Reencuentro

Autor Edouard Manet, oleo “Au Café, Café-concert
Museo: Walters Art Museum, Baltimore ( Estados Unidos)
Tomado de https://historia-arte.com/obras/el-cafe-concierto

Con esta pandemia que vivimos desde febrero del 2020, hemos perdido el contacto personal, nos aislamos en nuestras casas, que han transmutado en “bunkers anti-coronavirus”; cuando salimos por obligación al supermercado realizamos verdaderas contorsiones corporales para evadir a otras personas, nos adherimos a los estantes a fin de mantener espacios “manejables”, distancia social o de seguridad.

Añoramos los eventos científicos – sociales que teníamos, tales como, Ralda 2020 de la Asunción, Cilad 2020 de Madrid, reunión del Grupo de Terapéutica Dermatológica y Estética en Caracas.

Aún así el ingenio se ha decantado por la única alternativa viable para mantener vivas esas experiencias. Ejemplo de ello lo tenemos en el I Congreso Virtual de la SVDMQE que se realizó en Caracas del 31 de Octubre al 03 de Noviembre a través de teleconferencias y por decir menos, fue impecable. Pagina amigable, varias pestañas superiores en donde se podían visualizar los espacios de la sede que daban una ilusión de presencia: lobby, sala de conferencias, exhibición comercial, sala social, posters y fotografías.

Las conferencias excelentes y disponibles en (www.svdermacongresovirtual.com). , no obstante, la alternativa no presencial que nos vemos obligados a utilizar para congresos y eventos científicos es impersonal, son reuniones virtuales a través de computadoras, teléfonos inteligentes y tabletas. El “Zoom” y la aplicación “Google Meet” se han hecho populares y han permitido adecuarnos a la grave situación que internacionalmente estamos viviendo; nada como el cara a cara. Está apareciendo un lado oscuro, la no privacidad en conexiones gratuitas que ha obligado a utilizar conexiones cifradas para evitar los ¨hackers¨¨ qué espían cualquier conferencia y graban los vídeos de los participantes sin que los usuarios se percaten de ello, incluso si el organizador de la reunión ha deshabilitado las grabaciones. Para preocuparlos más les recomiendo ver el programa de Netflix sobre redes sociales “El dilema de las redes sociales”.

El otro punto a tomar en cuenta sobre la esencia de la impersonalidad de esta “nueva normalidad”, es como nos está “incomunicando” aún más entre nosotros. Al principio con el “Zoom” se compartía la pantalla entre la presentación y las pequeñas ventanitas de los asistentes, luego hubo una etapa en donde se veía la gente relajada, con vestimenta casera y tomando alguna bebida, incluso llegue a ver una moderadora de un simposio recostada informalmente en un diván y en el curso de su presentación apareció detrás de ella un individuo en ropa interior: Luego de la etapa de relajamiento vino la etapa donde se veía solo el fondo de la pared, escritorio, etc., sin el asistente; luego aparecieron los “avatares” y ahora todos apagan su video. Se dice que ello se debe a que genera peso a la señal de internet (Según los entendidos, apagar el video permite que la llamada fluya más por solo audio).

Personalmente pienso que con esta alternativa se pierde cercanía e intercambios espontáneos entre colegas, aunque son una buena opción antes de no tener nada.

El paso por la vida se aligera si existen las relaciones interpersonales, con ella viene la amistad y se alimentan con el reencuentro y si, Dios quiere, podremos superar esta dura etapa y volver a lo que teníamos y no valorábamos en justa medida.

Jaime Piquero-Martín