Los antidepresivos en dermatología

Al constatarse la existencia de un medicamento neuroléptico, categorizado hoy día, dentro de los antipsicóticos clásicos o típicos, me refiero a la clorpromacina, el recordado y viejo largactil; de esta forma se inicia la revolución farmacológica de la psiquiatría. Su descubrimiento y posterior uso en la Psiquiatría se denominó la «cuarta revolución psiquiatrica!”. Este compuesto sorprendió al ver que actuaba como tranquilizante sin sedar, es decir, manteniendo la conciencia, lo que sugirió la idea de utilizarlo en pacientes psiquiátricos. Lo más curioso, es que fue creado por un cirujano francés como un antihistamínico en el preoperatorio de algunos pacientes, con el fin de disminuir los edemas y aprovechar su efecto calmante , de esta forma, se pensó en su uso en pacientes psicóticos, resultando un éxito, porque calmaba a los esquizofrénicos agitados y activaba a los embotados.

El nacimiento y desarrollo de la psicofarmacología, cuyas moléculas principales actúan sobre el comportamiento, está ligada con dos sustancias particularmente interesante, que son el LSD y la clorpromacina . En el año 1943 se descubre accidentalmente la amida del ácido lisérgico y sus efectos extraordinarios sobre el pensamiento, las percepciones y las reacciones emocionales; el estado psicológico inducido por la droga mostró parecido al observado en la esquizofrenia, lo cual permitió comprender los cambios psicológicos de esa enfermedad y de otros cuadros mentales graves. En el año 1950 se demuestra que la clorpromacina , empleada en medicina general y cirugía poseía propiedades tranquilizantes considerables y en el año 1952 se utilizó para controlar satisfactoriamente los síntomas psicóticos de pacientes gravemente perturbados.

Se puede definir a los psicofármacos o psicotrópicos como aquellas sustancias naturales o sintéticas, con tropismo psíquico, susceptible de modificar la intelecto, las emociones y la voluntad, cuya acción esencial se ejerce sobre la psiquis o la mente humana.

El volumen de los psicofármacos sintetizados a partir de 1952 , hizo necesario su clasificación surgiendo diversos criterios para su categorización.

El más aceptado es el clínico-terapéutico basado en los efectos que los psicofármacos producen en el hombre y sus acciones sobre el psiquismo.

Esta es una clasificación sugerida por Delay (1957)

  1. PSICOLÉPTICOS
    • Noolépticos (hipnóticos)
    • Timolépticos ( b-1) Neuroléptico o antipsicóticos y b-2) los tranquilizantes o ansiolíticos estos últimos también conocido como benzodiacepinas,.
  2. PSICOANALÉPTICOS
    • Nooanalepticos (estimulantes)
    • Timoanalépticos (antidepresivos)
  3. PSICODISLÉPTICOS

Nosotros los dermatólogos usamos una clasificación de los psicofármacos más sencilla y practica, agrupándolos en tres principales grupos:

  1. Ansiolíticos (Benzodiacepinas)
  2. Antidepresivos (los más usados en psicodermatología)
  3. Antipsicóticos

Los antidepresivos son los fármacos utilizados en la depresión, por excelencia. Por su amplio espectro pueden ser utilizados en la mayoría de las patología psiquiátricas, además son los fármacos que usamos más frecuentemente en las psicodermatosis, y, ahora los dermatólogos lo estamos indicando en procesos inflamatorio crónicos de la piel independientemente de la presencia o no de una patología psiquiátrica como comorbilidad.
Los antidepresivos los clasificamos:

  1. IMAO
  2. Antidepresivos triciclicos
  3. Inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS)
  4. ISRS y noradrenalina
  5. IS de la noradrenalina
  6. IS dopamina

Se sabe que las enfermedades inflamatorias crónicas de la piel se caracterizan por un componente inflamatorio sistémico. En ratones la infusión de lipopolisacaridos bacterianos induce inflamación sistémica, neuroinflamación, síntomas depresivos, anormalidades similares a las que ocurren en los pacientes con hepatitis viral tratada con interferon alfa. Por otro lado, la depresión y la ansiedad son frecuentes en pacientes con enfermedades inflamatorias crónicas de la piel como la psoriasis y la urticaria, cada vez hay más indicio de que la inflamación participa en la fisiopatología de la depresión. Los efectos antiiflamatorios de las drogas antidepresivas podrían relacionarse con la acción antidepresiva.. En los ratones y seres humanos, los inhibidres selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS) atenúan el proceso inflamatorio y el “comportamiento enfermo” que simulan los síntomas de depresión y ansiedad. Los efectos serían en gran parte, atribuibles a la menor secreción de factores de necrosis tumoral alfa y a la mayor liberación de interleuquina 10.

Los antidepresivos triciclicos (ATC) , fármacos de primera generación han sido usado como terapia adyuvantes o de segunda línea en urticaria crónica idiopática y prurito de origen indeterminado .

La mirtazapina, un antidepresivo noradrenergico de segunda generación, ejercerían los mismos beneficios, pero sin la cardiotoxicidad asociada a los antidepresivos triciclicos.

Sin embargo la mayoría de los antidepresivos de segunda generación y los agentes más nuevos ejercen muy poco efecto sobre los receptores H1 y H2 de la histamina.

Además de estas entidades comentadas, en donde se usa con frecuencia los antidepresivos, queremos señalar nuestra experiencia de su uso en otras patologías dermatológicas como: el vitíligo, alopecia areata, dermatitis atópica, prurito de origen indeterminado, liquen plano, acné, alopecias, glosodinia, escrotodinias, en donde hemos usado, en algún momento de su evolución los antidepresivos; aunque por los momento se desconoce el verdadero papel de los antidepresivos en el tratamiento de estas enfermedades cutáneas, en pacientes sin comorbilidades psiquiátricas; evidentemente se requieren más estudios controlados a gran escala para establecer conclusiones firmes y varderas.

Los antidepresivos más usados en este contexto son los inhibidores de la recaptación de la serotonina, el bupropión y la mirtazapina, estas tres drogas principales merecen una especial atención y su profundo conocimiento sobre su mecanismos de acción, posología, interacción así como los efectos secundarios y conocer perfectamente las comorbolidades, para poder ofrecerle al paciente una oportunidad de sanación y/o cura en esta difícil tránsito por la enfermedad.

Exhortamos, una vez más, a los postgrados, servicios de dermatologías y grupos de discusión sobre temas dermatológicos al buen uso de la medicina en forma integral, mente y cuerpo, en donde se concibe la dermatología como un solo ente.

Acerca de Rolando Hernández Pérez

Maestro de la Dermatología Ibero-Latinoamericana. Ex-Jefe Servicio de Dermatología del Hospital General "Dr. Luis Razetti", Barinas - Venezuela. Profesor de Medicina , Universidad de los Andes. Director Médico del GCCNSP - Barinas - Venezuela. Fundador y Co-editor de Pél-L Latinoameriicana (1998). Ex-Presidente de la Sociedad Venezolana de Dermatología

7 comentarios

  1. Excelente editorial. Muchas gracias. Debe ser u. Tema de revisión obligatorio en los postgrados

  2. Área poco conocida por muchosv colegas, magnífico texto e información Rolando, un fuerte abrazo

  3. Gisela Zapata Roman

    Hola Estimado Dr. ROLANDO.
    Ante todo un saludo.
    Muy bueno, sencillo y útil el artículo.
    Gracias
    Gisela Zapata

  4. Importante articulo , como Dermatólogos es un tema que debemos conocer y manejar . Gracias Rolando

  5. Dra. Idalia Escalante Leyva

    Muy interesante reportaje , apoyo el uso de estos psicofarmacos, con buena respuesta en mis pacientes!

  6. Excelente edirorial dr. Rolando. A tener siempre en cuents en nuestra formacion medica continua.

  7. Dr. Charles Meurehg Haik

    Estimado Dr. Hernandez Perez,

    Es un acierto revisar este tipo de fármacos, los que cada vez tienen más aplicaciones en diversos padecimientos.
    La información actual es infinita y muy vasta, de forma que un tema editorial conciso, preciso y futurista como el que ha presentado es de gran valor.
    Felicidades, especialmente en esta etapa del año, deseando la mejor salud y bienestar.

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