Algunas consideraciones sobre Inteligencia Artificial

Primero que nada resulta oportuno recordar que detrás de la IA hay, como en todo logro importante del ingenio humano, una intensa y controvertida fase especulativa; el resultado de esta fase especulativa, al ser sometido a un proceso de desarrollo podría tomar el rango de una creación generalmente innovadora y, al constatarse su aplicabilidad, dará lugar a la IA.

Este sencillo y brevísimo delineamiento del origen y creación de la IA, nos señala que la misma exige aplicabilidad y, por otra parte, su condición creativa podría suponer también la existencia de particularidades inéditas, pero son particularidades y en todo caso no es una condición sine qua non que la determine.

No obstante, lo que sí es una condición determinante es que la creatividad que antecede a la IA sea innovadora y aplicable. En consecuencia, al materializarse esa aplicabilidad se estaría realizando la IA. Según esta consideración, la IA —para constituirse como tal— debe trascender de lo teórico y experimental a su fase de implementación.

Al hablar del futuro de la ciencia y sus diferentes desarrollos caemos, querámoslo o no, en el campo de lo impredecible. Sobre todo cuando se establecen tiempos o fechas en las cuales se alcanzará la materialización de algún proyecto científico y de un momento a otro somos sorprendidos con la realización de tal desarrollo. Un ejemplo lo ilustra la presencia en este mundo (China) de dos bebés creados a partir de la manipulación de sus genes para hacerlos inmunes al VIH y a la vez capaces de transmitir esa inmunidad.

Una ligera e intuitiva observación especulativa sobre la IA nos dice que este producto de la inteligencia natural vino para quedarse…, para quedarse evolucionando algunas cosas que ya están creadas, para quedarse transformando otras y, para crear un sinnúmero de novedosos recursos y herramientas que permiten, entre otros beneficios, elevar la efectividad del trabajo humano.

La inteligencia humana, es decir, ese recurso que lamentablemente no ha sido distribuido de un modo equitativo, que ha sido también parangonado como un Don al extremo de habérsele considerado una condición insustituible que ni siquiera Salamanca podría aportar…, pues justamente ese recurso tan privilegiado con el que fuimos dotado por natura, se le ocurrió crear su propio rival: la Inteligencia Artificial.

Pues bien, la primera reflexión que me aflora a la conciencia acerca del enorme poder y estatus que adquiere la Inteligencia Artificial, es que a mediano plazo impactará todos los órdenes de la vida en el planeta. Ahora bien, semejante presunción obliga a preguntarse: ¿ése impacto será siempre a favor de la vida?, incluso ¿podrían, por ejemplo, los robots oponerse a la inteligencia del hombre cuando sean usados en circunstancias que pongan en peligro las condiciones de la especie humana?

Esta consideración es válida en virtud de los conocimientos ilimitados —aunque suponemos que parcelados— que están adquiriendo algunos desarrollos de la IA. Y esto lo digo sin ignorar los acuerdos que ya se estarán estableciendo en los grandes centros de decisiones científicos y políticos del mundo, a favor del control y la legislación de la IA. Es sabido, por ejemplo, que los robots y otras computadoras, entre el 2030 y el 2045 podrían tener más transistores que el cerebro humano y que en la medida en que interactúan podrían adquirir conciencia de sí mismo y un estatus cognitivo que les permitirá conocer el entorno y a su interlocutor.

Albert Cortina y Ángel Serra autores del libro ¿Humanos o posthumanos? Singularidad tecnológica y mejoramiento humano anuncian trascendentales cambios con la llegada de la “singularidad tecnológica”. Esta fase de desarrollo corresponderá al predominio, en muchas sociedades del planeta, de la IA pero, ojo, a una fase en la cual los robots o máquinas estén al mismo nivel de la inteligencia humana; además, logren avanzar en inteligencia sin la ayuda del hombre.

La inquietud acerca de la dudosa obediencia y fidelidad que podría prestarle la Inteligencia Artificial al hombre, surge no de una presunción, sino de la convicción de que la Inteligencia Artificial vino a este mundo para recorrer un trayecto cuyo final no será, al menos por ahora, predecible; por tanto todavía no estamos seguros de cómo podrá llegar a ser, en una fase avanzada, la relación entre ambos.

De allí que es lícito preguntarse por el verdadero alcance y control que podrían tener las instancias regulatorias frente a las grandes corporaciones que buscan el liderazgo en la creación de Inteligencia Artificial y en otros campos como la genética. No olvidemos que estos emprendimientos se realizan en escenarios animados por la innovación aplicada, el ego y la utilidad económica. Es tan contundente la fuerza de estos desarrollos que seguramente modificarán los actuales principios universales de la Bioética.

Y es que cuando hablamos del futuro de la Inteligencia Artificial no nos estamos refiriendo únicamente a la posibilidad de alcanzar un hallazgo, como pudiera ser la cura de una enfermedad, o de colocar hombres en los confines del sistema solar, o dar con la solución de un enigma, sino además de todo esto, a la posibilidad muy próxima de desarrollar “entes” que podrían llegar a ser competidores de la capacidad más grande con la que fue dotado el hombre como es el poder de crear.

No obstante esos riesgos, el imponente avance que representa actualmente la IA en áreas como la salud, la educación, la productividad industrial, etc., podemos afirmar, al menos hasta ahora, que la IA es un adelanto de innegable utilidad y beneficio para todas las sociedades humanas del planeta.

Al llegar a este punto es lícito preguntarse por el lugar que entonces comenzaría a ocupar la inteligencia no artificial; y ésta sola inquietud constituye de alguna forma poner en duda la preeminencia de la vida inteligente en el planeta.

Pero dejemos a un lado las especulaciones sobre el futuro de la Inteligencia Artificial para mencionar someramente algunos de los grandes aportes que hoy día estos nuevos desarrollos innovadores están imponiendo en la medicina

Ya hay en el mundo 4.666 Da Vinci Xi capacitadas para procedimientos quirúrgicos mínimamente invasivos en cirugía cardíaca, urología, cirugía torácica, ginecología y otras especialidades. A través de este recurso robótico se amplía considerablemente el rango del movimiento de la mano; se amplía también el campo visual por diez y se elimina el temblor de la mano. Los pacientes logran una recuperación más rápida, hay menos dolor y menor sangrado.

  • El visualizador de venas: Posee unos sensores para localizar y establecer la profundidad de las venas.
  • Rayos X en color y en tres dimensiones…
  • Sistema de monitoreo fetal capaz de atender simultáneamente 15 madres.
  • Sistema touchless para captar imágenes antes o durante la cirugía.

Según el informe del Banco Mundial titulado “El Trabajo del Futuro” para este año habrá en el planeta 2.6 millones de robots trabajando en diversos lugares del planeta. Asimismo advierte que, esta alerta debe predisponer a los gobiernos a desarrollar programas que formen el capital humano y fortalezcan la protección social de los ciudadanos. Sin embargo, ante la presunta amenaza de pérdida del empleo, este cambio tecnológico invadirá más los trabajos rutinarios, pero aumentará la demanda laboral de personas en otras áreas de mayor profesionalización.

Rolando Hernández Pérez

 

Acerca de Rolando Hernández Pérez

Maestro de la Dermatología Ibero-Latinoamericana. Ex-Jefe Servicio de Dermatología del Hospital General "Dr. Luis Razetti", Barinas - Venezuela. Profesor de Medicina , Universidad de los Andes. Director Médico del GCCNSP - Barinas - Venezuela. Fundador y Co-editor de Pél-L Latinoameriicana (1998). Ex-Presidente de la Sociedad Venezolana de Dermatología

10 comentarios

  1. jaime piquero martin

    Excelente planteamiento Rolando. Sugiero leer el Libro de Yuval Noah Harari «Sapiens» (de animales a Dioses). Ahora comence a leer de él «Homo Deus» (Breve historia del mañana). Es una lectura muy entretenida. Dice: » HomoDeus , es decir nosotros, en este siglo no solo superaremos la muerte sino que iremos cabalgando la IA con el miedo que nos desmarque del mercado laboral y, ¿Encontraran los millones de desempleados algun tipo de significado en las drogas o los videojuegos?

  2. Wilmar Briceño R

    Muy al día el editorial del Dr Rolando Hernández . Ojalá su desarrollo sea para beneficio y no para la desaparición del ser humano.
    Sinceramente
    Dr. Wilmar Briceño R.
    Cirujano- Oncologo

    • Salomé Salloum Salazar

      Estimado Dr. RHP:
      Acabo de estar en la conferencia del Dr.Horacio Cuervo de Argentina, en el marco de la Radla 2019 ; Se deduce, que la máquina nunca podrá sustituir al ser humano; pero si éste, sabe usar la máquina, tendrá mayores benegicios

  3. Debemos MIRAR HACIA EL FUTURO QUE CASI ESTA PRESENTE, excelente artículo de Rolando Hernández, sobre AI saludos y gracias antonio clemente h

  4. Salomé Salloum Salazar

    Comprende, razona, aprende e interactúa

  5. Salomé Salloum Salazar

    Otro tip de la Conferencia » La inteligencia artificial al servicio del diagnóstico»
    1. Las máquinas no entienden
    2. Las máquinas no tienen cerebro, como los seres humanos
    3. Maching learning no es inteligencia

  6. jaime piquero martin

    Dra. Salome, yo si creo que estamos viviendo tiempos donde año a año la medicina que hemos estado haciendo se rezaga poco a poco. El futuro, mas mediato de lo que se piensa, esta en manos de «la ingenieria biologica, la ingenieria Cíborg y la ingenieria de seres no organicos» (Homo Deus, Yuval Noah Harari)
    Jaime Piquero Martin

  7. Rolando Hernández Pérez

    Muchas gracias a todos los amigos por su participación.
    La Singularidad es el periodo (2028 – 2040) en que las maquinas, computadoras o Robot alcancen o superen a la inteligencia humana; ahora bien, lo ideal es establecer un acuerdo o un complemento entre ambos.
    En algunos aspectos del trabajo del hombre, por ejemplo, cuando se maneja imágenes, fundamentalmente, como en Radiología, Dermatología (dermatoscopia) terapia intensiva, las máquinas son más específicas y sensibles que el hombre , sobre esto hay evidencia científica.

    Rolando Hernández Pérez

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