Unas manchas invisibles y con tacto de lija pueden ser la señal de que padecemos queratosis actínica, un trastorno de la piel poco conocido que puede evolucionar hacia un cáncer
Unas manchas invisibles y con tacto de lija pueden ser la señal de que padecemos queratosis actínica, un trastorno de la piel poco conocido que puede evolucionar hacia un cáncer