendido, y luego te reíste de ti mismo. Y me dijiste:

    – Siempre creo que estoy en casa !

    En efecto. Cuando es el mediodía en Estados Unidos, el sol, como todo el mundo sabe, se pone en Francia. Bastaría poder ir a Francia en un minuto para asistir a la puesta del sol. Lamentablemente, Francia está demasiado alejada. Pero en tu planeta tan pequeño, te alcanzaba con correr tu silla algunos pasos. Y mirabas el crepúsculo cada vez que lo deseabas…

    – Un día, vi al sol ponerse cuarenta y tres veces !

    Y un poco más tarde agregabas:

    – Sabes… cuando se está tan triste a uno le gustan las puestas de sol…

    – El día de las cuarenta y tres veces estabas entonces muy triste ? Pero el principito no respondió. » (A. Saint Exúpery).
    No sé si cuando estoy triste me gusta oir «El CLaro de Luna» u oir el «Claro de LUna», me induce a la nostalgia, lo que si se es que lo he oido muchisimas veces las ultimas semanas. En ese juego un sobreañadido es ese término que suena como dice San Pablo, como campana hueca llamado DERECHOS HUMANOS,sinónimo de ironía o sarcasmo en este país, mi país, tu país.
    Voy a caminar y ver el sol……tal vez, si me pierda esta alegria, ya no haya esperanza para mi.
    Saludos ,
    Raquel Ramos
    Valencia

  2. Luz Marina Aular M.

    Requel no te me pongas triste, tenemos un derecho, que no se si es humano, pero existe y es el del libre pensameinto y mientras podamos pensar, podemos crear y si podemos crear, inventamos y triunfamos.
    Un fuerte abrazo, y uno de mis tios dice siempre
    «llueve y escampa», no pierdas las esperanzas.
    Besos
    Luz

  3. Wilmer E. Ramos Z.

    En 1939, cuando ya los vientos de guerra anunciaba su
    llegada, Jacques Maritain impartió en París una
    conferencia de la cual se destaca…»los Estados
    totalitarios no ignoran la importancia de la
    unanimidad moral, se esfuerzan en procurársela y tan
    sólo la alcanzan por la intimidación y el terror…La
    cuestión es saber si los pueblos de los países todavía
    libres son capaces de alcanzar, por la vía de la
    libertad y del espíritu, suficiente unanimidad moral,
    y resistir las alteraciones que amenazan desde adentro
    de su conciencia.

    Cada vez que alguien cede en este país a cualquier
    infiltración del espíritu totalitario, bajo no importa
    qué forma o cuál disfraz, es una batalla perdida para
    la civilización. .».

  4. Wilmer E. Ramos Z.

    VIGENCIA DE FOUCAULT

    “…Vivimos el signo de la garde á vue (detención por averiguación de antecedentes ) Nos dicen que los tribunales están empantanados. Podemos verlos. Pero, ¿ Y si fuera la policía quien los hubiera empantanado? Nos dicen que las prisiones están sobre pobladas. Pero ¿ Y si fuera la población la que estuviera siendo sobre encarcelada? “. Michel Foucault

    Michel Foucault (1926-1984) fue un filósofo francés que centró su obra en mostrar que las ideas básicas que la gente considera verdades permanentes acerca de la naturaleza humana y la sociedad, cambian a lo largo de la historia.
    Realizó estudios de filosofía occidental y psicología en La Ecole Normale Superiéure de Paris. Las principales influencias en su pensamiento vinieron de los filósofos alemanes F. Nietzsche y M. Heidegger, ampliando y analizando lo que sostenía el primero en cuanto a que la conducta humana está motivada por una voluntad de poder y que los valores tradicionales habían perdido su antiguo dominio opresivo sobre la sociedad; y del segundo, las críticas a nuestro actual entendimiento del ser tecnológico.
    Sus estudios enjuiciaron tanto al pensamiento de Marx, como al de Freud. Foucault indagó acerca de los modelos cambiantes de poder dentro de la sociedad y como el poder se relaciona con la persona. Exploró las reglas cambiantes que gobiernan las aspiraciones que pueden ser tomadas en serio como verdaderas o falsas en diversas etapas de la historia.

    El pensamiento de este filósofo lo encontramos en sus obras “Locura y Civilización” (1960), “Las Palabras y las Cosas” (1966), “Vigilar y Castigar” (1975), “Historia de la Sexualidad” (1976), “El Uso del Placer” (1984), y “La Preocupación de si Mismo” (1984).
    La riqueza del pensamiento de Foucault estriba en el hecho de combinar algunos temas clásicos de la filosofía – el problema del poder, la historia, la ética – con otros asuntos más originales, como el problema de la locura, la sexualidad y la prisión.

    De su análisis de Nietsche se desprende que la verdad no es ajena a la cuestión del poder, a interminables constantes que conllevan efectos en los individuos, en las instituciones y por supuesto, en el amplio dominio del poder.
    De allí estas afirmaciones:…”El problema político esencial para el intelectual no es criticar los contenidos ideológicos que estarían ligados a la ciencia, o de hacer de tal suerte que su práctica científica esté acompañada de una ideología justa. Es saber si es posible constituir una nueva política de la verdad…El problema no es cambiar la conciencia de la gente o lo que tienen en la cabeza, sino el régimen político, económico, institucional de la producción de la verdad…”

    En 1970 fue elegido para el puesto académico de mayor prestigio en Francia, en el College de France, con el título de Profesor de Historia de los Sistemas del Pensamiento .
    A partir de ese momento, acrecienta su distanciamiento con el Partido Comunista Francés, manifestando su honda repulsión por el dogmatismo y la verticalidad, síntomas que percibió no sólo en el ámbito de la praxis, sino incluso en el núcleo de la teoría marxista.
    De ese tiempo, podemos extraer:.. “El humanismo consiste en querer cambiar el sistema ideológico sin tocar la institución; el reformismo en cambiar la institución sin tocar el sistema ideológico. La acción revolucionaria se define, por el contrario como una conmoción simultánea de la conciencia y de la institución, lo que supone que ataca a las relaciones de poder allí, donde son el instrumento, la armazón y la armadura…”

    Foucault invertía la sentencia de Von Clausewitz, pues consideraba que la política era la continuación de la guerra por otros medios.

    Si es evidente que las relaciones de poder existentes en una sociedad constituye el dominio de la política, pero que a la vez una política es una estrategia más o menos global que intenta coordinar este tipo de relaciones, entonces :
    1.- Es necesario plantearse la tarea de investigar a fondo, las raíces que constituyen las relaciones de poder, lo que equivaldría a que el análisis y la crítica política se deben reinventar día a día.
    2.- Es urgente poner en marcha nuevas estrategias de acción que permitan a la vez modificar estas nuevas relaciones de fuerza e imprimir esas modificaciones en la realidad social. Se trata de llevar a cabo nuevos esquemas de participación y compromiso político.

    En 1981, en la instalación del Comité Internacional para la Defensa de los derechos Humanos, en Ginebra, inició su intervención con el siguiente postulado: “ Los aquí reunidos somos únicamente hombres privados que para hablar, para expresarse juntos, no poseen otro título que una cierta dificultad común para soportar lo que está pasando…”
    Y a continuación pasaba a enumerar los tres principios que deberían dar sustento a esa iniciativa, a saber: La existencia de una ciudadanía internacional, que con sus deberes y con sus derechos propios, asuma el compromiso de alzarse contra todo abuso de poder, sea quien fuere su autor, y sean quienes fueren sus victimas.
    Uno de los deberes de la ciudadanía internacional consiste en mostrar a los gobiernos los sufrimientos de los hombres, ya que en definitiva ellos son los responsables por tales sufrimientos.
    Los individuos particulares tienen derecho a intervenir efectivamente en el orden de la política y las estrategias. La voluntad de los individuos debe inscribirse en una realidad que los gobiernos han pretendido monopolizar, pero que hay que socavar día tras día.

    Pocos meses después, en diciembre de 1981, las Fuerzas Armadas de Polonia dieron un golpe de Estado declarando el “Estado de Guerra” e imponiendo ley marcial contra todo sospechoso.
    Prácticamente todos los líderes del movimiento sindical “Solidaridad” fueron arrestados, y en Francia el gobierno de F. Mitterand mantuvo un silencio “casi cómplice”, argumentando que los polacos deberían resolver la crisis por sí solos, apoyándose en el Principio de No Intervención de los pueblos.
    De inmediato, Foucault redactó un texto de protesta, al cual se fueron adhiriendo varios intelectuales. A partir de ese hecho se inició una verdadera avalancha de peticiones y declaraciones en contra del régimen de facto polaco y la pasividad del gobierno francés.
    Una vez más los gobernados hacían suyo el derecho de alzarse contar un gobierno déspota, con presunciones totalitarias y signado por el odio colectivo; una vez más los individuos se levantaban contra todo abuso de poder…

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