“La Loca” (1822), Théodore Géricault.
Museo de Bellas Artes de Lyon, Francia
María Críspula es una mujer de cincuenta años de edad, natural y procedente de la población de Aracay, municipio José Humberto Cardenal Quintero del Edo Mérida-Venezuela, quien vivía con una hija de 12 años de edad, la cual presentaba, según ella, problemas de conducta que no supo describir; decía: “esa hija mía tiene el diablo metido, no me hace caso, no la puedo controlar, no la soporto”; del padre de su hija no volvió a saber nada, parece que emigro a otro país. María Crispula es diabética, con neuropatía periférica, hiperlipidemia, hipertensión arterial y dolor en la espalda baja; para el momento de la primera exploración presentó “verrugas” en las manos y en los pies. Las verrugas comenzaron hace varios años, las cuales, atribuyó al trabajo como auxiliar de enfermería en una población cercana a su casa de habitación. Describe las verrugas en la planta de los pies, dolorosas que empeoraban al caminar o incluso al estar de pie. Durante la consulta, la paciente señaló los numerosos lugares en sus palmas, dedos, articulaciones interfalangicas distales con estas lesiones. Cuando aplicaba pomadas caseras y remedios naturales, las mismas se reventaban y se movían de lugar, ella las escuchaba reventar, especialmente cuando frotaba los pies y las manos. Lavaba sus manos y pies múltiples veces en el día. María Críspula, había visto numerosos doctores, curiosos y brujos, dice la paciente que le llegaron a decir que estaba loca y le prescribieron ansiolíticos del tipo de las benzodiacepinas y le recomendaron cambio de ocupación y de vivienda, pues algunos de los interconsultantes pensaron en brujería por un mal que le echaron un antiguo pretendiente.
Comentarios:
Muy probablemente Marìa Críspula presentaba un trastorno de síntomas somático con una dermatitis no especifica como la causa de sus síntomas. Ella percibía erróneamente una variación normal de su piel como evidencia de una patología significante. Refería dolor importante y mucha preocupación sobre verrugas recurrentes . Presentaba, desde mi punto de vista, una evidente Dishidrosis idiopática con leve hiperpigmentaciòn postinflamtoria , pero no hay ni hubo evidencia de verrugas . La paciente consultó a varios médicos generales y especialista demandando múltiples intervenciones -tópicos y sistémicos-.
Muy probablemente se trataba de una Dishidrosis idiopatica , por lo que después de una terapia de apoyo, explicándole su enfermedad como un proceso inflamatorio benigno, y con varias sesiones de terapia cognitiva conductual mejoró su patología que fue interpretada por nosotros cono un Trastorno de síntomas somático.
Maria Crìspula está mejor, con desaparición por más de 1 año de su patología que la obligo a asistir a mi consultorio varias veces, sigue con su trabajo de enfermera y su hija mejoró su carácter y ahora viven ambas felices.
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Algunas consideraciones sobre el Trastorno de Síntomas Somático (TSS)
El trastorno de síntomas somáticos (TSS) se define por la prominencia de síntomas somáticos asociados con pensamientos, sentimientos y comportamientos anormales relacionado con los síntomas, lo que resulta en angustia y deterioro significativos de su vida. Las personas con estos trastornos se encuentran con mayor frecuencia en la atención primaria y otros entornos médicos, incluida la práctica dermatológica, que en los entornos psiquiátricos y otras consultas de salud mental. Lo que define los pensamientos, sentimientos y conductas como anormales es que son excesivos, es decir, desproporcionados con respecto a otros pacientes con síntomas somáticos similares, y que resultan en malestar y deterioro significativos. El TSS puede ocurrir con o sin la presencia de un Trastorno dermatológico diagnosticable. Cuando existe un trastorno dermatológico, se debe considerar el TSS, especialmente si el paciente se preocupa exageradamente por su piel, gasta demasiado tiempo, energía y dinero en ella, y especialmente si el paciente se queja de numerosas afecciones no dermatológicas. El diagnóstico diferencial incluye otros trastornos psiquiátricos, como la depresión, trastornos de ansiedad, delirios de parasitosis y trastorno dismorfico corporal , entre otro. Siempre es muy importante descartar una patología dermatológica o sistémica a través de una buena historia clínica, examen físico, de laboratorio y muchas veces un estudio histopatológico.
Nuestro interés, como en otros editoriales anteriores relacionados con Psicodermatosis, se basa en contribuir con el conocimiento de estas patologías en la formación de los nuevos dermatólogos y en mejorar la calidad de la atención medica de los expertos en esta especialidad .
MUY interesante. Sin duda creo que todos hemos tenido a alguien así en la consulta…lo que no entiendo es esa tendencia a llamar «La» a todo, como líneas arriba dice: «La TSS», que, desdoblando las siglas significaría «La Trastorno de Síntomas Somáticos», eso gramaticalmente está mal. Se está perdiendo el buen uso del español.
Gracias María del Pilar por tus comentarios ; Abrazos Rolando Hernández Pérez