La penicilina, el gran descubrimiento de la humanidad

Alexander Fleming
Alexander Fleming

Uno de los más grandes descubrimientos del siglo xx y muy probablemente de la historia de la humanidad fue la Penicilina; sin duda, el crecimiento de la población mundial, la libertad sexual y el aumento del promedio de vida de los habitantes de la tierra, de alguna forma,  es consecuencia de este descubrimiento y, por supuesto otro de los grandes alcances es su introducción en el tratamiento de las enfermedades infecciosas.

La penicilina, perfectamente podría ser un marcador en la historia de las ciencias de la salud y en la historia del mismo hombre.
Nos preguntamos, cuán pudo haber sido el impacto que produjo el descubrimiento de la penicilina en los hombres que en ese entonces dirigían las sociedades científicas.
Seguramente muchos científicos comprometidos en el desarrollo y la aplicación inicial de esta molécula experimentaron un desmedido orgullo que los haría creerse de un poder singular capaz, incluso, de renunciar a sus convicciones religiosas.

Otros, tal vez mirarían con humildad científica el descubrimiento y hasta sentirían cierto recelo en las consecuencias no deseables que acarrearía, con el correr de los tiempos, la aplicación del medicamento.
Entre estos puntos de vista del ámbito científico y el reconocimiento de muchos individuos informados por el acontecer mundial se vendría haciendo visible, en la sociedad, el alcance de este nuevo recurso terapéutico; los pacientes directamente beneficiados serían los primeros en reconocer, por un lado, el privilegio de vivir en el tiempo en que las patologías infecciosas serían liquidadas, y por otro lado no dejarían de pensar en la fatalidad de aquellos que vivieron cuando aún no se disponía de la penicilina. De allí que tampoco se puede pensar que a partir de este descubrimiento se obtuvo en las sociedades del planeta conciencia plena de la trascendencia de este hallazgo; solamente y en la medida en que se hacía patente el beneficio del medicamento la gente iría convenciéndose de la eficacia del producto y junto a ello asumiendo algunas conductas riesgosas confiando en la extinción de esas patologías por el poder curativo de la penicilina. Es decir, no pudo haber ocurrido, en un mismo tiempo, un consenso unánime en la sociedad acerca del beneficio del producto.

Finalmente, y dado las consecuencias en la estructura molecular de ciertos agentes patógenos debido a la aplicación de la penicilina, cabe de nuevo la interrogante acerca de la validez absoluta de la racionalidad científica.

En 1928 con el descubrimiento de la penicilina en el ST. Mary´s Hospital de Londres por Alexander Fleming de un hongo que contaminó y destruyó varios cultivos de Staphylococcus, se dió el inicio de la era antibiótica en la medicina. Por tratarse de hongos del tipo Penicillum notatum, Fleming decidió llamar al compuesto penicilina.

No es hasta 10 años después, en 1938, que se logra desarrollar como agente terapéutico y solo hacia 1941 es posible acumular medicamento suficiente para iniciar ensayos clínicos en pacientes afectados por Streptococcus y Staphylococcus. En 1942 se inicia la expansión y el desarrollo de antibióticos en los Estados Unidos, se alcanzaron grandes avances en su depuración y uso clínico en estudios realizados en la Universidadde Yale y en la Clínica Mayo y, para 1943 ya se habían tratado más de 200 pacientes con el nuevo producto. Después en 1950 se logra la producción masiva del fármaco en los Estados Unidos y se llega a 150 toneladas en ese mismo año. En esa misma década del 50 se crea la primera penicilina semisintética, fenoximetilpenicilina y hacia 1954 y 1959 se introduce la meticilina, primera de la generación de antiestafilocócica.

A finales de los años 60 comienza a usarse la carbenicilina y así se da inicio a las penicilinas con propiedades anti-pseudomónicas y ya desde los años 1984 se inicia el uso del ácido clavulánico asociado a las penicilinas, comienza la era de los inhibidores de betalactamasas.

En la dermatología quizás uno de los mayores aportes terapéuticos fue la introducción de la penicilina en el tratamiento de la sífilis; después de 500 años de búsqueda, la problemática del tratamiento de la sífilis viró bruscamente “casi con la rapidez de una guiñada” cuando John Mahoney en 1943 logra con buenos resultados tratar cuatro pacientes con sífilis en Staten Island (uno de los cinco condado de New York) y expresó proféticamente que: “si una más extensa y prolongada experiencia confirma la impresión que se puede extraer del estudio piloto, una reconstrucción de la estructura de la terapéutica sifilítica, puede volverse necesaria”. Los estudios han demostrado que el Treponema pallidum es uno de los agentes más penicilino sensibles conocidos, desapareciendo de las lesiones en un lapso de 12-18 horas post-administración sistémica, esto ha permitido simplificar y acortar el tratamiento.

Otra dermopatía beneficiada con el tratamiento de la penicilina fue la buba, pian o frambesia, enfermedad infecciosa, crónica de distribución tropical, introducida a América desde África,  causada por el Treponema pallidum variedad pertenue, cuya forma habitual de contagio es la transmisión directa inter-humana, particularmente en niños y adolescentes. La evolución de la buba se hace de manera similar a la sífilis, más el carácter no venéreo de la buba, la ausencia de lesiones en mucosas en el período secundario, de lesiones cardiovasculares y del sistema nervioso central y de transmisión congénita, la diferencian de la sífilis…Es oportuno recordar que nuestro país (Venezuela) conjuntamente con Brasil en la década de cincuenta llevaban la mayor prevalencia y después en los años 60 y 70 disminuyó  considerablemente casi hasta su extinción, pero ahora parece que esta re-emergiendo y pudiera convertirse en otra de de estas viejas enfermedades que surgen nuevamente.

Otra enfermedad cuya evolución cambió considerablemente con el advenimiento e introducción de la penicilina en el arsenal terapéutico del dermatólogo, fue la pinta; producida por el treponema carateum y fue relativamente común en América central y del Sur; hoy gracias a la penicilina quedan muy pocos focos en el mundo de estas enfermedad. En los  Estados Barinas y Apure (Venezuela)  encontramos pequeños reductos de esta estigmatizante enfermedad.

Finalmente la sífilis endémica o bejel, producida por el Treponema pallidum sub-especia endémica, frecuente en los climas secos y cálidos del norte de África, península arábiga y sureste asiático, afecta más frecuentemente a adolescentes menores de 15 años; la lesión primaria suele pasar desapercibida, al contrario que la frambesia y pinta. Igualmente que las anteriores, esta enfermedad y su prevalencia ha quedado restringida a pequeños focos en África.

Son incontable las experiencias en donde se usó la Penicilina para tratar enfermedades dermatológicas algunas basadas en su etiología infecciosa pero otras sin base ya que se desconocía la causa y la patogenia.

Casi al unísono comenzó a verse las reacciones alérgicas tempranas y tardías que alertaron a los médicos de la época a un uso más racional; desde otro punto de vista muy tempranamente también se comenzó a ver la resistencia bacteriana a la penicilina.

Hoy después de 85 años de su descubrimiento y 70 de su puesta en práctica en la terapéutica médica podemos decir que este descubrimiento cambió el curso de la historia.

Rolando Hernández Pérez

Acerca de Rolando Hernández Pérez

Maestro de la Dermatología Ibero-Latinoamericana. Ex-Jefe Servicio de Dermatología del Hospital General "Dr. Luis Razetti", Barinas - Venezuela. Profesor de Medicina , Universidad de los Andes. Director Médico del GCCNSP - Barinas - Venezuela. Fundador y Co-editor de Pél-L Latinoameriicana (1998). Ex-Presidente de la Sociedad Venezolana de Dermatología

3 comentarios

  1. Luis Manuel Sanchez Navarro

    Que agradable y completa sintesis sobre el descubrimiento de la penicilina . gracias por el lenjuage narrativo y los conocimientos vertidos .

  2. Excelente articulo sobre un descubrimiento cientifico inigualable en la historia de la medicina, hoy en dia la penicilina aun sigue siendo un aliado incondicional en la practica diaria.En mi lugar de trabajo (La Plata, Buenos Aires) cada dia se diagnostican mas casos de sifilis, los cuales son tratados exitosamente con dicha droga. Para nosotros la penicilina nunca pierde vigencia

  3. guillermo aviles vazquez

    Sin duda un hito en la historia de la medicina. Sigue vigente su uso como norma en el tratamiento Lùes y Gonococcias y hasta por streptococo. Me encantó el artículo. Gracias por hacer un recordatorio de otras dermatosis que no son frecuentes en otras latitudes pero que debemos tener en mente.

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