Esta semana queremos compartir con ustedes, a través de la sección de Nutridermatología, este valiosa contribución que nos envió el Dr. Prof. Francisco Kerdel-Vegas.
PIEL Y NUTRICIÓN (1)
Francisco Kerdel Vegas
1.Revista Chilena de Dermatología, Sección Nutridermatología 2009.
“Dime lo que comes y te diré lo que eres”
Jean Anthelme BRILLAT-SAVARIN (1755-1826)
La relación entre nutrición y salud está bien establecida desde los inicios de la medicina con Hipócrates (siglo V antes de Cristo), y se dice –con un dejo de verdad-, que en aquel tiempo se le daba más importancia a ese nexo que en nuestros días.
El primer tratado de gastronomía, “Fisiología del gusto” fue escrito por el jurista, químico y médico francés Jean Antelme BRILLAT-SAVARIN y publicado en 1825, apenas dos meses antes de su muerte, donde se da gran importancia al binomio título de este escrito.
Pero fue el bioquímico británico Frederick Gowland HOPKINS (1861-1947) quien puso el tema en términos verdaderamente científicos cuando descubrió que mínimas cantidades de “factores alimentarios accesorios” presentes en ciertos alimentos eran necesarios para el desarrollo y crecimiento en sus animales de laboratorio, y que su ausencia causaba enfermedades por deficiencia. Simultáneamente el bioquímico danés Christiaan Eijkman (1858-1930) puso en evidencia que cuando se alimentaba a los pollos con arroz pulido (sin cáscara) desarrollaban una enfermedad semejante al beriberi de los humanos, que desaparecía al proporcionarles el grano completo. En virtud de esos descubrimientos de lo que se llamaron “vitaminas”, se les otorgó el Premio Nobel de Fisiología o Medicina del año 1929.
El fisiólogo británico –de origen polaco- Casimir FUNK (1884-1967) acuñó el término “vitamina” y relacionó varias enfermedades como el beriberi, la pelagra, el escorbuto y el raquitismo a la carencia de esas substancias.
Posteriormente –entre las dos guerras mundiales- se establecieron la composición química y las funciones fisiológicas de las vitaminas A, C, D, E y de algunas de la familia B, y se reconoció el papel de ciertos micro-elementos y algunos aminoácidos esenciales para mantener la salud y prevenir enfermedades. También de puso de manifiesto las deficiencias nutricionales causantes de las anemias.
Es mucho lo que se ha avanzado en esa materia desde entonces y aunque los nutrientes requeridos por los seres humanos son bien conocidos, los cambios continuos en los métodos del procesamiento de alimentos y la adición de químicos como preservativos añaden cada día nuevas preguntas en todo lo relacionado con la seguridad alimentaria.
Las manifestaciones cutáneas de enfermedades como la pelagra, el escorbuto, la frinodermia y el kwashiorkor, prueban que la carencia de vitaminas y otros nutrientes producen efectos evidentes en el órgano cutáneo, y por lo tanto demuestran la importante relación entre la nutrición y la piel.
Una simple búsqueda electrónica en Google con referencia a “piel y alimentos” arrojó 3.140.000 entradas, y cuando los términos son en inglés “food & skin”, los hallazgos ascienden a 143.000.000. Es evidente que el tema despierta gran interés en general, pero la enorme mayoría no pasan de ser observaciones y comentarios sin base científica alguna.
Cuando nos enfocamos en los trabajos científicos publicados en los últimos tres años encontramos 68 artículos.
Incluso existe un libro sobre esta materia especifica titulado “Contemporary Issues in Clinical Nutrition and Skin” editado por Daphne A. Roe en 1986 (New York: Liss).
La página Web de la Universidad de Navarra menciona la importancia para la piel de alimentos que contengan las vitaminas A, B3, B6, C, E, e igualmente de selenio, zinc y cobre, a los que podríamos añadir carotenoides y polifenoles.
Cerca de 20 entre los cientos de carotenoides que se encuentran en la naturaleza, están presentes en el cuerpo humano. Numerosos estudios establecen el grado de fotoprotección, tanto en la piel como en el ojo (especialmente en la mácula lútea) de la luteína y la zeaxantina. Se puede deducir que parte importante de la fotoprotección cutánea del futuro podrá lograrse con la ingestión regular de este tipo de nutrientes.
Sin duda lo más significativo en este campo es la reciente decisión del Ministerio de la Salud de Francia al lanzar un programa masivo destinado a analizar la relación entre dieta y enfermedades, que estaría fundamentado en una variante del dictum de BRILLAT-SAVARIN, que podría leerse: “Dime que comes y te diré que enfermedades padecerás”. Esta campaña diseñada y coordinada por una autoridad en nutrición, el médico y profesor Serge HERCBERG, pretende incorporar 500.000 voluntarios (llamados nutrinautas) dispuestos a detallar periódicamente sus hábitos alimentarios y enviar la información por Internet. Él mismo ha señalado que pese a que numerosos estudios han demostrado una relación entre la alimentación y una mayor incidencia de ciertas patologías, como el cáncer o las enfermedades cardiovasculares, hasta el momento ha sido difícil determinar el peso relativo de los factores nutricionales en esta relación.
Dentro de un lustro tendremos información veraz al conocerse los resultados de un estudio muy bien estructurado para poder sacar conclusiones válidas sobre esta relación de vital importancia para la salud humana.